Robots, algoritmos, y ‘big data’ al servicio de la medicina
¿Qué beneficios aporta la inteligencia artificial en la sociedad? En lo referente al campo de la medicina, esta tecnología puede brindar un abanico de posibilidades tanto a la hora de agilizar ciertos procesos tanto a través del uso de sofisticados algoritmos o herramientas inteligentes, como de abaratar costes y mejorar la precisión de los diagnósticos.
La medicina ha avanzado a pasos agigantados en las últimas décadas, sin embargo, siguen existiendo complejos retos: se estima que una media de 40.500 personas muere cada año en las UCIs de Estados Unidos como consecuencia de un mal diagnóstico. La suma del ‘big data’, la inteligencia artificial y el ‘machine learning’ podría suponer un gran avance en muchos ámbitos de la sanidad. Algunas de las mejoras sobre las que ya se está elucubrando serían, por ejemplo, una atención más personalizada para cada paciente o una mayor rapidez y precisión en cuanto al diagnóstico y tratamiento de enfermedades.
Un robot en quirófano
Cada vez son más las empresas que buscan soluciones aplicadas a la medicina a través de la inteligencia artificial. Uno de los casos más conocidos, probablemente, sea el de la cirugía robótica, donde destaca el robot Da Vinci. Esta máquina con brazos lleva ya unos años en distintos hospitales de todo el mundo, entre ellos varios de España como el Hospital Universitario Quirósalud de Madrid. Se presenta en el mercado como una de las técnicas más innovadoras de cirugía mínimamente invasiva y promete resultados iguales o mejores a los obtenidos mediante un proceso realizado por manos humanas. Se trata, a grandes rasgos, de una ‘marioneta robótica’ dirigida por un cirujano experto, con la cual, creando esta simbiosis humano-máquina, se pueden obtener resultados más precisos en las operaciones y un postoperatorio más corto y menos molesto.
El ‘machine learning’ en la lucha contra el cáncer
El cáncer está considerado una de las principales causas de muerte a nivel mundial. En 2015 esta enfermedad ocasionó 8,8 millones de defunciones en todo el mundo. Ante estos datos, no es de extrañar que cada vez surjan más iniciativas destinadas al descubrimiento de un tratamiento efectivo contra esta patología. Regina Barzilay, catedrática del MIT y jurado de los Premios Fronteras del Conocimiento de la Fundación BBVA, descubrió que la mayoría de los médicos trabajaban principalmente sobre la base de los estudios clínicos, obviando de este modo la inmensa cantidad de información valiosa que se adquiere recopilando los datos de cada paciente por separado. Por ello, valiéndose del ‘big data’ y la inteligencia artificial la catedrática del MIT decidió enseñar a las máquinas leer las anotaciones que los médicos escribían en los informes patológicos. De este modo podrían trasladar toda esta información a un sistema donde los datos se mostrasen más accesibles para su reutilización.
Otro ejemplo de cómo se está aplicando la IA en la lucha contra el cáncer es el del “superordenador” Watson. Esta potente tecnología, amparada bajo la firma IBM, se ocupa de procesar una cantidad ingente de datos y, ayudado por la inteligencia artificial, generar hipótesis basadas en evidencias mientras aprende de ellas. De este “superordenador” ha surgido un pequeño fragmento conocido como Watson Health. Este asistente tecnológico ya ha ayudado a diagnosticar distintos tipos de cáncer con una probabilidad de acierto del 83%. Además, no solo ayuda en la diagnosis, sino que también propone tratamientos personalizados para cada paciente gracias al uso eficiente del ‘big data’.
Por otro lado, el cáncer de piel es otro de los aspectos en los que la IA está jugando un papel importante. Sebastian Thrun, profesor de inteligencia artificial en la Universidad de Stanford, en EE.UU., ha liderado un proyecto con el objetivo es detectar melanomas de manera más rápida, precisa y accesible para todo el mundo. Mediante el desarrollo de un algoritmo inteligente de reconocimiento de imágenes con el apoyo de una base de datos de aproximadamente 130.000 imágenes de distintos tipos de cáncer de piel, han conseguido diagnosticar melanomas con la misma fiabilidad que un dermatólogo.
IA al alcance de todos
Sin embargo, la IA no es solo cosa de grandes compañías y universidades. A día de hoy ya existen aplicaciones que ayudan a detectar enfermedades como la diabetes a disposición de todo el mundo. Cardiogram, por ejemplo, es una de ellas. Ha sido capaz de detectar casos de diabetes con una probabilidad de acierto del 85%, todo ello gracias al uso del ‘deep learning’ y los datos recogidos de 14.000 usuarios del Apple Watch.
Es un hecho que la inteligencia artificial forma parte del presente, sin embargo sus posibles aplicaciones en un futuro son numerosas y, por ahora, en gran medida inimaginables. Un estudio realizado en 2013 por investigadores de la Universidad de Indiana y publicado en la revista ScienceDircet, analizaba los posibles beneficios que podría suponer la aplicación de la IA y el ‘machine learning’ a la hora de realizar diagnósticos. Las conclusiones a las que llegaron fueron que, si bien no es posible obviar la necesidad de una inteligencia humana, existe potencial en cuanto a la integración de estas nuevas tecnologías en el sistema sanitario.