La economía regional en Colombia: ¿hay convergencia socio-económica entre las regiones del país?
Bien es sabido que Bogotá tiene un mayor ingreso per cápita que Chocó, y menores tasas de pobreza, y menor desempleo… Sin embargo, la pregunta más importante en este momento no pasa por los niveles absolutos de ingreso, pobreza o empleo en las dos regiones. Tiene que ver, en cambio, con la capacidad, o no, que tiene Colombia para reducir las brechas socio-económicas entre estos dos territorios en un período largo de tiempo.
En Colombia, el panorama de convergencia regional, como le llaman los economistas a la igualación de las condiciones económicas de varias regiones que parten de condiciones desiguales, no es completamente alentador. Para que haya convergencia, las regiones más deprimidas tienen que superar ámpliamente la tasa de crecimiento del PIB de las regiones más adelantadas. Es decir, uno tiene que correr más rápido para alcanzar a aquel que va adelante en la carrera.
La razón teórica que esgrimen los economistas, para que esto sea posible, es que la rentabilidad del capital es tan alta en las regiones pobres, ante su ausencia relativa, que los capitales preferirán hacer grandes inversiones en esas regiones que les ofrecen mayores dividendos, que en aquellas regiones más avanzadas en donde la abundancia del capital y la mayor competencia les reducen las rentabilidades obtenidas y esperadas. Así, dadas las mayores inversiones en las regiones más deprimidas, la igualación de las condiciones económicas se irá dando lentamente hasta llegar a un nivel de convergencia total.
Sin embargo, en Colombia esto no ha sido así de forma extendida. La mayor parte de los departamentos pobres del país a lo sumo igualaron el crecimiento de las regiones más ricas, pero no superaron las tasas de crecimiento de estas, como lo exige la teoría de la convergencia.
En efecto, entre 2001 y 2015, el crecimiento promedio del país se ubicó en 4,3% cada año, muy similar a los registros de Bogotá (4,4%), Antioquia (4,5%), Valle (3,8%), Atlántico (4,2%) y Santander (5,0%), los departamentos con mayor industrialización del país. El promedio de estas cinco regiones fue 4,4% anual. Y las cifras promedio de las regiones más pobres del país en el mismo período de tiempo —Amazonas (3,4%), Arauca (0,7%), Cauca (5,7%), Cesar (6,0%), Chocó (4,6%), Guainía (3,0%), Guaviare (1,3%), la Guajira (4,0%), Magdalena (4,0%), Nariño (4,6%), Putumayo (5,6%), San Andrés (3,8%), Vaupés (2,6%) y Vichada (2,9%)—, con pocas excepciones, no superaron el crecimiento de las cinco primeras.
Irremediablemente, estas tasas de crecimiento en valores similares, en su mayoría, a las del promedio del país no lograron revertir las brechas de los ingresos promedio de los hogares o de la pobreza entre las regiones en estos últimos 15 años (Gráficos 1 y 2).
*Interpretación: una cifra de 41 significaría que ese departamento tiene un ingreso per cápita equivalente al 41% del promedio nacional. Casanare tiene una cifra muy elevada por altos ingresos del petróleo y la baja población. - Gráfica de BBVA Research
*Interpretación: una cifra de 85 significaría que ese departamento tiene una tasa de pobreza equivalente al 85% del total nacional. - Gráfica de BBVA Research