La financiación debe asumir su papel en términos sostenibles
2018 fue el año en el que más desastres naturales se registraron (hasta 800, según datos de Munich Re). En 2100 el planeta Tierra elevará su temperatura hasta 4ºC si no limitamos las emisiones de CO2. Las implicaciones del cambio climático no sólo son reales, sino que las consecuencias de no actuar, día a día, se presentan más amenazantes. El riesgo, por tanto, es no hacer nada. En ese escenario, “las finanzas y la sostenibilidad están cada día más relacionadas, y el papel de los bancos como motor del cambio en el proceso de transición energética de la economía es clave”. Así lo reconoció Juan Casals, director de Finanzas Sostenibles de Corporate Investment Banking de BBVA en el encuentro 'El papel de los inversores en el modelo de transición energética', organizado por Expansión.
“El futuro, sin duda, está por construir, pero indudablemente será más verde. No hay marcha atrás, es algo irrenunciable, y además es una gran oportunidad para tomar la iniciativa en un mundo que es cambiante”, explicó Casals, que defendió el papel de la iniciativa privada en las grandes transformaciones a lo largo de la historia. “Las inversiones son tan gigantescas que el sector público no podrá afrontarlas sólo. Ahí es donde la financiación y la gran movilización de capitales vendrá de la mano de los bancos y los inversores”.
En ese sentido, reflexionó sobre “esta nueva revolución” defendiendo lo que, a su juicio, es una auténtica oportunidad para España. “Nuestro país cuenta con empresas preparadas para ello, bancos y gestores de activos que están impulsando el mercado. Un mercado cada vez más basado en la tecnología, en una tecnología que además se va a acelerar”.
Por todo ello, según Juan Casals, las empresas deben orientarse al futuro. Sin duda, “el futuro está en la sostenibilidad y en la responsabilidad”. Además, es fundamental que las empresas aprovechen los proyectos de inversión verde como elemento de transformación interna. “Una financiación verde acelera la preparación de la compañía para el futuro y nosotros invitamos a las empresas a participar en esta revolución, a ser más competitivas, en definitiva. De ahí que nuestra visión a la hora de financiar tiene mucho que ver con financiar de manera sostenible”. En ese sentido, se refirió al compromiso adquirido por BBVA de movilizar hasta 100.000 millones de euros en finanzas sostenibles entre 2018 y 2025.
En esa línea, el supervisor también considera que el sector financiero tiene un papel clave como "catalizador" de la transición ecológica, tal y como indicó Margarita Delgado, subgobernadora del Banco de España y encargada de inaugurar esta jornada. A su juicio, es esencial conocer el plan de las entidades de crédito para mitigar los riesgos medioambientales.
Se trata de favorecer que llegue financiación a aquellas actividades que más contribuyen a la transformación sostenible de la economía, a la vez que desincentivar aquellas actividades que puedan ser más lesivas, al repercutir en el precio de la financiación los costes medioambientales, que hasta ahora permanecían ocultos.
Según Delgado, las medidas para afrontar el proceso de transición ecológica se encuentran en una "fase inicial, un tanto incipiente", en la que, tanto el supervisor como los supervisados están elevando el nivel de conocimiento y concienciación sobre este tema. "Si bien ha habido avances significativos, debemos admitir que estamos aún construyendo las metodologías y estructuras de gobernanza necesarias para enfrentarnos a este desafío", ha reconocido.
En ese sentido, también en el foro se constató la existencia de una demanda creciente de inversores que buscan activos verdes y compañías que sigan y respeten una estrategia sostenible. La transición energética ha transformado el paradigma en el sector: los inversores y las entidades de crédito marcan el ritmo de un proceso de evolución, cuyo rasgo clave es la sostenibilidad.
La firma del Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible fijados por la ONU están cambiando el modelo inversor. Cada vez más, los mercados de capitales están demandando operaciones sostenibles —emisiones de bonos verdes, especialmente—. Unas operaciones, que según constató este foro, están siendo liderados en buena medida por BBVA.