Los cuatro jóvenes que transformaron su destino a partir de un libro
Luciana es enfermera, Jhanira trabaja como ingeniera y Estefanie es economista. Jean Paul es un apasionado de la poesía que también ha hecho de la economía su profesión. Años después de abandonar las aulas estos cuatro jóvenes peruanos se vuelven a reunir en el patio de la escuela para compartir la historia de cómo, en un país donde siete de cada diez niños no comprende lo que lee, un libro les cambió la vida.
La escuela suele ser la etapa decisiva de nuestra existencia. No solo porque en sus clases se asientan las convicciones que se acompañarán toda una vida, o porque en sus aulas se afiancen las amistades que perduran para siempre. Lo trascendental es que a partir del aprendizaje se definen las claves de las que penden la superación, el progreso y la realización.
Ese momento cumbre lo han experimentado cuatro muchachos que, puestos a evocar sus primeros años de escuela, encuentran aquel momento decisivo en sus primeros textos de primaria. Aquellos libros de comprensión lectora en los que aprendieron que las lecturas podrían ser algo más que párrafos interminables a cambio de una nota aprobatoria.
Luciana, Jhanira, Estefanie y Jean Paul son unos de los pocos sobrevivientes de ese drama que compone la educación pública peruana. Un cuadro que se compone por los locales estudiantiles en colapso, con una clase docente poco atendida y una deserción escolar en aumento.
Luciana, Jhanira, Estefanie y Jean Paul participantes de del programa 'Leer es estar adelante' en Perú.
Los pocos que asisten a clases, sin embargo, no se libran de las deficiencias del sistema. De acuerdo a cifras estadísticas, de cada 10 niños en el Perú, 7 no comprenden lo que leen. En una reciente medición de comprensión lectora realizada por Smatick entre alumnos de Perú, Chile, México, Colombia y España, nuestro país ocupó el último lugar.
La participación de los ahora cuatro jóvenes en el programa Leer es estar adelante que promueve la Fundación BBVA en Perú resulta providencial para el desarrollo de sus vidas. Puede que no les solucione todas sus necesidades, pero sin duda los mantiene mejor capacitados para poder enfrentar cada uno de los desafíos que pueda oponer el destino.
Ahora que están reunidos en el patio de una de las escuelas de los sectores populares de Lima, la evocación no produce sino sonrisas.
Fe por la vida y los libros
Es el caso de Luciana, quien además de enfermera es cristiana, que es el modo en el que se llama en el Perú a las personas que profesan la fe evangélica. Ella ha encontrado en su labor religiosa una forma de replicar las lecciones que recibió como alumna.
Luciana, enfermera y personal de apoyo educativo en su iglesia local.
En su iglesia se ha establecido una suerte de escuela que atiende a los niños de su comunidad, en ella Luciana ha empezado a dar clases de lectura a un promedio de 60 alumnos: “Las metodologías que aprendí con Leer es estar adelante las trasladé a mis técnicas de enseñanza. Me di cuenta que el programa no me ayudó solamente a mi como persona, sino que ya estaba ahora ayudando a 60 niños más”, sostiene.
El programa Leer funciona desde 2007 y convoca esfuerzos, además de la Fundación BBVA, del Estado con el Ministerio de Educación y de los sectores académicos como el Instituto de Estudios Peruanos.
De colegiala Luciana encontró en los libros de Leer es estar adelante el descubrimiento de su vocación. Aunque sus planes iniciales fueron estudiar medicina, se decantó por una especialización vinculada: la enfermería.
Desde entonces se ha dedicado en cuerpo y alma a aliviar los padecimientos de sus pacientes así como atiende las necesidades educativas de los alumnos en su iglesia: “No todo el mundo nace amando los libros, pero se puede cultivar el amor por la lectura. Leer es estar adelante te da tips de cómo implementar la lectura en tu vida cotidiana”.
