Invertir en bolsa desde cero: órdenes con volumen oculto
Cuando inscribimos ordenes en el sistema de interconexión bursátil español (SIBE) con el fin de invertir en bolsa, estas quedan registradas al descubierto por defecto. Es decir, se muestran todos los títulos que queremos negociar y el precio marcado.
Pese a que normalmente esto es así, lo cierto es que existe la posibilidad de inscribir volúmenes ocultos que pueden tener efectos en la contención de precios. Eso si, sujeto a algunas condiciones.
Mostrando todo
Antes de llegar a ese punto tenemos que aclarar que las ordenes al descubierto pueden ocultar ciertas intensiones no tan evidentes en un principio. Esto es más notable cuando encontramos que un inversor inscribe una orden muy grande de compra a valores por debajo del precio de cotización.
Para saber el efecto que tiene esta orden tenemos que imaginar que tenemos una orden de venta de una acción por 15 euros y que vemos que se introduce una orden de compra muy importante por 14. Nosotros vemos que existe una corriente inversora que tira a la baja. Si la tendencia vendedora baja el precio hasta los 14 euros puede que esa importante orden se retire o baje a 13. Por tanto se ha retenido el precio de cotización.
En ese caso algunas partes interesadas estarían conteniendo el precio de la acción. En caso de suceder lo contrario, podrían estar intentando aumentar la cotización mediante un efecto psicológico sobre nosotros.
Por tanto las ordenes que se muestran en su totalidad pueden tener un efecto psicológico sobre el inversor y "manipular" la tendencias de compra y venta cuando se trata de grandes volúmenes.
Volumen oculto
Para contener este efecto psicológico o bien para aprovecharse de él de manera diferente, se pueden ocultar partes de las órdenes introducidas. Es algo que se produce ante ordenes muy grandes y nos obliga a mostrar un mínimo de 250 acciones al descubierto. Suelen realizarlo las gestoras de planes de pensión, compañías de seguro o fondos de inversión, entre otras.
La forma en que actúan las ordenes ocultas es la siguiente. Si yo fuese un fondo de inversión y quisiera vender 7000 acciones de una compañía sin hundir los precios al producir un exceso de oferta, lo que podría hacer sería mostrar mi intensión de forma parcial.
Es decir, ocultaría parte de mis ordenes y mostraría solo 250 (por poner el ejemplo del mínimo). Cuando esta orden sea satisfecha saldría al descubierto otro tanto y así hasta terminar de vender las 1000. Cada paquete de ordenes que se descubra pierde prioridad temporal al considerarse como una nueva propuesta de contratación.
Esas acciones ocultas estarían frenando el precio al alza, pues seguirían existiendo acciones a vender al precio que yo he marcado. Cuando un experto detecta que existen volúmenes ocultos puede determinar que será complicado superar esa cota de precio pues no lo hará hasta que se satisfaga la gran oferta emitida, cuyo tamaño desconocemos.
El cuidador
La mayoría de las empresas que cotizan en bolsa cuentan con una entidad financiera o con personas que vigilan los movimientos de cada sesión. A esto hay que sumarle que las sociedades anónimas pueden comprar acciones propias con un límite del 5% (autocartera).
Estas dos posibilidades juntas ayudan a que la propia sociedad pueda proteger la evolución de las cotizaciones. Puede parecer que hablamos de manipulación de precios, pero hay que entender este mecanismo como algo positivo que lo que busca es suavizar las tendencias de compra y venta evitando grandes descalabros.
Por ejemplo, si se produce una gran demanda que no puede ser satisfecha, los precios subirían pero en ese momento para evitar una subida repentina la sociedad puede vender parte de su cartera de forma ordenada, posiblemente con volumen oculto, para escalonar la subida.
Lo mismo puede suceder a la inversa, aunque de cualquier manera la CNMV ha tenido que regular los límites y momentos en que se puede intervenir y los volúmenes a controlar para así limitar su influencia sobre el mercado.