La cuarentena por el coronavirus reduce la contaminación
Una de las paradojas que nos puede traer esta crisis mundial provocada por el COVID-19 es su efecto en el medio ambiente. La cuarentena está provocando una reducción drástica de las emisiones contaminantes en las ciudades más pobladas del planeta.
Ya hace unas semanas diversos estudios e imágenes de satélites mostraban cómo la crisis del coronavirus había reducido un 25% las emisiones de CO2 en China hasta el 1 de marzo, unos 200 millones de toneladas. La pasada semana, la Agencia Espacial Europea (ESA por sus siglas en inglés) difundió imágenes del norte de Italia donde se aprecia una disminución significativa de la concentración de contaminantes como el dióxido de nitrógeno.
El video 'timelapse' de la ESA, captado por el satélite Copernicus Sentinel-5P, permite apreciar las emisiones de dióxido de nitrógeno (NO2) y otros contaminantes desde el 1 de enero de 2020 hasta el 11 de marzo de 2020. Sobre el mapa europeo hay unas manchas rojizas que reflejan las emisiones de dióxido de nitrógeno. A medida que avanza el vídeo, se ve cómo estas manchas van disminuyendo con el tiempo, sobre todo en la zona del norte de Italia, la más castigada por el coronavirus, que fue la primera en aislarse antes del cierre total del país. Las emisiones provienen fundamentalmente de tubos de escape y la generación de electricidad, particularmente las centrales eléctricas de carbón.
En España, Greenpeace ha publicado un informe que señala que en Madrid y Barcelona, las dos ciudades más pobladas del país, se ha reducido en los primeros días tras el estado de alarma cerca del 60% la circulación de vehículos — principal fuente de emisiones en España—, lo que ha provocado un descenso brusco de los niveles de contaminación. Así, los valores medios de dióxido de nitrógeno, producido principalmente por vehículos diésel, apenas han alcanzado en la primera semana el 40% del límite fijado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unión Europea (UE) para proteger la salud humana.
Valor medio diario de NO2 en Madrid y Barcelona - Tablas elaboradas con datos de los ayuntamientos de Madrid y Barcelona - Greenpeace
Todo hace suponer que la contaminación medioambiental en las ciudades seguirá bajando mientras estén vigentes las medidas excepcionales del estado de alarma en los países más afectados por la pandemia. Muchas empresas han parado su actividad, mientras que otras han fomentado el teletrabajo en la medida de sus posibilidades.
En BBVA, aproximadamente el 90 por ciento de los empleados en servicios centrales en todas las geografías ya están trabajando en remoto y, en la medida en que lo permite la normativa aplicable, se sigue reduciendo el número de personas que trabajan en las sucursales. En España, por ejemplo, el 90 por ciento de los empleados de la red trabajan desde casa y contribuyen así a seguir prestando servicios bancarios esenciales para la comunidad. Además, se mantienen abiertas algo menos de mitad de las sucursales, con un 10% de la plantilla.
Al margen de la situación provocada por la pandemia, BBVA continúa trabajando en su compromiso con enfrentar la crisis climática y contribuir a la reducción de su huella ambiental. En primer lugar, reduciendo sus impactos a través del Plan Global de Ecoeficiencia. En este sentido, el banco ha implementado medidas en diferentes ámbitos como la gestión ambiental en edificios, energía y cambio climático, agua, papel y residuos y campañas de sensibilización. Y en segundo lugar, con la compensación de las emisiones que no se han podido reducir con las medidas descritas anteriormente. Así, en 2020 BBVA se ha comprometido en ser neutro en carbono.
BBVA redujo significativamente su huella ambiental en 2019
La evolución de la huella ambiental del Grupo durante 2019 ha sido muy positiva con respecto a 2018, con reducciones por persona del 8% en emisiones de CO2 (según el método ‘market based’ —emisiones que consideran la compra de energía renovable—), del 5% en consumo de electricidad, del 23% en consumo de agua y del 19% en papel. El porcentaje de consumo de energía renovable se mantuvo en el 39%, y el de personas trabajando en edificios con certificación ambiental alcanzó el 49% al final del año.
Los objetivos del plan están en línea con los que establece el Compromiso 2025 y su estrategia de cambio climático y desarrollo sostenible. Estos son, por un lado, reducir un 68% las emisiones de CO2; y por otro, llegar hasta el 70% de energía de origen renovable contratada en el 2025, y un 100% en el 2030. Para alcanzar este objetivo BBVA se unió en 2018 a la iniciativa RE100, a través de la cual las empresas más influyentes del mundo se comprometen a que su energía sea 100% renovable antes del 2050.
BBVA quiere posicionarse entre las entidades líderes a escala mundial en ecoeficiencia. Incentivar el uso de energías limpias y reducir las emisiones indirectas de gases de efecto invernadero son los dos objetivos prioritarios de las líneas estratégicas de su plan.