¿Es posible un mundo sin bancos?
Existe un órgano esencial para el funcionamiento del resto del cuerpo humano. Es el corazón. La función del corazón es la de bombear sangre en dos direcciones: hacia los pulmones, donde se le añade oxígeno y se elimina dióxido de carbono; y hacia el resto del organismo, distribuyendo el oxígeno y el resto de nutrientes. De la misma forma, podemos decir que la banca es esencial para el funcionamiento de la economía, pues dirige el ahorro hacia la inversión, permitiendo el avance de la economía. ¿Cómo lo hace? Con su actividad principal: capta depósitos y destina ese dinero a conceder préstamos a familias, empresas y el sector público, fomentando el progreso de toda la sociedad y la creación de riqueza.
1. Los bancos son un sector esencial
2. Contribuyen al crecimiento económico y al bienestar social
3. Facilitan que las personas consigan sus metas
4. Fomentan el crecimiento de las empresas y su internacionalización
5. Entienden a los emprendedores
6. Son intermediarios entre las administraciones públicas y la sociedad
7. Apoyan a los colectivos más desfavorecidos
8. Luchan contra la exclusión financiera en las zonas rurales
9. Ofrecen sus servicios de forma clara y transparente
10. Están a la cabeza de la digitalización
11. Están a la vanguardia de la innovación y protegen tus datos
12. Contribuyen a la descarbonización y a la lucha contra el cambio climático
13. Impulsan la investigación, la ciencia y la educación
En el siglo XVIII, el sistema financiero español nació para financiar el progreso de su comunidad, de las personas y de los negocios, en plena revolución industrial. Desde su origen, la razón de ser de los bancos ha sido acompañar a las personas y los negocios en sus momentos vitales, mediante financiación y asesoramiento, y con ello impulsar la transformación de la economía. Después de varios siglos de modernización y mayor prosperidad, el sistema bancario no ha perdido de vista este objetivo, a pesar de las dificultades que ha tenido en distintos momentos de su historia, como en la crisis de 2008, y que han supuesto una pérdida de confianza de parte de la población española hacia los bancos y sus gestores.
Hoy, los bancos afrontan un contexto con exigencias de la sociedad en lo más inmediato, como la atención de los clientes mayores y la población de las zonas rurales o las medidas de apoyo a las familias con dificultades para hacer frente al pago de sus deudas.
En este entorno, es importante recordar que la banca sigue siendo un negocio de personas, donde el trato personal es clave. Y los bancos han escuchado las demandas sociales y están reaccionando para dar una respuesta. Así, por un lado, la atención en las oficinas físicas sigue siendo fundamental para las operaciones más complejas, como las hipotecas, o el asesoramiento de un experto. Pero también son relevantes los esfuerzos por ofrecer un servicio personal más allá de las oficinas, como una buena atención por teléfono (ágil, eficaz y profesional) con gestores remotos.
Además, los motivos que hicieron necesaria la creación de los bancos hace siglos siguen vigentes en la actualidad y su contribución al progreso social es muy tangible. Veamos cuáles son esos motivos para volver a creer en la banca, uno a uno.
En el mundo actual, sería impensable imaginar una sociedad que funcione sin electricidad, transporte o comunicaciones. Pero, ¿sería posible un mundo sin bancos? Sin la presencia de las entidades financieras en nuestra economía es posible que no hubiera inversión privada, las familias no podrían acceder a la financiación necesaria para acceder a una vivienda y las empresas no tendrían capacidad de financiarse para crecer.
Esto se puso de manifiesto, de forma muy clara, durante la pandemia del COVID-19. Los bancos fueron declarados un sector esencial y mantuvieron abiertas las sucursales durante el estado de alarma por el coronavirus, acompañando a las familias, las empresas, los autónomos y las administraciones públicas, con el fin de que el impacto de la crisis sanitaria en el sistema financiero fuese el menor posible. Las entidades financieras volcaron todos sus esfuerzos en ofrecer soluciones a sus clientes, a través de múltiples canales como el servicio telefónico, el correo electrónico, la banca digital, la ‘app’, los cajeros automáticos y la oficina móvil.
