Trabajo híbrido: Cómo trabajar de forma segura en casa y en la oficina
El modelo de trabajo híbrido es una de las medidas a las que la sociedad se está teniendo que adaptar en estos últimos meses. Trabajar algunos días en casa y otros en la oficina, conlleva muchos beneficios pero a su vez implica riesgos, ya que provoca situaciones en las que la información corporativa se puede ver comprometida. Por ello, es fundamental aprender cómo practicar esta modalidad de manera segura.
La vuelta a la normalidad viene acompañada de una serie de cambios y medidas sociales que a día de hoy todavía pueden resultar extrañas pero que, con el tiempo, irán formando parte de la rutina y se convertirán en algo habitual. Dentro de esta nueva situación, las mascarillas, los geles hidroalcohólicos o la distancia de seguridad no son las únicas medidas que requerirán un proceso de adaptación. El trabajo híbrido también entrará en juego.
Durante los meses de confinamiento en los que todos aquellos que han podido han trasladado su actividad a una modalidad en remoto, se ha demostrado que en muchas ocasiones el teletrabajo funciona y permite mantener la actividad y la productividad, al mismo tiempo que proporciona flexibilidad a los trabajadores. No obstante, trabajar físicamente en la oficina sigue teniendo sus ventajas y, por esta razón, la tendencia actual es que muchas empresas están implantando un modelo híbrido que combina el trabajo presencial y en remoto.
Un inconveniente del trabajo semipresencial es que supone un cambio frecuente de puesto físico de trabajo, y requiere el traslado de los dispositivos electrónicos corporativos y, en algunos casos, de información sensible. Por esta razón, es importante aprender cómo practicarlo de forma segura.
En estas circunstancias, se han identificado tres escenarios diferentes a los que se debe prestar atención:
Los traslados
Trasladar el puesto de trabajo de la oficina a casa supone tener que movilizar dispositivos corporativos, así como, en ocasiones, documentos con información sensible. Estos traslados hacen mucho más vulnerable esta información sobre todo en el mundo físico, ya que en el mundo digital no corre tanto riesgo porque los dispositivos suelen estar apagados.
Una forma relativamente sencilla de evitar posibles robos es mantenerse en contacto permanente con los dispositivos y evitar identificarlos como corporativos. Para ello, algunas de las medidas que se pueden tomar son:
- No descuidarlos en lugares públicos.
- No dejarlos en los asientos de los coches ni introducirlos en el maletero una vez llegado al destino, ya que los ladrones pueden estar observando.
Además, es preciso recordar que se debe evitar tener conversaciones por teléfono o con compañeros de trabajo sobre temas sensibles o confidenciales en espacios en los que no se tiene el control de quién puede estar escuchando.
En la oficina
Al abandonar el puesto de trabajo, aunque sea momentáneamente, se deben dejar los dispositivos bloqueados. Incluso confiando en que nadie los vaya a usar, la información que permanezca en pantalla puede verse comprometida.
Además, hay que tener en cuenta que en algunas empresas los puestos de trabajo ya no son nominales, por lo que al liberarlos al final de la jornada se debe evitar dejar documentos, notas o dispositivos accesibles para otros usuarios. En caso de que sean recursos departamentales o compartidos, es recomendable utilizar los sistemas de almacenaje que las empresas ponen a disposición, tanto físicos como digitales.
Teletrabajando
En las oficinas se suele disponer de una serie de protecciones que permiten neutralizar y prevenir gran parte de las amenazas existentes en internet. Sin embargo, en el puesto de teletrabajo cada uno es responsable de garantizar unos mínimos de seguridad que le permitan proteger tanto su información personal como la corporativa.
En la siguiente infografía aparecen las principales acciones que se pueden realizar para proteger la información en un puesto de teletrabajo.
Recuerda, también en esta nueva etapa, ¡la defensa eres tú!