iRedes: Corro con sandalias por ‘culpa’ de las Redes Sociales
El jueves 3 de marzo tendré el honor de estar en las tablas de iRedes junto al corredor profesional Chema Martínez. Charlaré con él, entre otras cosas, sobre su liderazgo indiscutible como divulgador de running (‘antes’ correr), en las Redes Sociales. También de cómo las empresas quieren asociarse con él por los valores que transmite. Saldrá el ejemplo de su papel en la Carrera Solidaria de BBVA... Para lo que no habrá mucho hueco será para explicar por qué corro con sandalias planas. Pero aquí sí.
El ratio de 4 lesiones cada 12 meses durante los últimos 14 años a pesar de calzar plantillas a medida y zapatillas de postín, terminó de encender la mecha de mi inquietud. “Una actividad, el correr, que se sabe que es innata al ser humano, no puede ser tan lesiva. Algo falla”, pensé hace unos 5 años. Conviene decir que trabajo en temas de Métricas (Comunicación Inbound BBVA) y soy un convencido del método científico, del método científico bien aplicado. A partir de ahí fue cuando, tras una serie de hechos, me encontré en las redes sociales con información de gente que corría con sandalias. Incluso descalzos. En grupos como ‘Cualquiera puede hacerlo’ o ’Pies negros’, entre otros, me topé con argumentos y estudios al respecto, los cuales chocaban contra mi sentido común, de la misma forma que ahora esto chocará contra el vuestro.
Es evidente que en mi caso nunca me adapté del todo ni a correr con los pies oprimidos, encerrados, ‘escayolados’, ni con el talón elevado por encima de los metatarsos, pues no conseguía correr con una ergonomía de carrera óptima, por mucho trabajo de técnica de carrera que hiciera. Y me dolía caderas, rodillas… todo. Ojo, felicidades a los millones de personas que corren rápido (o lento) y con salud con zapatillas. Cada uno que corra con lo que le vaya bien. Faltaría más.
Ahora, tras un período de adaptación largo con zapatillas planas, anchas y de suela fina, mis dolores han desaparecido, mis pies se han ensanchado y son más fuertes y hábiles; también mis dedos continúan separándose y poniéndose más rectos. No me duelen las rodillas y mi grado de lesiones ha disminuido considerablemente. Desde hace algún tiempo corro con sandalias tanto por asfalto como por monte. Y alguna que otra vez corro descalzo...
A partir de aquí, prefiero dejar una serie de preguntas:
¿Por qué casi nadie que corre descalzo cae primero con el talón?
¿Por qué cuando saltas en el sitio evitas caer de talón?
¿Qué pasaría si desde que nacemos nos pusiesen guantes duros en las manos?
¿Hay músculos en los pies?
¿Qué diferencias de movimiento se observan entre los corredores populares que van descalzos y los que van con zapatillas?
¿Por qué el % de lesiones de aficionados a correr no ha disminuido desde mediados de los 80 hasta ahora?
¿Por qué los keniatas o etíopes (y más) tienen una gran técnica de carrera?
¿Por qué hay corredores occidentales con una gran técnica de carrera, siendo sus parámetros físicos muy diferentes a los keniatas o etíopes?
¿Por qué Zola Budd, sudafricana blanca, corría (corre) descalza por superficies tanto blandas como duras (y de vez en cuando usa zapatillas)?
¿Por qué la marca de 2015 del mejor maratoniano español sólo supera en dos minutos al conseguido por Bikila en los JJOO de Tokio en 1964 (hace 54 años), quien corrió con zapatillas sin ‘drop’ y de suela fina, a pesar del avance de los investigadores científicos?
¿Por qué Chema Martínez, Carles Castillejo, Jesús España y muchos otros corredores de élite, tienen una técnica de carrera sublime si corren con calzado amortiguado y con drop?
Y ya. No hay moraleja, ni consejos. Sólo espero que sigáis corriendo los que queráis hacerlo, y los que no, que no corráis. Sólo os dejaré una advertencia para finalizar: cuidado con abusar de las redes sociales, que igual termináis corriendo con sandalias.
Pablo Arqued es corredor popular y divulga sobre correr en runningconsulting.com y en otros medios.