Inteligencia artificial: cuando la tecnología sustituye a la intuición
La posibilidad de lograr algoritmos más eficientes que las personas no es ciencia ficción, es un área de trabajo que está viviendo grandes avances y que ya se está aplicando en la industria financiera, como se pudo comprobar en el último encuentro de primavera de la IIF, celebrado en Madrid con el patrocinio de BBVA, que dedicó una mesa a la inteligencia artificial y el machine learning.
“En el largo plazo vamos a tener máquinas que serán mucho más inteligentes que las personas”, afirma sin dudarlo Shamil Chandaria, consejero senior de Google Deep Mind, la firma inglesa de inteligencia artificial que el buscador adquirió en 2014. “Queremos que la lógica (el software) llegue a funcionar como un cerebro. Y los algoritmos ya entienden cómo crear inteligencia”, apunta Chandaria, para quien los grandes avances dados en en este campo en los últimos tiempos se han debido a la gran velocidad a la que ha aumentado la capacidad de proceso de la informática y el volumen de datos al que se tiene acceso.
“Con el deep learning hemos logrado que los programas puedan aprender. Lo primero fue tener una capacidad de interactuar y entender; y lo próximo es que puedan tomar decisiones”, comenta Jean Philippe Desbiolles, vicepresidente de Soluciones Cognitivas de IBM Watson Group, la plataforma de inteligencia artificial del Gigante Azul que funciona con lenguaje natural y es capaz de aprender con la experiencia.
Precisamente, las distintas iniciativas desarrolladas con Watson, que tiene sus APIs abiertas para que terceros se atrevan a experimentar con ellas, son un claro ejemplo del potencial de esta tecnología.
Watson, mucho más que lo elemental
Watson ha logrado aprender 8 idiomas, entiende preguntas complejas, analiza datos desestructurados y es capaz de ofrecer distintas soluciones a las cuestiones que se le plantean.
Entre los distintos proyectos basados en Watson se pueden encontrar desde una plataforma oncológica para ofrecer opciones de tratamiento a partir de un informe médico de un paciente concreto; como sistemas de asesoramiento ya sea para planear viajes, hacer recomendaciones a los nuevos estudiantes de la Universidad de Deakin o para dar apoyo a las decisiones financieras como hace con ANZ Bank.
“Estamos enseñando a una máquina a aprender”, apunta Desboilles quien cree que se están dando pasos que hace no tanto parecían imposibles. “Antes de que tomen las decisiones por nosotros, creo que la inteligencia artificial va a ayudarnos a hacer nuestro trabajo mucho mejor. Cualquier profesional va a tener a su alcance el conocimiento del mejor experto de su área”, añade.
‘Robo advisors’ y ‘regtech’
La industria financiera está siendo pionera en el uso de estas tecnologías. Desde el uso de robo advisors para la asesoría de inversiones, como el sistema de Future Advisor que BBVA Compass ofrece a sus clientes, a sistemas de machine learning aplicados al regtech para el cumplimiento normativo; como el que realiza la startup Ayasdi, invitada a la mesa del IFF y seleccionada en el Primer Regtech Innovation Lab.
“Estas nuevas tecnologías suponen una oportunidad única para replantearse los procesos y ser más efectivos. También es una oportunidad para el regulador”, opina Gurjeet Singh, fundador de Ayasdi para quien la automatización de la industria bancaria es un hecho. “La única duda es cuánto tiempo va a tardar, y entonces, como sucedió en la industrialización, tendremos que buscar nuevos trabajos que aporten otro valor”, opina.
Los invitados por la IIF coinciden en que precisamente los trabajos especializados de los traders y de los gestores de activos van transformarse completamente. A ojos de estos expertos, el machine learning tiene un potencial enorme en este campo, ya no sólo por la capacidad de analizar y entender una cantidad de información que una persona nunca va a poder procesar, sino por eliminar muchos factores no objetivos que influyen en sus decisiones como son las emociones, el miedo o los filtros culturales.
“En las decisiones humanas hay mucho de intuición. Las máquinas cambiarán la intuición por la tecnología”, afirma Shamil Chandaria para quien, a pesar de la amenaza que esto puede suponer para cierto tipo de trabajo, las ventajas lo compensarán. “Vamos a ser mucho más inteligentes”, concluye.