La Fed se queda corta en su búsqueda de apoyos para subir los tipos
Últimamente, a la Fed parece que le cuesta aclararse, pasando de la euforia por las señales positivas de la economía al pesimismo más absoluto en cuestión de minutos. Al final, al público se le transmite un mensaje contradictorio sobre lo que está sucediendo, dando la impresión de que ni siquiera los miembros de la Fed saben cómo actuar en un entorno económico tan incierto.
Una vez más, la Fed ha esgrimido diferentes excusas para retrasar la ejecución de su estrategia hacia la normalización de sus políticas. El referéndum sobre el Brexit ha sido uno de los factores que más han pesado en su decisión de no incrementar las tasas durante la reunión de junio. Las consecuencias de esta decisión son de una tremenda importancia tanto para el Reino Unido y Europa y podrían tener ramificaciones significativas para la economía global y los mercados financieros mundiales. Podrían, incluso, terminar afectando a las perspectivas económicas de los EEUU y por lo tanto a las decisiones sobre las diferentes políticas que hayan de tomarse en un futuro. El Brexit es tan sólo una de los muchos riesgos globales potenciales que van camino de convertirse en temas cruciales en los próximos comunicados de la Fed.
El tono del comunicado de Junio no fue necesariamente conciliador. De hecho el famoso diagrama de puntos de las proyecciones de incrementos de tipos de los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FMOC, por sus siglas en inglés) no ha hecho sino confirmar la línea marcada en marzo, que contempla dos incrementos en 2016 y cuatro a lo largo de 2017. Sin embargo, el tono de la rueda de prensa de Janet Yellen ponía de manifiesto una mayor preocupación al hacer referencia a problemas estructurales persistentes y una posible pérdida de inercia de la economía estadounidense, influida en gran parte por el fuerte descenso en las tasas de creación de empleo publicadas en Mayo.
La referencia a factores estructurales que llevan años manifestándose – tasas más moderadas de crecimiento de la actividad, cambios demográficos y el incremento de la interconectividad global – no deja de sorprender. Teniendo esto en cuenta, parece que la Fed lleva demasiado tiempo negándose a reconocer lo que es una evidencia, y que ha postergado en exceso la necesidad de ajustar sus proyecciones por iniciativa propia. Mientras tanto, las preocupaciones sobre la ralentización de la economía parecen indicar que algunos miembros de la Fed temen que nos encontremos en las etapas postreras del ciclo económico. Si éste fuera el caso, deberíamos olvidarnos de ningún incremento de tipos en un futuro cercano, y retomar las políticas de alivio cuantitativo mientras que los responsables económicos se ponen al día sobre las consecuencias que los tipos de interés negativos traerían.
"El problema, para muchos observadores, es que las señales de la Fed parecen cambiar radicalmente de tono a medida que se publican las noticias económicas, lo cual plantea dudas sobre la base sobre la que se fundamentan las decisiones del FOMC.
En última instancia, este tipo de decisiones deja la puerta abierta a un cambio de expectativas en caso de que los indicadores no se recuperen en los próximos meses. Aunque la reunión de julio todavía podría traer novedades, no parece probable que comiencen a ver la luz datos que sean lo suficientemente positivos como para darle un vuelco al espíritu de cautela que impera en la actualidad. Es más, con las elecciones presidenciales en el horizonte, cabría esperar un incremento en el nivel de volatilidad que podría disuadir a la Fed de la necesidad de forzar más de una subida de tipos durante el año. Esto a su vez implicaría un menor ritmo de subidas tras 2016, dado que los miembros del comité “no tienen nada claro” dónde acabarán por estabilizarse los tipos en el largo plazo.
El problema, para muchos observadores, es que las señales de la Fed parecen cambiar radicalmente de tono a medida que se publican las noticias económicas, lo cual plantea dudas sobre la base sobre la que se fundamentan las decisiones del FOMC. En el momento actual, parece que la hasta ahora todopoderosa estrategia de la Fed, tan sensible a los datos, comienza a producir resultados contrarios a los esperados, lo cual podría complicarle su obligación de cumplir con su doble mandato.