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Innovación 12 sep 2018

Qué son las ÐApps y por qué serán cada vez más importantes

Son aplicaciones descentralizadas que utilizan ‘blockchain’ para que los usuarios se relacionen directamente entre ellos y cierren acuerdos, sin que exista una entidad central que gestione el servicio.

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Sense Chat es una aplicación de mensajería instantánea, pero no es una 'app' tradicional sino una ÐApp, acrónimo en inglés de aplicación descentralizada y que en español debe pronunciarse 'di-app'. Esta denominación hace referencia a las plataformas que permiten cualquier interacción entre sus miembros, desde la web o a través de una 'app' móvil, sin la necesidad de un agente central que gestione ese servicio o que lleve un control de cada uno de los registros y acciones realizadas.

Para entenderlo mejor, en el caso de WhatsApp, cuando alguien envía un mensaje, antes de llegar al destinatario ese contenido pasa por los servidores centrales de la 'app' propiedad de Meta (anteriormente, Facebook), que es la compañía que regula las comunicaciones entre los usuarios del servicio y que además almacena información sobre dichas interacciones y las personas involucradas en las mismas. Sin embargo, en Sense Chat no existe un único agente que tenga el control de cada registro, sino que esa función está descentralizada, es decir, compartida y distribuida entre todos los miembros de esa aplicación gracias a una cadena de bloques como la popularizada por 'bitcoin'.

Del mismo modo, también se han planteado alternativas descentralizadas frente a las populares empresas de economía colaborativa, como Uber o Airbnb, ya que ponen en contacto a los usuarios directamente, sin que exista una autoridad central que almacene información de las partes implicadas en la contratación de un servicio.

¿Cómo funcionan?

A grandes rasgos, cada uno de los usuarios de una misma ÐApp es un nodo de una red descentralizada en la que todos los miembros actúan conjuntamente como un notario colectivo de cualquier movimiento que se realiza en esa plataforma. En la práctica, nadie debe dar su consentimiento de forma expresa, sino que todo funciona de manera automática y el propio sistema se encarga de corroborar la validez de cada interacción a través de un contrato inteligente, es decir, un programa informático que se ejecuta a sí mismo cuando se cumplen las condiciones programadas en su código. Cada vez que hay una nueva operación, la información de la plataforma se actualiza en cada nodo, donde queda almacenada una copia de todo el histórico de la ÐApp, así que cada usuario contribuye a mantener en pie la aplicación con los recursos de su ordenador.

Además, ese carácter distribuido propio de una cadena de bloques garantiza que en el caso de que desaparezca un nodo, existen otras muchas “copias de seguridad”. Esto acarrea lo que algunos expertos ven como el principal punto negativo de las ÐApps: almacenar una gran cantidad de datos en una cadena de bloques puede resultar costoso y aumenta de forma notable el tamaño de la misma en megabytes, aunque ya se está trabajando para mejorar este proceso y encontrar soluciones escalables.

Como contrapartida, las aplicaciones descentralizadas presentan las siguientes ventajas con respecto a las 'apps' tradicionales:

  • La encriptación propia de una cadena de bloques proporciona una gran seguridad. Gracias a ello, la información sensible de los usuarios (como los datos fiscales o el historial médico) se blinda frente a robos, manipulación o ataques informáticos por parte de terceros, ya que no existe de forma centralizada en ninguna base de datos.
  • La información publicada en redes sociales en formato ÐApp no podrá ser rastreada por ninguna entidad central para conocer los gustos o preferencias de los usuarios. Por lo tanto, se imposibilita la utilización de los datos personales con fines comerciales. De igual modo, en este tipo de aplicaciones desaparece la censura por parte de un administrador central.
  • En lo referente a la prestación de servicios y alquiler de bienes muebles e inmuebles, las partes implicadas pueden cerrar acuerdos a través de contratos inteligentes o 'smart contracts' que se ejecutan de manera automática al cumplir ciertas condiciones. Por ejemplo, cuando alguien devuelve un coche alquilado, al momento recibe en su cuenta la fianza que adelantó por este servicio.
  • No existen caídas del servicio porque todo está distribuido en nodos, no en unos servidores centrales, así que si alguna de las partes de la red se cae, el resto sigue funcionando.

Bitcoin es el origen de todo

La descentralización de las aplicaciones tiene su origen en 'blockchain', la tecnología que está detrás de la criptomoneda más popular hasta el momento: bitcoin. Si bien en un principio estas cadenas de bloques se utilizaron para establecer un medio de pago entre iguales, sin intermediarios, pronto se vio que esa forma de encriptar las transacciones podía tener otras utilidades si sobre ella se permitía la ejecución de otros programas. Así nació en 2014 Ethereum, una plataforma descentralizada basada en 'blockchain' sobre la que ya se han publicado cerca de 4.000 ÐApps que están recogidas en el portal The State of The ÐApps.