¿Qué es un 'token' y para qué se puede utilizar?
Los 'tokens' son unidades de valor emitidas por una entidad privada en 'blockchain'. Las criptomonedas son probablemente los más conocidos, pero están lejos de ser los únicos que existen: un 'token' puede representar digitalmente cualquier activo o utilidad. Y eso significa que, virtualmente, todo se podría 'tokenizar'.
Imagen de cabecera generada con Midjourney (IA)
El nacimiento de las criptomonedas como bitcoin ha sacudido en los últimos años el panorama financiero y mediático, al abrir la puerta a los actores privados para introducir en el mercado monedas virtuales construidas sobre la tecnología 'blockchain'. Una revolución construida con un ladrillo clave: los 'tokens'.
¿Qué es un 'token'?
Se llama token (en inglés, 'ficha', como por ejemplo las que se utilizan en las máquinas recreativas o los coches de choque) a una unidad de valor basada en criptografía y emitida por una entidad privada en una 'blockchain', como Bitcoin o Ethereum.
Estas plataformas han ganado popularidad como emisoras de criptomonedas, un tipo específico de 'token' que sirve como medio de pago o como reserva de valor en el entorno 'blockchain'. No cuentan con el respaldo de un banco central como otras monedas digitales (por ejemplo, el proyecto de euro digital) y, aunque limitadas todavía por la volatilidad o la ausencia de marcos jurídicos que las regulen, han abierto la puerta a un nuevo paradigma económico de transacciones trazables y sin intermediarios.
Las criptomonedas son 'tokens', pero los 'tokens' no solo son criptomonedas, sino que pueden tener muchos más usos. Dentro de una red 'blockchain', un token puede servir para otorgar un derecho, para pagar por un trabajo o por ceder unos datos, como incentivo, como puerta de entrada a una mejor experiencia de usuario… La entidad que los emite determina la función y el valor específicos que tienen en el mundo digital, que puede ir desde la certificación de la propiedad (por ejemplo, la posesión de acciones empresariales) hasta permitir el acceso a plataformas, servicios o recompensas digitales.
Como resume Cristina Carrascosa, abogada experta en 'blockchain', "un token servirá para aquello que la persona u organización que lo diseñe y desarrolle decida. Los 'tokens' admiten varias capas de valor en su interior, por lo que es quien lo diseña el que decide qué tiene dentro un token concreto".
Las posibilidades de la 'tokenización'
La 'tokenización', es decir, la creación de un 'token' digital que represente en entornos virtuales un activo o una utilidad, es la puerta a todo un mundo de aplicaciones comerciales. Todo podría, en teoría, 'tokenizarse': desde datos (como, por ejemplo, los necesarios para hacer una transacción económica) hasta la identidad, pasando por el arte o cualquier archivo digital (como en el caso de los NFT, 'tokens' no fungibles que representan un activo único, verificable y exclusivo).
Para que la 'tokenización' se generalice, según el informe 'Tokenization: Realizing the vision of a future financial ecosystem', elaborado por la consultora Deloitte, existen varios desafíos a abordar en aspectos como la interoperabilidad o la privacidad y que requerirá de un "tiempo y esfuerzo considerable […] así como de la colaboración entre las partes interesadas".
Los 'tokens' como herramienta financiera
Los 'tokens' tienen posibles aplicaciones para múltiples industrias, desde el mercado del coleccionismo (a través de los mencionados NFT, que despuntaron en 2021 pero han sufrido un reajuste drástico de su valoración desde entonces) a los créditos de carbono (que representan la reducción de una tonelada métrica de dióxido de carbono o de una emisión equivalente de gases de efecto invernadero, que pueden comprarse y venderse en la Web3). El sector financiero, en concreto, es uno de los mejor posicionados para desarrollar nuevos productos basados en estos 'ladrillos' de las transacciones digitales:
- Herramientas alternativas de inversión. Los 'tokens' se han hecho un hueco como medio de acceso a capital. Por ejemplo, las llamadas ICOs ('Initial Coin Offerings', ofertas iniciales de moneda) son una forma de financiación empresarial que adquirió una gran popularidad entre 2016 y 2017, por la que una startup ofrece a sus inversores 'tokens' criptográficos en lugar de acciones. También existen los llamados acuerdos simples para futuros 'tokens' (SAFT, por sus siglas en inglés), que implican que los inversores financian a la empresa emisora de 'tokens' a cambio de acceder a estos en una fecha futura.
- Emisión de acciones en la 'blockchain'. La propiedad de una empresa también puede tokenizarse: en lo que se conoce como una 'Equity Token Offering' (una oferta de participaciones tokenizadas o ETO, por sus siglas en inglés), las compañías pueden recaudar fondos vendiendo 'tokens' digitales que representan la propiedad de la empresa.
- 'Tokenización' de activos. Transformar un activo en un token implica algo más que crear una representación virtual al uso de este, ya que, al construirse sobre la 'blockchain', podrá ser intercambiado sin necesidad de intermediarios de manera más rápida y transparente (abriendo la puerta al paradigma de las llamadas finanzas descentralizadas).
En el caso del dinero 'tokenizado' (monedas de curso legal trasladadas al entorno 'blockchain'), por ejemplo, esto puede ser crucial para luchar contra el blanqueo de capitales o la financiación del terrorismo. También permite evolucionar hacia el concepto 'smart money' o dinero inteligente, regido por 'smart contracts' (programas informáticos que se ejecutan automáticamente si se cumplen unas condiciones predeterminadas), que tendría la particularidad de ser programable: es decir, abriría la puerta a la automatización de pagos, la reducción de costes operativos y la agilización de las transacciones.
Normativas para avanzar hacia una economía 'tokenizada'
Los 'tokens' y la digitalización de activos en la 'blockchain' encierran un gran potencial para empresas, gobiernos y ciudadanos, como subrayaba el informe 'Tokenise Europe 2025', que contó con la participación de BBVA.
Impulsar activamente los motores de la 'tokenización' en Europa, señalan los autores, es "crucial para salvaguardar la futura posición de Europa en el escenario tecnológico mundial y seguir siendo competitiva en la economía global".
Para ello, existen algunas normativas en marcha. A nivel europeo, en octubre de 2022, la Unión Europea alcanzó un acuerdo sobre el Reglamento de Mercados de Criptoactivos o MiCA, (por las siglas en inglés 'Markets in Crypto Assets'). La norma será de obligada aplicación a partir de 2026, aunque países como España adelantarán su puesta en marcha a diciembre de 2025.
MiCA ofrecerá un marco regulador para activos digitales (y 'tokens') que emplean tecnología de registro descentralizado (una base de datos de la que existen múltiples copias idénticas distribuidas entre varios actores y que se actualiza de manera sincronizada) al contemplar algunos criptoactivos como fichas referenciadas a activos (ART, por sus siglas en inglés); fichas de dinero electrónico (EMT, por sus siglas en inglés) y criptoactivos que no tienen la consideración de fichas, entre los que se encuentran los llamados 'utility tokens', empleados para acceder y utilizar servicios o productos proporcionados por el emisor del token.
Por otro lado, a escala global, el Consejo de Estabilidad Financiera o FSB (por sus siglas en inglés, Financial Stability Board), anunció en julio de 2023 estar ultimando el marco regulador mundial de actividad de los criptoactivos con el fin de "promover la exhaustividad y coherencia internacional de los enfoques de reguladores y supervisores".