Jhanira: nunca es tarde para comprender
Jhanira tiene un abuelo. Como muchos tantos peruanos de los barrios menos favorecidos de la capital, aquel hombre no recibió una educación adecuada. Ese hecho limitó sus opciones laborales y redujo sus posibilidades de alcanzar mejores condiciones de vida. Sin embargo, el destino raras veces es definitivo.
Cuando Jhanira estaba en quinto grado de primaria, se percató de las deficiencias educativas de su abuelo y aprovechó para compartir con él sus libros. Para este postergado patriarca el tiempo tuvo un gesto de resarcimiento. Junto con su nieta compartió el aprendizaje y creció con ella: “las ilustraciones de los libros resultaron muy dinámicas”, apunta Jhanira.
Jhanira, ingeniera económica graduada en la Universidad Nacional de Ingeniería.
El episodio le permitió a aprender una de las lecciones más importantes de su vida: “La educación es el máximo diferenciador que te puede hacer salir de una situación de pobreza”.
Ahora como ingeniera económica graduada en la Universidad Nacional de Ingeniería, una de las más prestigiosas del país, reconoce que las aptitudes que le inculcó el programa le sirvieron incluso en la educación superior: “El método de los libros me ayudó a diferenciarme de mis demás compañeros a tal punto de integrar el décimo superior”, señala.
Estefanie: la educación los hará libres
Michael Parkin es un autor inglés de 83 años, responsable de los más densos tratados de economía con los que deben lidiar los estudiantes de esta especialidad. Tan voluminosos y densos compendios se convierten en desafíos de aprendizaje. Para Estefanie, quien desde muy chica tuvo claro a lo que se dedicaría, no representaron problema alguno.
“Si es que yo no hubiese tenido el hábito de la lectura, creo que este súper libro de Economía de Michael Parkin no lo hubiese podido comprender”, afirma.
Cuando de niña recibió los textos de Leer es estar adelante, notó la diferencia. Las ilustraciones, las historias, el dinamismo con el que se desarrollaban las clases.
“Si la educación mejora el país estaría mucho mejor”, sentencia. Una convicción que la ha guiado como estudiante y profesional: “La educación da libertad, porque eres libre de elegir lo que quieras ser”.
Estefanie, que participó en el programa 'Leer es estar adelante' transmite como la lectura revolucionó su vida como estudiante y profesional.
Jean Paul: amor a los libros de poesía y economía
Jean Paul es descendiente de una familia de poetas cajamarquinos. No lo supo hasta que el hábito de la lectura le permitió abrirse a distintas facetas de su creatividad y formación. En los veranos, mientras otros niños se divertían en la playa o en la calle, él se dirigía hasta la histórica sede de la Biblioteca Nacional de la avenida Abancay, en el caótico centro de Lima y se dedicaba a leer lo que había en la estantería.
Así el libro “Principios de economía” de Gregory Mankiw llegó a sus manos y resultó que: “la economía me apasionaba de un modo incontrolable”, asegura. Pero todo esto no fue más que el resultado de un proceso que se inició en las clases del colegio, a donde había llegado el programa de comprensión lectora de la Fundación BBVA.
Desde muy pequeño Jean Paul siempre supo que algún día iba a ser grande y capaz de alcanzar cada una de sus metas. No tenía muy claro cómo, pero se sentía predestinado a una mejor situación. “El programa me dio la herramienta de mejorar mi comprensión lectora y eso me permitió avanzar a pasos agigantados en mi educación”.
Jean Paul descubrió su pasión por la economía gracias al programa de comprensión lectora y el libro “Principios de economía” de Gregory Mankiw.
Una educación que no se limitó a la economía, sino que le permitió disfrutar su otra pasión: la poesía, que resultó siendo una tradición familiar. “Y esto se debe a una fundación que me enseñó el valor de la lectura y esa lectura me llevó a su vez a encontrar mi verdadera vocación”, explica.
Jean Paul asegura que fue la Fundación BBVA la que lo acogió, lo orientó y lo empoderó en cada una de las facetas de su vida.
Una vida que a partir de los libros se abre plena de oportunidades.