Tras la pandemia, la sociedad ha cambiado y los ciudadanos exigen que la banca se adapte a nuevas necesidades para seguir siendo relevante en sus vidas. Una de ellas es la forma de relacionarse. Los hábitos de los clientes han ido evolucionando y, a día de hoy, la industria bancaria ha tenido que transformarse para ofrecer una combinación de canales remotos y presenciales de relación con el cliente; los consumidores no sólo buscan las mejores condiciones financieras, sino también la mejor experiencia posible. La mayoría de personas quiere operar de forma inmediata, a través del móvil, en cualquier momento y desde cualquier lugar, sin perder el acceso a un trato personal para tomar decisiones sobre su dinero.
Este hecho implica que la banca tiene que esforzarse aún más para cultivar estas relaciones, para seguir siendo el corazón de la economía, algo que supone todo un desafío para el sector: humanizar la relación con un mayor contacto a través de estos canales, y combinar lo digital y lo presencial para fortalecer la sensación de atención y cercanía.
Existe una creencia acerca de que la banca siempre gana, que está más centrada en sus beneficios que en el bienestar del resto de la sociedad. Nada más lejos de la realidad. De hecho, a los bancos les va mejor cuando la economía está en un ciclo de crecimiento, y viceversa. Décadas de investigación económica han puesto de manifiesto el efecto positivo de tener sistemas financieros bien regulados y competitivos sobre el crecimiento a largo plazo y el bienestar.
Las entidades financieras desempeñan un papel neurálgico en la economía, esencial para garantizar el funcionamiento del resto del sistema. Sin la actividad bancaria, el conjunto de la sociedad colapsaría.
Aquí radica el origen y la principal misión de los bancos: actúan como dinamizador de la actividad a través de la concesión de crédito a la economía real. Esta es la forma más importante en la que un banco contribuye a la sociedad.
El crédito concedido por la banca en España ha aumentado el PIB per cápita más de un 20%
Para ilustrar esta afirmación, podemos pensar en cómo los bancos han acompañado el desarrollo de la economía y sociedad españolas en las últimas décadas, contribuyendo, apoyando y fomentando el cambio. Como muestra, un dato: el servicio de estudios BBVA Research estima que en los últimos 40 años, y a pesar de la gran crisis financiera de hace más de una década, el crédito concedido por la banca en España, como parte de su actividad principal de intermediación (es decir canalizar ahorro hacia el crédito), ha aumentado el PIB per cápita más de un 20%, con impactos también muy positivos en productividad por hora trabajada (+31%), inversión (+27%), y el consumo privado (+11%).
Además, los bancos proporcionan seguridad en los sistemas de pago, facilitando la transferencia de recursos entre los diferentes actores de la sociedad. Para cumplir esta función, la banca debe ser rentable y solvente. La estabilidad del sistema financiero depende de la salud de los bancos. También los bancos facilitan que las personas puedan ahorrar de forma segura para su futuro, siendo agentes confiables para depositar sus ahorros y gestionar sus inversiones.
En el verano de 1857 comienza la andadura del Banco de Bilbao, germen de lo que es hoy una entidad global con fuertes raíces locales. El banco nació como una iniciativa de gente de Bilbao, que buscaba unir esfuerzos para financiar el progreso de su comunidad, de las personas y de los negocios, en plena revolución industrial. Y ese es el espíritu que ha mantenido durante sus más de 160 años de historia.
BBVA fue el primero en introducir la tarjeta de crédito en España en 1970
Pero el apoyo de los bancos al desarrollo social va más allá. Desde sus orígenes, BBVA ha acompañado el progreso de la sociedad española, no sólo en el plano financiero, sino también en el social. Ya en 1917, el banco financió la construcción del Metro de Madrid con un crédito de 4 millones de pesetas. Más tarde, en 1969 Banco Bilbao fue la primera entidad española en permitir a las mujeres realizar trámites bancarios bajo el lema ‘¿Un banco que se preocupa por nosotras?’, tenía el objetivo de ofrecer un servicio específico con asesoramiento financiero y comercial a la mujer, que le permitiera realizar determinados trámites bancarios sin autorización de un tutor legal. Años más tarde, BBVA fue el primero en introducir la tarjeta de crédito en España en 1970; y en la creación, en 1986, de la figura del defensor del cliente.
