La inversión china se mueve hacia América Latina
China ha encontrado en América Latina un socio ideal para sus inversiones. En 2015 el presidente del país asiático, Xi Jinping, anunciaba la inversión de 250.000 millones de dólares en América Latina para 2025, actualmente ya se ha superado la mitad de esa cuantía.
Un informe de Atlantic Council y la OCDE sobre la inversión China en América Latina —'Chinese FDI in Latin America: New trends and global implications'— arroja por primera vez luz sobre datos que se había mantenido opacos hasta la fecha. China se ha convertido en un socio económico de gran importancia para la región. En los últimos cinco años las inversiones del país asiático han sumado más de 10.000 millones de dólares.
La principal causa de este crecimiento son las políticas favorables que ofrece el gobierno chino a las empresas que invierten en compañías extranjeras. Por otra parte, en los últimos 10 años muchos gobiernos de América Latina han reducido las barreras a la inversión externa. A todo esto hay que sumar la incertidumbre actual que existe en las relaciones entre China y Estados Unidos, que puede favorecer las inversiones en América Latina y jugar un papel importante en su crecimiento económico.
En 2016 el gobierno chino presentaba su segundo ‘libro blanco’, donde se comprometía a alienarse con las necesidades de los países latinoamericanos para favorecer su crecimiento independiente. El 80% de las inversiones chinas en América Latina provienen de empresas estatales mientras que las privadas prefieren invertir en Estados Unidos y la Unión Europea.
La naturaleza de estas inversiones ha cambiado durante la última década. Hasta ahora, China había destacado por el gasto en el sector minero, metalúrgico y petrolífero, sin embargo esa inercia ha dado un giro y se está destinando más de la mitad de la inversión total al sector servicios.
Uno de los sectores donde ha habido un reciente aumento significativo es el de la energía renovable. Desde 2013 China ha invertido más de 6.000 millones de dólares en un campo que promete seguir en crecimiento debido al liderazgo de América Latina en energías verdes sumado a las necesidades del país asiático en este área. La empresa líder en esta inversión es Three Gorges, una compañía estatal responsable de la construcción de la mayor central hidroeléctrica del mundo.
La banca también se ha convertido en un sector atractivo para la inversión China. Durante los últimos años se han llevado a cabo fusiones y adquisiciones por parte de bancos chinos en América Latina. En total, China ha invertido en más de 20 firmas financieras latinoamericanas.
Al mismo tiempo la industria automotriz se beneficia del interés chino, especialmente Brasil, México, Argentina y Venezuela, con los cuales han firmado más de 75 acuerdos, especialmente para la construcción de cadenas de montaje.
Aunque China haya reestructurado su gasto en América Latina, la inversión en el sector minero y metalúrgico sigue presente. Entre 2017 y 2018 se prevé un aumento de 10.000 millones de dólares debido a la necesidad de cobre por parte del país asiático para la construcción y hierro para la producción de acero del cual es el mayor productor mundial.
Estas inversiones no han estado exentas de polémica. Se ha cuestionado su calidad y se ha discutido sobre leyes medioambientales, laborales y otros estándares para asegurar el éxito de estos proyectos de manera responsable.