La dirección de BBVA, incluyendo al presidente y al consejero delegado, renuncia a su remuneración variable de 2020
Carlos Torres Vila, presidente de BBVA, y Onur Genç, consejero delegado, no cobrarán la remuneración variable de 2020, como gesto de responsabilidad en un año marcado por la pandemia de COVID-19 y como muestra de su compromiso con los clientes, los accionistas, los empleados y toda la sociedad. Así se recoge en el informe anual sobre remuneraciones de los consejeros. Además, el banco ha actualizado su política de remuneraciones para los próximos tres años (2021, 2022 y 2023), que someterá a la aprobación de la Junta General de Accionistas.
En total, 330 empleados de BBVA, incluyendo al presidente, al consejero delegado y al resto de las personas que dirigen el banco a nivel global y en los distintos países, han renunciado de forma voluntaria, total o parcialmente, a la retribución variable de 2020. En el caso del presidente, esta decisión conlleva una reducción del 44% en su remuneración generada en 2020; y para el consejero delegado representa un 45% menos.
Carlos Torres Vila ha percibido la misma remuneración fija en 2020 (2.453 miles de euros) que el año anterior, mientras que ha renunciado a la totalidad de la retribución variable correspondiente al 2020. La aportación anual al sistema de previsión para la jubilación de Carlos Torres Vila ha sido de 1.642 miles de euros (esta aportación fue fijada en 2017). La remuneración correspondiente a 2020, incluyendo todos estos conceptos, es de 4.095 miles de euros, un 44% menos que la del año anterior. Adicionalmente, se han satisfecho 377 miles de euros en primas anuales de seguro por fallecimiento e incapacidad, así como 228 miles de euros en remuneración en especie.
Por su parte, Onur Genç también ha recibido la misma remuneración fija que el año anterior (2.179 miles de euros) y también ha renunciado a su bonus correspondiente a 2020. El consejero delegado cuenta con un complemento a su retribución fija, en lugar de la pensión de jubilación (‘cash in lieu of pension’), y un complemento de movilidad, en atención a su condición de alto ejecutivo internacional, dos conceptos por los que ha percibido 1.254 miles de euros. En total, su remuneración correspondiente a 2020 es de 3.433 miles de euros, un 45% menos que en 2019. Adicionalmente, el banco ha satisfecho 253 miles de euros en primas anuales de seguro por fallecimiento e incapacidad y 132 miles de euros en retribución en especie.
Nueva política de remuneraciones
Las novedades regulatorias en materia retributiva, cuya entrada en vigor está prevista en 2021, junto con los avances en la adopción de las mejores prácticas del mercado, han llevado a BBVA a actualizar su política de remuneraciones de los consejeros. El banco someterá esta política a la próxima Junta General de Accionistas y, de ser aprobada, aplicará a los ejercicios 2021, 2022 y 2023.
La propuesta avanza en la incorporación de las novedades incluidas en el Código de Buen Gobierno de las sociedades cotizadas de la Comisión Nacional del Mercado de Valores -revisado en junio de 2020-. Asimismo, tiene en cuenta las Directivas SRD II, CRD V y las Guías de la Autoridad Bancaria Europea.
Las principales novedades de la política de remuneraciones de los consejeros son:
- Incorporación expresa del principio de igualdad retributiva entre hombres y mujeres.
- Inclusión de métricas relacionadas con la sostenibilidad en el esquema de retribución variable de los consejeros ejecutivos.
- Modificaciones en el calendario de pago de la parte diferida de la retribución variable anual de los consejeros ejecutivos.
- Transformación del sistema de previsión social del presidente, que modifica los importes de su remuneración y reduce su retribución total.
- Cambios a la cláusula ‘malus’ (reducción) y ‘clawback’ (recuperación de cantidades abonadas) de la retribución variable anual de los consejeros ejecutivos.
La política incluye un cambio en el sistema de previsión del presidente para alinearse con las mejores prácticas del mercado a nivel internacional, que da continuidad a las modificaciones que ya se llevaron a cabo en 2015 y 2017. En esta ocasión, se propone reducir de forma significativa las aportaciones anuales a su pensión, que pasarán de 1.642 miles de euros (aproximadamente un 67% de su retribución fija anual) a 439 miles de euros (el 15% de su retribución fija anual, en línea con las aportaciones a los planes de pensiones del resto de la alta dirección). La diferencia entre ambas cifras se repartirá entre su retribución fija y su retribución variable objetivo, respetando el actual equilibrio entre estos componentes (45%-55%, respectivamente), salvo 157.000 euros anuales a los que ha renunciado el presidente, lo que supone un recorte del 25% de la cantidad que se integra en la retribución fija. Por ello, su retribución total (fija, variable y pensión) se reduce con esta medida un 2%. Además, se reducen significativamente los niveles de las coberturas por fallecimiento e invalidez del presidente.
La retribución fija del presidente será de 2.924 miles de euros y la del consejero delegado se mantiene constante en 2.179 miles de euros. La retribución variable anual objetivo (que representa el importe del bono en el caso de cumplirse el 100% de los objetivos preestablecidos) se ha determinado en 3.572 miles de euros para el presidente, y se mantiene en 2.672 miles de euros para el consejero delegado. El pago del bono seguirá dependiendo del cumplimiento de unos objetivos preestablecidos en cada ejercicio para una serie de indicadores financieros y no financieros. Como novedad, entre estos últimos, se establece para 2021 un indicador de movilización de financiación sostenible, que pesará un 10% en la remuneración variable de los consejeros ejecutivos.
Por último, se introducen cambios en el calendario de pago de la parte diferida de la retribución variable anual de los consejeros ejecutivos (un máximo del 60% de dicha retribución), en línea con la práctica generalizada del mercado, que pasa a distribuirse proporcionalmente en cinco años (un 20% cada año); así como en las cláusulas de ‘malus’ y ‘clawback’, para reflejar un nuevo supuesto para la aplicación de los mecanismos de reducción y recuperación de la retribución variable en caso de daño reputacional relevante al banco. Adicionalmente, la política aclara y sistematiza determinados conceptos para lograr una mayor claridad expositiva y precisión técnica.