La España Azul: la expedición científica que dibuja un mapa de la basura marina
En los océanos del planeta están algunos de los vertederos más grandes del mundo y es allí donde Nacho Dean busca documentar el estado de los ecosistemas marinos. La expedición que lidera este naturalista y divulgador malagueño se centra en la contaminación por plásticos y microplásticos, unas partículas tan pequeñas que en muchas ocasiones son imperceptibles a simple vista. Dean colabora, a través del proyecto 'La España Azul', con Aprendemos juntos 2030 de BBVA en una iniciativa para fomentar la educación medioambiental entre los más jóvenes.
El plástico es el residuo que más ingieren peces, cetáceos y tortugas. La humanidad ha generado 9.500 millones de toneladas de este material desde 1950, cuando comenzó a popularizarse por su durabilidad y manejo. Solo se ha reciclado un 9% de su producción histórica y entre el 80 y el 85% de la basura marina está compuesta de plástico, según un informe de del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Una cifra que equivale a una tonelada por cada persona viva en la actualidad y que el aventurero, naturalista y divulgador Nacho Dean (Málaga, 1980) pudo observar cuando se convirtió en el primer español en unir los cinco continentes a nado o en la primera persona en dar la vuelta al mundo a pie.
El impacto de estas imágenes le llevaron a sumarse al proyecto La España Azul, una expedición científica y divulgativa que navega a vela alrededor de la península y los archipiélagos. Esta expedición ha colaborado con ‘Reinicia tu mundo’ de ‘Aprendemos juntos 2030’, la iniciativa de BBVA para fomentar la educación medioambiental entre los más jóvenes.
“Siberia, Australia o la India sufren problemas de residuos en sus litorales y aguas, pero nos queda lejos para que el discurso se transforme en acción. Cuando hablamos de Canarias o del Cabo de Gata la cosa cambia. Esa fue la chispa para embarcarme a esta aventura”, explica el explorador, que para esta empresa cuenta con el apoyo de la Universidad de Cádiz, el Instituto Español de Oceanografía o el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Un mapa geográfico de la basura marina
La expedición zarpó en septiembre de 2022 desde País Vasco para recorrer el tramo Cantábrico y tiene previsto finalizar en el Port Bou de Blanes en junio de este año. El objetivo es documentar el estado de los ecosistemas marinos, poniendo el foco en la contaminación de plásticos y microplásticos, partículas menores a cinco milímetros que alcanzan tamaños tan pequeños que son imperceptibles, y elaborar un mapa geográfico que determine el tipo de basura que se vierte y que se deposita en los mares y océanos de la península.
En cada comunidad investigan y documentan las áreas costeras, las desembocaduras de ríos y zonas prístinas, y las labores de exploración las complementan con conferencias, charlas en colegios o limpieza de playas. “El objetivo es generar un impacto medioambiental y social a través de la investigación científica”, concluye Dean.
Dean ha capitaneado recientemente una de estas experiencias ecologistas, dentro del programa de ‘Aprendemos Juntos 2030’, llevando a un grupo de niños del colegio Gaudem de Madrid y a dos científicas de la Universidad de Cádiz para embarcar en el puerto de San Sebastián y concienciar a los más pequeños sobre el cuidado del planeta.
Algunos de los tripulantes de la expedición de Nacho Dean, que ha colaborado con 'Reinicia tu mundo' de Aprendemos juntos 2030.
Los niños palparon microplásticos y pudieron ver si eran recientes, su estructura o si llevaban químicos. “Pasamos de la teoría a una charla experiencial. Explicamos cómo estos residuos se integran en la cadena trófica, ya que muchos animales los consumen adheridos al fitoplancton. Les alucinó que en la pasta de dientes hubiera restos de este material, por ejemplo”, explica Dean.
Alexia, de 10 años, una de las pequeñas que se subió al barco cuenta lo que aprendió: “Hemos entendido que no tenemos que contaminar, ni tirar plástico ni al suelo ni al mar. Con pequeñas acciones podemos cambiar el mundo”, señala.
Durante sus recorridos a vela por el litoral de la península han encontrado basuras plásticas en zonas vírgenes y áreas marinas protegidas. Cuando limpian una playa llegan a recoger 30 o 40 kilos de basura en apenas dos horas.
En el litoral urbano aparecen colillas, toallitas, latas, vasos de plástico, mientras que en una playa salvaje, encuentran microplásticos adheridos a las algas, como en la de Sakoneta, en País Vasco. “Depende de la costa y su ubicación geográfica hallamos residuos diferentes”, señala Dean.
En la playa de Matalascañas, en Huelva, descubrieron decenas de bidones de gasolina de narcolanchas; en la playa de Rodas, la mayor de las Islas Cíes, encontraron crucetas de las bateas de mejillones; en la Concha, situada en el municipio cántabro de Suanzes, localizaron en la arena miles de pellets de polipropileno, unas pequeñas de apenas dos milímetros de diámetro que se usan como materia prima para fabricar bolsas, botellas, cepillos, sillas....
“El mapa geográfico que estamos haciendo tiene un gran valor. Hay que ir a la raíz del problema e identificar cuáles son los objetos que más aparecen para ver qué sectores de la industria son los que los generan”, explica el líder del proyecto.
Nacho Dean, naturalista y explorador, durante su colaboración con 'Reinicia tu mundo de Aprendemos Juntos 2030'.
El objetivo de impulsar parques naturales marinos
En apenas 60 años la población mundial ha pasado de 2.000 millones a 8.000, con el consecuente impacto productivo y climático. Pero también ha incrementado el número de personas comprometidas, la información en medios de comunicación y la cultura medioambiental corporativa, existen objetivos de desarrollo sostenible y más leyes de corte ecologista.
“Algo que parecía utópico se va materializando. Pero hay mucho trabajo por hacer. La juventud es heredera, pero es importante no delegar demasiado. Muchas veces son ellos que le dicen al adulto que no consuma tanto, que recicle, que lleven una botella que no sea de plástico. Pero debe ser una acción conjunta de todos como sociedad; también políticos y empresas. De poco sirve si, aunque recicles, luego vas al supermercado y todo está envuelto en plástico”, señala Dean.
Con los datos que recaben, el equipo de La España Azul pretende impulsar que el 30% de las zonas visitadas se declaren Parque Natural Marino y Área Marina Protegida, así como recopilar datos relevantes sobre el porcentaje de oxígeno en agua, la subida del nivel del mar y su temperatura, la pérdida de biodiversidad, la sobreexplotación pesquera y el impacto del turismo y el urbanismo.
Pero sobre todo, Dean quiere incidir en “la belleza” del planeta y la capacidad de sorprenderse ante la majestuosidad de nuestro mundo. “Damos por hecho que siempre va a seguir ahí mientras lo explotamos por encima de sus posibilidades. Y nos falta humildad. No lo vamos a destruir. Va a seguir con o sin nosotros, que estamos de paso y somos los últimos en llegar. La naturaleza es un sistema muy complejo que no nos necesita. Somos un eslabón más de ella”, concluye.