Las entidades financieras contribuyen a la sociedad desde otros dos planos. Por un lado, son fuertes generadores de empleo de calidad. En el caso de BBVA, emplea a más de 27.000 personas en España y más de 121.000 en el conjunto de los países en los que opera. Además, los bancos contribuyen cada año a las arcas públicas con el pago de impuestos, que en el caso de BBVA superó en 2022 los 13.000 millones de euros de contribución fiscal entre impuestos propios y de terceros en todo el mundo. En España, BBVA contribuyó con un total de 3.384 millones de euros.
Una vez pagados estos impuestos, las entidades suelen dedicar una parte relevante de sus beneficios a remunerar a sus accionistas, que incluyen a miles de personas en España, y otra parte se dedica a reinvertir en la entidad para tener mayor capacidad de dar crédito. Entre un 40% y un 50% del beneficio de BBVA, en concreto, se destina a remunerar a sus accionistas, que incluye a más de 725.000 personas además de inversores institucionales. El dividendo que paga BBVA es por tanto un apoyo de renta adicional para cientos de miles de personas, en su inmensa mayoría españoles. Estos accionistas conforman, junto a inversores institucionales que gestionan fondos con miles de partícipes, la base accionarial del banco.
Los bancos acompañan a las personas en los momentos más relevantes de sus vidas. No sólo con crédito, sino, y muy importante, con asesoramiento. Un banco hace posible que una familia afronte el nacimiento de un hijo, o financie sus estudios universitarios, o que una pareja obtenga el crédito necesario para organizar su boda.
te ayudan a tomar las mejores decisiones
Pensemos por ejemplo en el acceso a la vivienda. Pocos momentos hay más ilusionantes -a la vez que estresantes- que la compra de una casa. Para la mayor parte de los ciudadanos, no sería posible comprar una vivienda de no ser por el asesoramiento y la financiación que reciben por parte de su banco. El 80% de la población ve cada vez más difícil comprarse una casa, según Business Insider. Sin embargo, las cerca de 2.000.000 de hipotecas firmadas en los últimos 5 años, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, demuestran que es posible. En el caso de BBVA, entre 1990 y 2022, el banco ha financiado a más de 2 millones de familias para que adquieran una vivienda. Solo en 2023, 59.200 familias compraron su vivenda con una hipoteca de BBVA, un segmento donde el banco concedió 5.700 millones de euros de nueva financiación.
Existen una serie de momentos cruciales en la vida de toda empresa, desde su creación y crecimiento hasta su expansión internacional. En todos ellos, contar con la financiación necesaria es clave. Esto se torna particularmente relevante para las pymes y autónomos, que son el 99,9% de las empresas españolas, y no cuentan con vías alternativas para financiarse en el mercado, como sí sucede con las grandes empresas. Aquí los bancos son su aliado natural. La buena noticia es que más del 82% de las que solicitan financiación bancaria la consiguen, según el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Por ejemplo, en un solo año (2023), un banco como BBVA financió el crecimiento de más de 162.000 PYMES y autónomos, y de más de 14.000 empresas de mayor tamaño, con casi 100.000 millones de euros de nueva financiación, contribuyendo con ello a la creación de empleo.
Si hablamos de internacionalización, esta financiación tiene aún más peso. Los bancos españoles han acompañado a las empresas del país en su proceso de salida al exterior primero en Latinoamérica, y luego en otras regiones. BBVA fue uno de estos acompañantes, en paralelo a su propia expansión internacional, que comenzó en los años 90 en América Latina; y continuó a principios de siglo en EE. UU., y en 2011, en Turquía. El Banco de Bilbao fue el primer banco español y del resto de Europa en abrir sucursal en París, en 1902. A día de hoy la entidad está presente en más de 25 países.
Estrechar lazos con el ecosistema emprendedor es también una prioridad para los bancos. Las entidades bancarias están acelerando startups y fomentando la innovación del sector empresarial. No solo ofrecen financiación, sino que cada entidad desarrolla sus propias iniciativas: algunas se centran en el asesoramiento o en dotar de habilidades y competencias al emprendedor y otras apuestan por la vinculación o exposición, pero siempre con un mismo objetivo que es ayudar a las startups a que sus modelos de negocio sean viables y se conviertan en empresas rentables. En el caso concreto de BBVA, en julio de 2022 nació BBVA Spark, y después de un año de vida, ya cuenta con más de 700 clientes y ha gestionado más de 200 millones de euros en financiación.
