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La ropa inteligente podría salvarte la vida

Este sector en expansión, especializado en tareas como la salud y la seguridad, representa en España el 22% de la industria textil y ofrece nuevas oportunidades de negocio competitivo.

Inteligencia artificial

La tecnología ha revolucionado muchos campos y el sector textil no podía ser una excepción. Sistemas electrónicos e informáticos integrados en camisetas y pantalones les permiten ofrecer funciones como la localización y el seguimiento de los biorritmos del usuario, y podrían llegar, incluso, a salvar vidas. Este es el caso del dispositivo Harken capaz de detectar la somnolencia al volante a través del seguimiento de la frecuencia cardíaca y la respiración del conductor. Para ello, Harken se imbuye en los tejidos de un coche –como el asiento y el cinturón-, lo que los convierte en inteligentes.

Este tipo de tejidos pertenecen a los textiles técnicos, que son todos aquellos adaptados a una función concreta más allá de la indumentaria tradicional. Tradicionalmente han poseído características como la resistencia al fuego, pero su encuentro con las nuevas tecnologías está ampliando cada vez más el número de posibilidades que ofrecen. Así, ya los hay capaces de filtrar emisiones ambientales, actuar de barrera bacteriana y hasta formar parte de la carrocería de un vehículo.

Según aumentan sus funciones, también lo hacen sus perspectivas de negocio. Actualmente esta industria representa el 30% del consumo total de textiles en Europa, y el 22% en España, de acuerdo a un informe de Cotec presentado en julio. A nivel mundial, la producción de textiles técnicos en 2010 fue de 24 millones de toneladas frente a los 14 millones que se produjeron en 1995.

A pesar de que el número de empresas textiles españolas se ha reducido un 35% desde 2008, el texto de Cotec considera que la parte técnica de este negocio supone “una oportunidad para abrir una competencia en prestaciones, mucho más adecuada para los países avanzados”. La técnica de Competitividad e Innovación de la Asociación de Empresarios Textiles de la Comunidad Valenciana (ATEVAL), Laura Santos, confirma que la producción de textiles técnicos en España “ha aumentado”, debido a que muchas empresas tradicionales se han “transformado” para ser más competitivas.

Este crecimiento continuará en los próximos años gracias, en parte, a las posibilidades que ofrecen los smartphones y los nuevos dispositivos. El director técnico de la empresa española Sensing Tex, Luis Gómez, cree que el sector crecerá “gracias a las oportunidades de los dispositivos portables”, cuyo boom aumentará la solicitud de estos materiales. Su compañía ha desarrollado un sensor textil capaz de detectar la presión, que podría dar lugar a teclados que se llevan “en el bolsillo como si fueran un pañuelo”, asegura.

“Hay mucha innovación en el campo de los textiles técnicos”, asegura Santos. Ejemplo de ello es el proyecto Lynceus, financiado por la Comisión Europea y en el que participa ATEVAL. Su objetivo es que los pasajeros de cruceros y embarcaciones estén monitorizados y localizados en todo momento, a través de la ropa y los chalecos salvavidas. “Se podría saber si alguien ha caído al agua, o si tiene problemas de salud”, detalla Santos. En este sentido, la geolocalización a través de la ropa también podría ser útil en aquellas profesiones que se exponen al peligro en condiciones de baja visibilidad, como es el caso de los bomberos.

La técnica considera que lo importante es poder rentabilizar la tecnología, y pone como ejemplo las aplicaciones sanitarias, como el body termocromático que cambia de color con la temperatura y permite a la madre saber de un vistazo si su bebé tiene fiebre. Los hospitales, además, podrían emplear prendas de este tipo para medir el estado de salud de sus pacientes desde su casa. Santos afirma: “Es más cómodo monitorizar a una persona desde casa con una camiseta, y supone un ahorro para el hospital.

Inteligente y chic

Entre los textiles inteligentes que podrían empezar a formar parte del fondo de armario se encuentra la camiseta de OMSignal, todavía sin fecha de lanzamiento. Sus sensores miden la respiración, la frecuencia cardíaca y las calorías quemadas, y envían esta información al smartphone del usuario para que sus constantes vitales. Todo de forma no invasiva, ya que toda la tecnología queda camuflada dentro de una prenda de vestir en apariencia normal.

Más allá de los usos prácticos de estas prendas, someterlas a la tecnología también crea tendencia. La cantante Nicole Scherzinger lució en 2012 un vestido digital con más de 6.000 LEDs que mostraban en tiempo real los tuits que escritos bajo el hashtag #tweetthisdress. Con la incorporación de la ropa inteligente se abren nuevas oportunidades de negocio y de innovación que la industria deberá saber aprovechar, porque el próximo gadget de moda podría no caber en el bolsillo del pantalón, sino ser el pantalón.