‘Tokenizar’ la realidad: Cómo podría cambiar ‘blockchain’ nuestro día a día
Los beneficios de la tecnología ‘blockchain’ y los ‘tokens’, popularmente asociados con las criptomonedas, trascienden el entorno ‘fintech’. La trazabilidad, seguridad, velocidad y transparencia, además de un menor coste, hacen que la integración de esta tecnología ofrezca grandes ventajas en muchos aspectos del día a día, como agilizar los trámites burocráticos, monitorizar los hábitos cotidianos o dar al ciudadano el control y gestión de su identidad digital. Así lo refleja el informe ‘Tokenise Europe 2025’, en el que ha participado BBVA, que aborda los beneficios de ‘tokenizar’ la economía europea.
‘Tokenizar’ un activo implica crear una versión digital (‘token’) que incluye toda la información y los derechos digitales relacionados con ese activo, conectados de forma programable y automatizada. Activos ‘tokenizados’ pueden ser divisas, acciones, bonos de deuda, NFT de obras de arte…
Estos ‘tokens’ se mueven en redes ‘blockchain’, cuya tecnología registra cuántos tiene cada usuario de esa red y qué transacciones realiza con ellos. Es decir, se trata de un libro contable digital. Lo que diferencia a ‘blockchain’ de otros sistemas contables es que el registro y control de estas transacciones no lo lleva un banco, ni una empresa o persona, sino que lo mantienen cientos de miles de ordenadores interconectados y cada uno conserva una copia completa del registro. Por lo tanto, ‘blockchain’ tiene varias características muy potentes: permite transacciones automatizadas veloces, seguras y sin intermediarios, facilita la trazabilidad y la transparencia, y sus registros son inmutables.
Estas características son de gran interés para empresas, gobiernos, entidades financieras y ciudadanos, ya que permite impulsar la digitalización de numerosos sectores de la sociedad. Así lo muestra ‘Tokenise Europe 2025. Should Europe develop into a token economy?’, informe en el que ha participado BBVA y que, además de evaluar los beneficios y el nivel de implementación actual de ‘blockchain’, hace un llamamiento para que se apueste de manera decidida por digitalizar la economía europea, proyectando cómo sería en un futuro regido por esta tecnología.
De organizar la rutina a agilizar trámites
En una sociedad que ha incorporado esta tecnología a su día a día, por ejemplo, los ciudadanos podrían organizar su rutina gracias a ella. El informe ‘Tokenise Europe 2025’ aventura que los relojes y frigoríficos inteligentes almacenarían los datos de cada usuario para saber sus horas de sueño y su actividad física diaria, así como los alimentos disponibles en la nevera. Estos sistemas podrían recomendar la lista de la compra necesaria para que el usuario la realice instantáneamente a través de su monedero digital. Además, los ciudadanos podrían recibir información actualizada en tiempo real sobre el método de transporte más adecuado para llegar cada día al trabajo en función del estado del tráfico, o gestionar una billetera digital en la que tuviera el control de todos sus activos y movimientos financieros, incluyendo pagos, gestión de ahorros o productos en los que ha invertido.
Tales ejemplos muestran el potencial de esta tecnología en el sector de la salud, con funciones que trascienden la conexión con dispositivos digitales. “‘Blockchain’ permite que el usuario o paciente sea el dueño de sus datos y se logre una identidad digital basada en esta tecnología. Este puede elegir a qué médico enseñar sus datos y qué datos mostrar”, explica Jesús Herencia, profesor especializado en Blockchain de la EAE Business School, que añade: “Exactamente lo mismo para el mercado laboral: la tecnología permite que el demandante de empleo pueda elegir qué información enseñar a la empresa”.
Precisamente, hacer posible una identidad digital autogestionada con ‘blockchain’ es el objetivo del proyecto Dalion, en cuyo consorcio de empresas participa BBVA. El proyecto desarrolla una herramienta con la cual el ciudadano podrá centralizar todos sus datos y credenciales en una ‘app’, compartirlos ágilmente con administraciones y empresas y controlar su cesión y revocación. Garantizar que los usuarios tienen una identidad digital sólida, segura y descentralizada será cada vez más importante para construir la relación entre empresas, Administraciones y usuarios en los nuevos entornos que surgirán de la Web3, como el metaverso.
