Innovaciones tecnológicas que abren nuevos horizontes en el comercio exterior
Se ha vivido la crisis global más profunda desde la Gran Depresión. Una de las cosas que ha cambiado, quizás definitivamente, es la forma de actuar del sector financiero a escala global en la gestión de riesgos, tanto de crédito como reputacionales. Este movimiento ha coincidido con una auténtica explosión tecnológica que, seguramente, todavía no ha hecho más que empezar.
El acceso a productos, servicios y experiencias ha mejorado considerablemente gracias a la transformación que han vivido los terminales móviles y sus aplicaciones. Innovaciones tecnológicas como 'blockchain' que todavía no son visibles en el día a día, pero que ya están cambiando el negocio bancario para siempre.
“El comercio exterior tampoco es ajeno a estos cambios y son varios los motivos que explican porque nos encontramos en un escenario donde la incertidumbre es una realidad cotidiana.”, Francisco Javier Fernández de Trocóniz, responsable de Global Trade Finance y banca internacional de BBVA, explica en su artículo recientemente publicado en GTNews.
Fernández de Trocóniz señala que el negocio del comercio exterior se ha visto afectado por la regulación vigente, la llegada de nuevos actores a la parte más atractiva de la cadena de valor, nuevos flujos comerciales y una nueva distribución global del crecimiento económico y de las cadenas de producción globales de bienes y servicios.
Con todo ello, ¿verá la próxima década una revolución en el mundo de 'trade finance' que sustituya a los bancos por nuevos intermediarios y a los productos tradicionales – entre ellos, cartas de crédito, garantías y financiación de importaciones y exportaciones - por otro tipo de soluciones?
El presente y sus retos
Parte de la respuesta está en la revolución digital que se está viviendo hoy, en la nueva generación de procesos, más eficientes y ricos en información sobre las necesidades de los clientes. Para Fernández de Trocóniz, aún se está en una fase preliminar del desarrollo de las nuevas formas de entender el negocio y de su aplicabilidad real. “Aún queda camino hasta llegar a industrializar estas innovaciones”. Por ejemplo, las primeras iniciativas para crear un entorno sin papeles no han logrado el éxito esperado. Una muestra de que debemos mejorar para innovar, ¿cómo?
- Adopción: todas las fases de la cadena deben abrazar el cambio, desde aduanas, ‘carriers’ y aseguradoras, hasta los importadores y exportadores a gran escala. El alcance de la transformación digital estará determinado por la actitud de los gobiernos y el nivel de sofisticación o de tamaño de los actores de comercio exterior.
- Confianza: las tecnologías disruptivas (como 'blockchain') deben lograr conectar con su audiencia mientras cumplen con los requerimientos de la comunidad financiera. La adopción de unos estándares comunes facilitará una aceptación masiva por parte de las entidades, evitará fraudes y abrirá las puertas a nuevas formas de financiación basadas en contratos inteligentes.
- Experiencia de cliente: las innovaciones tecnológicas con impacto en la experiencia del cliente ayudan a crear relaciones de mayor valor para ambas partes y dar respuesta a sus necesidades En cuestiones como el procesamiento de precios o la valoración de riesgos, los clientes deben sentir que no tratan con un mero procesador de operaciones sino con un asesor de confianza. Se pide mayor transparencia y trazabilidad.
Claves del futuro
En definitiva, se trata de dar paso a una nueva realidad. Para construir un negocio más rentable, es necesario crear una aproximación colaborativa con las firmas tecnológicas que permita a las entidades financieras combinar su amplia base de clientes con la flexibilidad y capacidad de innovación de las 'fintech'.
“Hace falta crear una cultura de trabajo, donde las nuevas tecnologías y su uso estén interiorizadas por los equipos y forme parte de su ADN
Como señala el artículo, aquellos bancos que quieran sobrevivir en el nuevo contexto de comercio exterior, se enfrentan a un reto importante: ser más ágiles en todo el ciclo de vida del producto, añadir valor para sus clientes y a la vez ser más baratos.
Para ello, hace falta crear una cultura de trabajo donde las nuevas tecnologías y su uso estén interiorizadas por los equipos y forme parte de su ADN. No sólo basta con que estar preparados “para asumir un cambio de mentalidad, sino que es necesario que desde ya empecemos a trabajar en esa transformación”.