Las entidades bancarias también son intermediarias entre las administraciones públicas y la sociedad.
Los bancos hacen posible que las prestaciones de las administraciones públicas (por desempleo, pensiones, etc.) lleguen a los ciudadanos a través de las cuentas bancarias que mantienen en las entidades
También contribuyen a la recaudación fiscal, cuando canalizan el pago de impuestos de ciudadanos y empresas a Hacienda. Además, es muy conocida la colaboración de las entidades financieras en la financiación público-privada, como fueron los préstamos ICO concedidos para paliar los efectos de la pandemia del COVID o la guerra de Ucrania entre las empresas españolas.
En un contexto de desaceleración económica y subida de tipos de interés, las entidades también velan por los clientes en situación de vulnerabilidad y trabajan de la mano con ellos para encontrar soluciones adaptadas a sus necesidades en cada momento, por ejemplo a la hora de hacer frente al pago de sus cuotas hipotecarias. Además, desde el inicio de la crisis financiera en el año 2008 y hasta 2023, BBVA puso a disposición de sus clientes con dificultad para poder afrontar refinanciaciones, con códigos de buenas prácticas y viviendas destinadas a alquiler social.
Asimismo, los bancos y sus fundaciones cuentan con décadas de experiencia en la gestión de ayuda a los colectivos más vulnerables, con profesionales y voluntarios repartidos por toda España. Su labor es fundamental para mantener la cohesión de muchas personas que, por distintas razones, no pueden acceder a las ayudas por los canales habituales.
BBVA puso a disposición de sus clientes con dificultad para hacer frente a sus préstamos hipotecarios, viviendas destinadas a alquiler social
Desde 2022, y como respuesta a una preocupación social creciente, las entidades han puesto el foco en atender a los clientes vulnerables o que requieran de un servicio diferenciado, con el objetivo de fomentar la inclusión financiera. En concreto, este año el sector bancario ha reforzado las medidas de mejora para los mayores de 65 años, ya que casi el 30% de este segmento de la población no usa internet de manera frecuente, según el Instituto Nacional de Estadística. BBVA ha ampliado el horario de caja para la atención presencial en determinados servicios, que ha beneficiado a más de 800.000 clientes de más de 65 años; ha implementado la atención preferencial en sucursales y vía teléfono; ha mantenido la libreta para aquellos clientes que así lo deseen; ha adaptado todos sus cajeros automáticos (4.719), aplicaciones y sitios web con un lenguaje y un diseño más sencillo. Además, ha lanzado una ‘app’ adaptada para los mayores de 65 años: más sencilla, fácil de entender y accesible para este segmento de la población. Por último, ha contratado 341 agentes de ventas para atención presencial y soporte digital, que brindan apoyo a los clientes afectados por la brecha digital o aquellos que requieren un servicio más personalizado.
Los bancos colaboran con el Gobierno en la creación de protocolos para abordar retos sociales, como es el impacto de la digitalización, la despoblación de las zonas rurales o el efecto de la subida de los tipos de interés. Un ejemplo es el Código de Buenas Prácticas para ayudar a las personas con dificultades para hacer frente al pago de sus hipotecas. También son claves en las campañas solidarias que impulsan los gobiernos para recaudar fondos. En definitiva, la banca ha sido clave para mitigar el impacto de las últimas crisis económicas, la pandemia del COVID y diversos desastres naturales, como la erupción del volcán de la Palma.
BBVA destinará junto a sus fundaciones 550 millones de euros a iniciativas sociales en el periodo 2021 a 2025
Más allá del impacto positivo que genera el negocio bancario de forma directa, los bancos también buscan apoyar a la sociedad mediante su acción social. En el caso de BBVA, a través del Compromiso con la Comunidad 2025, destinará junto a sus fundaciones 550 millones de euros a iniciativas sociales en el periodo 2021 a 2025. Este plan pretende alcanzar a 100 millones de personas, con el objetivo de reducir las desigualdades y promover el emprendimiento, contribuir a crear oportunidades a través de la educación y apoyar la investigación y la cultura.
