¿Sabías que tu intimidad puede verse comprometida por el precio de un café?
Hoy en día casi todo está en venta y, por desgracia, nuestros datos personales también. Ya no hace falta ser un personaje conocido para que nuestra información valga dinero.
Solo hay que remontarse a 2017 para recordar la mayor filtración de contraseñas de la historia: nada menos que 1.400 millones de credenciales robadas se encontraron en la 'dark web'. Y es que el cibercrimen es un negocio maduro que utiliza mecanismos sofisticados propios de cualquier gran empresa. Los tres mercados negros más grandes en los que se vende toda esta información robada son 'Dream', 'Point' y 'Wall Street Market'. Curiosamente, funcionan por índice de reputación que logran mediante buenas opiniones de los usuarios al igual que ocurre con las tiendas 'online' legales. Sin embargo, estos mercados no son accesibles desde la parte conocida de internet sino que se encuentran en la 'dark web' y es necesario utilizar una 'dark net' (un 'software' específico que hace que la conexión sea anónima) para acceder. En estos mercados, se puede comprar todo tipo de material ilegal como armas, drogas y, cómo no, datos personales robados.
Pero, ¿cuánto valen realmente nuestros datos?
Por desgracia, nuestra intimidad puede verse comprometida por poco más que el precio de un café y es que nuestra cuenta de Gmail personal vale apenas unos 2,50 euros. Los selfies son otro bien preciado con el que comercian los ciberdelincuentes. Estas fotografías a menudo se utilizan para la creación de perfiles falsos desde los que cometer delitos e incluso para realizar extorsiones y amenazas de secuestro.
Otro segmento de mercado muy demandado son los paquetes de identidad de menores teniendo en cuenta que el robo de identidad era 51 veces mayor en niños que en adultos, y sigue aumentando (según el reporte del CybLab de la Universidad de Carnegie Mellon).
En esta tabla puedes descubrir qué datos de tu vida privada cotizan más alto en este oscuro mercado:
McAfee Labs
¿Qué puedo hacer para proteger mi información?
- Una vez que estemos navegando:
Asegurarnos de que la web es la que dice ser. Si la dirección en la barra del navegador comienza por “https” y tiene un candado es una buena señal.
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- Observar que las letras de los enlaces sean las correctas antes de hacer clic.
- Al definir unas credenciales para un servicio:
- Utilizar contraseñas robustas que contengan al menos ocho caracteres que mezclen mayúsculas, minúsculas y números. Es fundamental cambiarlas cada cierto tiempo y no compartirlas con nadie.
- Utilizar contraseñas diferentes para cada cuenta, programa o aplicación que utilicemos. Un gestor de contraseñas es muy útil para no tener que recordar tantas contraseñas diferentes.
- Habilitar la autenticación en dos pasos en todas nuestras cuentas. Además del usuario y la contraseña de acceso se nos solicitará algún dato más (una clave enviada por SMS, un aviso en otro dispositivo vinculado a tu misma cuenta, un correo electrónico con un código, una llamada telefónica, etc.).
- Cuando estemos haciendo uso del correo electrónico:
- Observar el remitente del correo y el contexto de los mensajes que recibimos. En caso de duda sobre la identidad real del remitente, contactar con esa persona o entidad a través de otro medio (por ejemplo por teléfono) para verificar si ha mandado ese mensaje.
- Revisar los enlaces contenidos en los correos.
- Sospechar si está mal escrito o hay faltas de ortografía.
- Nunca dar información secreta por correo.
- Tener muy presente la siguiente máxima: “si algo es gratis... es que el producto eres tú”.
Incluir estas medidas dentro de nuestros hábitos diarios nos ayudará a mantener a salvo nuestra intimidad y privacidad.
Y recuerda que, la defensa eres tú.