Pero ‘blockchain’ ya se aplica para compartir algunas credenciales, como las sanitarias y educativas. El certificado COVID digital europeo es un claro ejemplo, ya que la inmutabilidad y la seguridad de esta tecnología permite acreditar al ciudadano ante la administración de forma ágil e infalible, mostrándose como la solución ideal para implementar un carné universal de vacunación. En el campo académico, BCDiploma permite al ciudadano presentar la credencial verificable de sus titulaciones en cualquiera de las 120 universidades, empresas y otras instituciones de los 18 países en los que ya opera. Ambos casos ejemplifican el potencial de las futuras billeteras digitales, que contendrán las credenciales de los ciudadanos para que no necesiten crear nuevas identidades y contraseñas cada vez que quieran registrarse en un servicio público.
‘Blockchain’ beneficia a las cadenas de suministros de los sectores de la alimentación y la automoción.
“En lo que respecta a la educación, la red EBSI (Infraestructura Europea de Servicios de Blockchain, por sus siglas en inglés) se creó para construir soluciones que incluyen las credenciales educativas. Estos certificados devuelven el control al usuario y evita que lo tengan las empresas emisoras (públicas o privadas)”, explica Guillem Ferrer, CEO de BITLAB Group, plataforma global educativa certificada con ‘blockchain’ para las tecnologías Web3: “A su vez, evita la falsificación curricular al estar registrado en esta tecnología inmutable”. Hasta ahora, la obtención de diplomas de grados, cursos o programas dependía de la celeridad de la institución emisora, pudiendo tardar meses en otorgar el título. Por no hablar de los requisitos (traducciones oficiales, sellos, apostillas, etc.) para su validación en otros países. ’Blockchain’ en este campo permite la rápida emisión de las credenciales y una accesibilidad directa y segura para el solicitante, certificando su validez de forma instantánea para las instituciones, organizaciones e incluso empresas empleadoras interesadas que formen parte de la red ‘blockchain’ creada a tal efecto.
La verificación de la información es un aspecto que también beneficia a las empresas que lo aplican a las cadenas de suministros de los sectores de la alimentación y la automoción. En este último, además, la tecnología ‘blockchain’ tiene aplicaciones ligadas a los seguros, al pago de combustible o a los vehículos compartidos. La empresa Cabify, por ejemplo, utiliza la tecnología ‘blockchain’ para digitalizar y trazar tanto el proceso de medición de la huella de carbono como la compensación de emisiones de CO₂ para alcanzar la neutralidad en carbono.
El potencial de la ‘tokenización’ completa
Para Miguel Caballero, CEO de Tutellus, comunidad cripto para aprender, desarrollar e invertir en proyectos ‘tokenizados’, estos ejemplos son anecdóticos comparados con el potencial que tendría un salto desde el uso de la tecnología ‘blockchain’ a la completa “tokenización”.
“En el entorno educativo, por ejemplo, los estudiantes siempre tienen que pagar por sus estudios. Pero si el sistema se ‘tokeniza’, podrían recibir dinero por estudiar”. El divulgador explica: “Cuanto más estudie un alumno, más participe en clase, más ayude a sus compañeros o más proyectos haga, más ‘tokens’ recibiría. Es un modelo de negocio sostenible, ya que la contribución del alumno repercute positivamente en otros y en la institución educativa. Si es privada, puede vender más productos y tener más alumnos. Si esta es pública, logra más reputación”.
La ‘tokenización’ sí que ha llegado a los sectores inmobiliario y del arte, por ejemplo, donde el “acceso a los activos siempre ha estado en manos de muy pocos. Porque los usuarios necesitan 300.000 euros para invertir, mientras que la ‘tokenización’ permite unidades económicas muy pequeñas. De forma que con 100 euros se puede invertir desde cualquier parte del mundo”, explica Caballero.
PwC estima que la tecnología ‘blockchain’ tiene el potencial de hacer crecer el PIB mundial en unos 1,7 billones de dólares (1,5 billones de euros al tipo de cambio actual) para 2030, liderada por China y EEUU, mientras que este mercado en la economía europea pasará de los 2.000 millones de dólares (1.800 millones de euros) en 2021 a los 150.000 (140.000 millones de euros).
Tal desequilibrio entre estas regiones prueba la importancia de iniciativas como ‘Tokenise Europe 2025’ para el progreso de soluciones que beneficien a los ciudadanos del entorno continental, que garanticen el éxito de negocios en un mercado que dominará el futuro.