La eficiencia de los mercados financieros
¿Son los mercados financieros realmente eficientes? Para poder responder a esta cuestión, repasemos primero el concepto de eficiencia aplicado a los mercados.
Se dice que los mercados financieros son eficientes cuando son capaces de trasladar a los precios de los activos, en cualquier momento, todos los datos relevantes de esos activos. Significa que el precio de esos activos refleja en todo momento toda la información disponible sobre todos los valores y lo hace de manera insesgada.
La información relevante es aquella que se refiere a las condiciones económicas generales y particulares de cada empresa y que pueden influir de manera evidente en el precio del activo.
La teoría de la eficiencia del mercado distingue tres grados de eficiencia. La forma más débil es aquella en la que cada título refleja totalmente la información contenida en la serie histórica de precios. Por tanto, sólo refleja la información pasada. La propia teoría determina que ningún inversor podrá conseguir un rendimiento superior al del promedio del mercado si analiza exclusivamente la información pasada y si lo logra será sólo gracias al azar.
El grado de eficiencia intermedio se produce cuando los precios reflejan tanto la información pasada como toda la información relevante hecha pública acerca de la empresa o de su entorno. Si la eficiencia del mercado se ajusta a este grado, la persona que emplee el análisis fundamental para intentar lograr un rendimiento superior a la media del mercado no será capaz de lograrlo, ya que la cotización de los títulos ya refleja exactamente su valor teórico.
Un mercado fuertemente eficiente es aquel en el que los precios reflejan absolutamente toda la información relevante de los valores, tanto pública como privada. Esta es un caso extremo que prácticamente es imposible de cumplir ya que implicaría que ese mercado sería perfecto y eso es una utopía.
La eficiencia de los mercados está siempre en entredicho, la propia teoría asume que los mercados (y por ende los inversores) actúan siempre de manera racional. La práctica nos dice que nada de eso suele ocurrir. El comportamiento de los inversores no siempre se ajusta a los cánones del análisis fundamental o del análisis técnico y él factor psicológico interviene en dicho comportamiento.
Por otro lado, la manipulación de los precios a través de estrategias especulativas, o por rumores interesados que pueden no llegar a confirmarse o por otros medios, pueden tener tanta o más influencia en los precios como la propia información relevante, por lo que al final la eficiencia del mercado siempre es dudosa.