Así trabajan los infatigables guardianes de la biodiversidad en España
La Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, con su programa para recuperar a esta ave en peligro crítico de extinción, y Adenex, que desde hace cuatro décadas trabaja para preservar el patrimonio natural de Extremadura, son dos ejemplos de los cientos de voluntarios y organizaciones que se esfuerzan a diario para preservar la biodiversidad en España.
La imponente silueta del quebrantahuesos vuelve a surcar las montañas de Europa después de ausentarse casi por completo. Desde finales del siglo XX, sus colosales 2,80 metros de envergadura apenas se recortaban en el cielo de los Pirineos. Esta cordillera era el único refugio de una de las rapaces más grandes del continente. Solo allí se podía escuchar el característico eco de los huesos golpeando las rocas cuando estas enormes aves carroñeras los dejan caer desde grandes alturas para romperlos y comérselos luego.
Esta extraordinaria pericia convertía al gypaetus barbatus (quebrantahuesos) en el último eslabón en el aprovechamiento de las carroñas. La única ave del mundo que solo se alimenta de restos óseos, sin embargo, se encontraría al borde de la desaparición de no ser por un grupo conservacionista, la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ ).
“Los polluelos que nazcan en nuestro centro de cría van a repoblar no solo Picos de Europa, sino también la España central, Gredos y Teruel, en los próximos años”, explica Gerardo Báguena desde el Centro de Cría en Aislamiento Humano de Quebrantahuesos (CRIAH), en Pastriz (Zaragoza). En este espacio, la Fundación incuba a ejemplares rescatados cuando aún son huevos de nidos en riesgo o con nula probabilidad de supervivencia.
Este innovador programa de rescate y cría en cautividad desarrollado en el último cuarto de siglo ha logrado que esta espectacular ave vuelva a criar en varios lugares de España, a pesar de considerarse una especie extinta en la mayoría de las cadenas montañosas europeas.
Misiones especiales para rescatar huevos en peligro
Desde 1995, equipos de FCQ realizan arriesgadas misiones de escalada para rescatar huevos sin probabilidad de sobrevivir. Los polluelos son criados desde que pesan unos gramos, y luego se les enseña las costumbres de su especie antes de reintroducirlos en su medio. “Serían inviables si no los rescatáramos”, dice Báguena. Son huevos con un alto riesgo de caída por la situación del nido o huevos de una puesta doble, en la que un pollo suele matar al otro como método de selección natural y ante la inacción de los padres.
La fundación dirigida por Báguena ha mejorado el conocimiento de esta especie. Por ejemplo, para simular las condiciones del nido en el centro de cría, cambiaron los huevos rescatados por sensores con forma ovalada. Recabaron así datos como la temperatura o las veces que son girados por las madres para mejorar la supervivencia de los huevos incubados artificialmente.
Nacido el polluelo, los expertos usan la técnica de impronta natural para simular la crianza, y después el ejemplar vive en cautividad en el Parque Nacional de Ordesa y en el de Picos de Europa durante tres meses y un mes, respectivamente. Terminados estos periodos de adaptación, el ejemplar se pone finalmente en libertad.
En los últimos 25 años, FCQ ha conseguido aumentar en más del 200% la población de esta especie; primera en gozar de protección legal en España. “Hemos pasado de una situación crítica en los años 90, con apenas 100 ejemplares en toda España, a los más de 1.200 existentes en la actualidad”, resume Báguena.
Desde 1995 la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos realizan arriesgadas misiones de escalada para rescatar huevos sin probabilidad de sobrevivir. - Fundación BBVA
Voluntarios para repoblar los bosques quemados en Extremadura
De la misma forma que FCQ actúa mediante alianzas sectoriales, como la ganadería extensiva, otros grupos crean vínculos similares entre naturaleza y sociedad tan vitales para la biodiversidad española. Es el caso de la Asociación para la Defensa de la Naturaleza y los Recursos de Extremadura (Adenex), que fomenta la unión emocional de la población con su entorno a través de acciones que movilizan a miles de voluntarios al año, como anillamientos de aves, programas de repoblación, limpieza de espacios naturales o campamentos escolares. “Para nosotros la educación ambiental es muy importante”, dice su presidente, Jorge Vega.
Muestra de esto es Planta-bosques, un proyecto de voluntariado creado tras los incendios en Extremadura de 2003. Esta iniciativa moviliza cada año a un millar de voluntarios que han plantado ya más de 360.000 árboles.
Adenex fomenta la unión emocional de la población con su entorno a través de acciones como anillamientos de aves. - Fundación BBVA
Adenex también ha logrado proteger al aguilucho cenizo (circus pygargus), cuyo hábitat está amenazado por las cosechadoras. Estas pequeñas rapaces aprovechan los campos donde se cultiva trigo o cebada para instalar sus nidos. A cambio del alojamiento, prestan un servicio a los agricultores, ya que eliminan especies que dañan la cosecha (topillos, ratones, langostas u aves granívoras). Para proteger a estos hacendosos aguiluchos, los voluntarios de Adenex, junto a agricultores y labriegos, hacen un seguimiento de nidos y pollos recorriendo extensiones inmensas de cultivos bajo el sol abrasador de la región.
“Si no lleváramos 40 años promoviendo el cuidado de la naturaleza, quizás Extremadura sería hoy distinta”, afirma Jorge. Desde su fundación en 1978, Adenex ha logrado preservar grandes superficies de dehesas y monte mediterráneo. Es el caso de las casi 20.000 hectáreas del Parque Nacional de Monfragüe, santuario de numerosos especies de aves y comunidades vegetales, ahora protegidas gracias al activismo incansable de la asociación. “Cuando se creó [Adenex], apenas empezada la democracia, el asociacionismo para defender la naturaleza prácticamente no existía”, dice Jorge: “Ahora la ciudadanía se implica mucho más”.
Adenex lleva conservando la naturaleza durante más de 40 años. - Fundación BBVA
Los proyectos regionales de Adenex no paran. Como pionera en la creación y gestión de reservas biológicas, estableció la Red de Reservas Biológicas de Adenex, que hoy cubre más de 367 hectáreas, e impulsó la creación de una Agencia de Medioambiente en Extremadura.
Pese al apoyo recibido, su director llama a que se ponga el foco de la economía moderna en la preservación. “Hasta ahora la conservación está bonificada solo a través del turismo, que viene a disfrutar de la naturaleza”, empieza Jorge: “Pero el patrimonio natural debe ser valorado tanto como el industrializado. Somos el pulmón de España y de Europa, y eso se debería valorar también económicamente”.
Con el objetivo de dotar del apoyo económico que demandan y que se merecen, así como para reconocer su infatigable papel frente a la crisis medioambiental que amenaza el futuro de planeta, la Fundación BBVA ha galardonado a ambas asociaciones durante las ediciones XV y XVI de los Premios a la Conservación de la Biodiversidad en España.