La despoblación de las zonas rurales es un tema de plena actualidad, que también es un reto para el sector bancario español. Por este motivo, en 2022 las tres patronales bancarias se pusieron de acuerdo para firmar una hoja de ruta y reforzar la inclusión financiera de las personas que viven en las zonas rurales. De esta forma, ofrecen soluciones para asegurar el acceso al servicio financiero en la España rural. La hoja de ruta propone diferentes medidas en función del tamaño del municipio, incluyendo la instalación de 240 nuevos cajeros automáticos.
Gracias al esfuerzo y al compromiso del sector bancario se ha disminuido el porcentaje de población con dificultades de accesibilidad financiera. A nivel particular, además, algunas entidades como BBVA han firmado un acuerdo con Correos para ampliar los servicios financieros en la España rural. Con este acuerdo de colaboración, BBVA pone a disposición de la población 1.882 oficinas, 4.719 cajeros y una red de 353 agencias en áreas rurales. Además, Correos tiene 2.388 oficinas informatizadas y 2.389 oficinas rurales, para retirar dinero en efectivo con el menor desplazamiento posible.
En América Latina, donde la población rural sin acceso a los servicios financieros formales es mucho mayor, las entidades de la Fundación Microfinanzas BBVA tienen un papel relevante, especialmente para los emprendedores con pocos recursos y excluidos del sistema financiero. Estas entidades atienden actualmente a un millón de personas que viven en zonas rurales, y han desembolsado más de 480 millones de dólares en microcréditos productivos en 2023 a emprendedores en vulnerabilidad en estas áreas.
Las comisiones son las cantidades que los bancos adeudan como contraprestación a los servicios que prestan, como por ejemplo, enviar una transferencia, cambiar divisas, mantener una cuenta o tener una tarjeta de crédito. Es decir, son como en cualquier otro sector, los honorarios cobrados por sus servicios.
Las entidades bancarias quieren crear una relación a largo plazo con sus clientes, ya que tener el máximo conocimiento de su ciclo de vida es la mejor forma de asesorar financieramente a las personas. Por este motivo, hay bancos, como BBVA, que no cobran comisiones si el cliente se vincula lo suficiente con la entidad: domiciliando una nómina, los recibos o contratando algún otro producto. En este sentido, el 80% de los clientes de BBVA en España no paga comisiones. Las personas que tengan contratada una Cuenta Online Sin Comisiones, disponible sólo para nuevos clientes, tampoco lo hacen. Lo que el banco pretende es ofrecer toda la información necesaria de una forma clara y transparente. Para ello, BBVA tiene a disposición del cliente simuladores (Cuenta Elección, tarjetas) que le ayudan a calcular las comisiones que podría tener.
La digitalización permite brindar a los clientes canales más cómodos, sencillos y accesibles para que puedan relacionarse con el banco cuándo y cómo más les convenga. En los últimos años, la banca española ha dado un salto de gigante hacia la digitalización de sus productos y servicios, acompañando e impulsando al mismo tiempo el nivel de digitalización de sus clientes. Ahora las personas quieren operar con inmediatez y de forma sencilla. Por ello, los bancos están volcados en cultivar nuevas relaciones más humanas; mediante la combinación de lo digital y lo presencial. BBVA lleva años trabajando en la accesibilidad para que su aplicación móvil en España sea lo más sencilla posible, de hecho este año se ha centrado en los clientes sénior para que puedan consultar sus movimientos y productos bancarios, así como realizar su operativa más habitual de una manera más sencilla.
BBVA tiene un ADN pionero en innovación, que se puso de manifiesto en su apuesta por la digitalización del banco, hace casi dos décadas. Sin ir más lejos, la ‘app’ de BBVA en España ha sido reconocida por Forrester, en varias ocasiones, como la mejor aplicación de banca en el mundo. Por ejemplo, fue la primera en España que permitió a sus clientes iniciar pagos desde cuentas de otros bancos. Una prueba del éxito de esta estrategia es que BBVA sigue batiendo récords en captación de clientes: más de 11 millones de clientes nuevos en todo el mundo en 2023; un 65% de los cuales se unieron al banco a través de canales digitales.
