La era de la disrupción digital
‘La era de la disrupción digital. Empleo, desigualdad y bienestar social ante las nuevas tecnologías globales’. Este es el título elegido por Rafael Doménech y Javier Andrés, para una obra publicada en medio de la pandemia que aborda diferentes puntos: en qué ha consistido la nueva ola de progreso tecnológico y el bienestar social; cuáles han sido los efectos de la revolución digital en el empleo y en la distribución de la renta; cuáles son las nuevas políticas para una nueva economía; y unas reflexiones sobre qué nos deparará el futuro.
Los autores, economistas de prestigio reconocido como Rafael Doménech, catedrático de Fundamentos del Análisis Económico de la Universidad de Valencia y responsable de Análisis Económico de BBVA Research, y Javier Andrés, catedrático de Fundamentos del Análisis Económico de la Universidad de Valencia, estuvieron acompañados en su presentación por Elena Pisonero y Carme Artigas, secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, dependiente del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital español, para quien la obra ayuda a entender que “la transformación digital, que ya era necesaria e importante antes, con la pandemia del COVID-19 se ha hecho urgente”.
El libro arranca su análisis con el impacto que ha tenido el cambio tecnológico a lo largo de la historia de los últimos dos siglos. Si durante milenios los seres humanos vivieron básicamente con la misma renta per cápita, fue la Revolución Industrial, fruto en gran medida de nuevos hallazgos tecnológicos, la que hizo que los ingresos se dispararan, y que a partir del año 1800 se hayan multiplicado por veinte.
A partir del análisis de las anteriores revoluciones industriales, el libro profundiza sobre la nueva oleada de innovaciones tecnológicas asociadas a la revolución digital. Todas las anteriores han mejorado el bienestar humano en términos generales, pero también han generado dilemas, problemas y perdedores. Ahora, nuestras expectativas sobre la revolución digital son confusas. En primer lugar, porque, a pesar de la velocidad de los cambios, atravesamos un período de inusitada atonía en el crecimiento económico. Y porque, además, no sabemos el impacto que tendrán los robots, la inteligencia artificial y los algoritmos en el empleo y la distribución de la renta.
“Hasta el momento, la evidencia apunta a un balance positivo: la capacidad del progreso técnico para crear empleos se mantiene por encima de su capacidad de sustitución de puestos de trabajo”, apunta Rafael Doménech.
En este panorama confuso e incierto, los economistas Javier Andrés y Rafael Doménech trazan un mapa imprescindible para conseguir entender cuál es el futuro de nuestras sociedades en asuntos básicos como el trabajo, la desigualdad y el estado de bienestar. Y su punto de partida invita a la responsabilidad y la reflexión: no hay nada inevitable ni inexorable en las nuevas tecnologías. “Los potenciales costes de transición de las nuevas tecnologías digitales pueden ser notables, incluso para quienes acaben ganando con ella, con efectos múltiples sobre la cantidad y calidad del empleo, cambios en las ocupaciones, la progresiva divergencia entre tipos de empresas según su grado de eficiencia, cuota de mercado y beneficios, y la dispersión salarial”, subraya Doménech.
Para encauzar la revolución digital de manera adecuada es necesario que las decisiones personales, políticas y empresariales empleen las nuevas tecnologías para lograr una sociedad no solo más próspera, sino también más inclusiva y sostenible medioambiental y socialmente.