Jeffrey Gordon gana el Premio Fronteras por descubrir el papel clave de los microbios intestinales en la salud humana
El investigador estadounidense ha sido reconocido con el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Biología y Biomedicina por sus hallazgos pioneros en demostrar la importancia del microbioma intestinal. Sus descubrimientos han permitido demostrar que los microbios intestinales desempeñan un papel fundamental en enfermedades como la obesidad o la diabetes.
El jurado de los premios ha destacado que el trabajo pionero de Gordon y su equipo ha abierto una nueva área de investigación básica en biomedicina para profundizar y entender el papel de los microbios en el funcionamiento del organismo. Estos avances están permitiendo nuevas vías de investigación para la búsqueda de tratamientos innovadores en el estudio de múltiples enfermedades.
“Gordon y su equipo fueron los primeros en demostrar la importancia del microbioma intestinal en la regulación de la fisiología animal”, ha resaltado el jurado durante el fallo del premio. “Tras este hallazgo fundamental, muchos grupos en todo el mundo han demostrado que los microorganismos que pueblan el intestino desempeñan un papel central en la salud y en enfermedades como la obesidad, la diabetes o la enfermedad inflamatoria intestinal, y podrían tener importantes implicaciones en la patogénesis de enfermedades neurológicas y en la respuesta a fármacos”, prosigue el acta.
Uno de los descubrimientos más relevantes de Gordon ha sido la vinculación entre obesidad y los microorganismos presentes en el intestino. Las investigaciones de Gordon se han centrado en averiguar el comportamiento normal en las comunidades de microbios intestinales, identificar desviaciones de lo normal, y comprobar si esas desviaciones pueden ser la causa algunas enfermedades. Sus investigaciones también han concluido que las consecuencias a largo plazo de la malnutrición en niños no solo dependen de la dieta sino también de la adquisición de un microbioma sano.
"Somos una maravillosa mezcla de componentes genéticos y celulares de microbios y humanos"
Aunque es un campo de investigación en plena efervescencia, Gordon recuerda que “hay que ser muy humilde ante todo lo que queda por aprender”, y no caer en la tentación de pensar que hay microorganismos que engordan y otros que adelgazan. El efecto de cada microbioma es personal, porque “lo importante es la interacción” entre los microorganismos y las células del portador.
Una de las áreas donde se están aplicando los descubrimientos de Gordon es los posibles usos terapéuticos del microbioma. Según el acta, “los trasplantes de microbiota fecal pueden ser beneficiosos para el tratamiento de algunas enfermedades, entre ellas algunos tipos de colitis. A medida que avanza el conocimiento de los mecanismos moleculares precisos que median la influencia de las bacterias sobre nuestra fisiología, se abre una gran promesa en el desarrollo de tratamientos contra diversas enfermedades humanas”.
“Somos más microbianos que humanos”
“La gente debe adoptar una visión más amplia de sí misma: somos una maravillosa mezcla de componentes genéticos y celulares de microbios y humanos”, ha comentado Gordon tras conocer el premio. Para el estadounidense, existe una simbiosis esencial entre microbios y humanos para la supervivencia mutua y una “colaboración constante entre las decenas de billones de microbios que habitan en nuestro cuerpo, y nosotros mismos”.
Gordon se muestra “cautivado” por la noción de que hace cientos de millones de años un organismo mucho más simple tuvo que decidir si contaba con genes suficientes para metabolizar los nutrientes que necesitaba, o si adoptaba los de otros organismos, entablando con ellos una relación simbiótica que dura hasta el presente. “Se asocia a los microbios a guerras y conflictos, en vez de a la cooperación, pero lo que han desvelado nuestras investigaciones es que los microbios pueden ser nuestros amigos”, comenta.
De hecho, “hay cien veces más genes microbianos que humanos en nuestros cuerpos, así que en ese sentido somos más microbianos que humanos”, en una relación de beneficio mutuo. “La pregunta que debemos hacernos es hasta qué punto nuestra biología es fruto de la contribución de nuestros microorganismos”, cuestiona.