¿Qué es la ‘gig economy’?
El término ‘gig’ proviene de la jerga musical y se refiere a las actuaciones cortas que realizan los grupos musicales y que podrían traducirse como ‘bolos’. Aplicado al mundo laboral, el concepto alude a los trabajos esporádicos que tienen una duración corta y en los que el contratado se encarga de una labor específica dentro de un proyecto.
La ‘gig economy’ nació en Estados Unidos hace algo más de una década. Con la llegada de la crisis económica el mercado laboral sufrió una revolución de la que surgieron formas alternativas a la contratación tradicional que se conocía hasta ese momento.
Este modelo laboral podría compararse con el trabajo de ‘freelance’ o autónomo, ya que consiste en aceptar encargos de una duración concreta y sin exclusividad con la empresa contratante. En EE.UU., una de las plataformas que más éxito ha tenido apoyándose en la ‘gig economy’ ha sido TaskRabbit —especializada en tareas domésticas que incluyen mudanzas, instalaciones eléctricas o la realización de la compra—, que pone en contacto a clientes con trabajadores. Estos últimos pueden responder a la oferta de un cliente para un proyecto en concreto y también pueden ser contactados directamente por el cliente según su perfil. Este modelo representa para muchos trabajadores la posibilidad de lograr una mayor conciliación entre la vida laboral y la personal.
La flexibilidad y la comunicación ‘online’ son los pilares básicos del funcionamiento de la ‘gig economy’. La deslocalización, es decir, la posibilidad de trabajar para un empleador que se encuentra a miles de kilómetros, es otra de las características de la ‘gig economy’ que es posible gracias a los avances tecnológicos.
Las empresas que basan su modelo en la ‘gig economy’ han aumentado de forma exponencial en los últimos años. McKinsey revela en un informe que entre el 20 y el 30% de la población activa en EE.UU. y Europa participa en la ‘gig economy’ en diferentes grados.
Este nuevo modelo laboral tiene muchas ventajas tanto para empleadores como para empleados aunque estos podrían también verse en alguna situación de inestabilidad laboral al depender exclusivamente de proyectos puntuales que encajen con sus habilidades.
‘Blockchain’ y ‘gig economy’: ¿la pareja perfecta?
La tecnología ‘blockchain’ tiene numerosas aplicaciones que todavía se están desarrollando. Para la ‘gig economy’, podría aportar soluciones de seguridad y control para garantizar la transparencia en la relación entre las partes implicadas.
El MIT (Massachusetts Institute of Technology) ha lanzado una plataforma en la que, a través de la tecnología ‘blockchain’, se validan las credenciales de sus alumnos. La aplicación funciona como un “monedero ‘blockchain’ en el que el alumno lleva los títulos y documentos con los que puede acreditar que ha realizado su formación en el MIT.
Las plataformas de búsqueda de empleo ‘freelance’ como Coinlancer o Ethlance han incorporado ‘blockchain’ para añadir transparencia a las transacciones económicas que se realizan entre cliente y empleado. En ambas plataformas los proyectos se remuneran a través de criptomonedas. En el caso de Coinlander, tiene su propia moneda digital ‘CL tokens’ y la plataforma Ethlance utiliza ‘Ether’ la criptomoneda de Ethereum.
Las diferentes aplicaciones del ‘blockchain’ en la ‘gig economy’ podrían ayudar a eliminar a usuarios fraudulentos del mercado, garantizar los pagos y asegurar la transparencia en las operaciones.
Este nuevo modelo económico también está generando nuevas necesidades financieras de cara a sus participantes, principalmente los empleados. Y muchas ‘fintech’ están creando servicios orientados a cubrir las necesidades de este colectivo. Un ejemplo es la ‘startup’ Azlo, uno de los proyectos desarrollado por el área de New Digital Businesses de BBVA en San Francisco, que está desarrollando herramientas financieras específicas para este modelo económico.