Las funcionalidades de la app de BBVA van, además, mucho más allá de los servicios bancarios básicos, ya que también permiten a los usuarios conocer, por ejemplo, el precio de su vivienda o su coche en el mercado con BBVA Valora. El banco también comparte su conocimiento financiero y ha desarrollado toda una serie de herramientas de salud financiera para que sus clientes puedan tomar mejores decisiones con su dinero y mejorar sus finanzas.
Más allá de la digitalización y todo lo que eso conlleva, vivimos en una ola de innovación y disrupción sin precedentes, con tecnologías como el uso de los datos y la inteligencia artificial - especialmente ChatGPT y los modelos de lenguaje generativos-, en la que los bancos siempre intentan estar a la vanguardia. Las entidades bancarias son el tipo de empresa en la que más confían los usuarios para la custodia de sus datos personales, según el Banco de Pagos Internacionales. La cantidad de canales de acceso, la inmediatez en las operaciones, exponen a la actividad bancaria a nuevas amenazas que exigen nuevos mecanismos de protección para garantizar los niveles de seguridad adecuados.
La banca en general, y BBVA en particular, han aumentado sus esfuerzos notablemente para informar, formar y concienciar sobre los principales riesgos de ciberseguridad, a través de todos los canales disponibles y en las numerosas interacciones con los clientes. El factor humano es clave, en la medida en la que, en la inmensa mayoría de los casos, es necesaria la ‘colaboración inconsciente’ del cliente para llevar a cabo el fraude. Por tanto, conseguir que los clientes sepan cómo protegerse es vital. BBVA es la primera entidad financiera que, de forma gratuita, ha puesto a disposición de sus empleados y del público en general cursos de formación en ciberseguridad. Los cursos se lanzaron en 2022 y ya hay más de 17.000 personas formadas.
Según WWF, la península Ibérica es la región europea que más sufrirá la desertificación. España debe actuar rápido para frenar el cambio climático, pues el 75% del territorio nacional vive amenazado por la sequía. Este es solo uno de los fenómenos que sufre el país y todos los sectores tienen la responsabilidad de sumarse a la carrera para descarbonizar la economía.
El sector financiero no es uno de los más contaminantes, pero sí tiene capacidad para que las industrias contaminantes emitan menos C02. ¿Cómo lo consigue? Mediante dos vías: la primera, es la movilización de financiación hacia aquellas nuevas tecnologías de descarbonización que aún no son rentables, y hacia las que ya lo son para que sean escalables; y por otro lado, financiando a aquellos sectores más intensivos en emisiones en su transición hacia un modelo descarbonizado. La segunda vía es el asesoramiento, el acompañamiento, de sus clientes hacia una economía descarbonizada, más sostenible e inclusiva.
En 2019, los bancos firmaron un acuerdo en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP25), en el que se comprometieron a reducir la huella de carbono en sus carteras de crédito. Por aquel entonces los bancos desarrollaron metodologías para valorar el impacto que pudieran tener en sus balances la actividad desarrollada por sus clientes, siempre desde el punto de vista de preservación del medioambiente y la lucha contra el cambio climático. A día de hoy no solo han canalizado recursos, sino que han minimizado los riesgos. En el caso de BBVA, la apuesta por la sostenibilidad es clara: el banco se marcó unos objetivos de negocio sostenible muy ambiciosos y, cada año, los ha superado. De hecho, se han multiplicado por tres hasta los 300.000 millones de euros a 2025.
Los bancos y sus fundaciones son agentes activos del progreso de toda la sociedad gracias al fomento de la investigación, la ciencia y la educación. En concreto, la Fundación BBVA a través de iniciativas tan relevantes como los Premios Fronteras del Conocimiento y las becas Leonardo, centra su actividad en el análisis de cuestiones emergentes en cinco áreas estratégicas: Medio Ambiente, Biomedicina y Salud, Economía y Sociedad, Ciencias Básicas y Tecnología, y Cultura. En estas áreas, la Fundación BBVA diseña, desarrolla y financia proyectos de investigación; facilita la formación avanzada y especializada mediante becas, cursos, seminarios y workshops; concede premios a investigadores y profesionales que hayan contribuido significativamente al avance del conocimiento; y comunica y difunde dicho conocimiento mediante publicaciones, debates y conferencias.