¿Qué es el 'scrum master' dentro de una organización 'agile'?
La mejora continua, la colaboración entre los miembros del equipo, la comunicación constante con los clientes y la rapidez a la hora de sacar proyectos adelante son los grandes objetivos de las metodologías ágiles. Para que estos propósitos se conviertan en realidad, es importante contar con equipos multidisciplinares y autoorganizados, los llamados ‘scrum teams’. Y dentro de estos equipos hay una figura clave: el ‘scrum master’.
La metodología Scrum -que toma su nombre de la jugada de rugby que en español se conoce como melé- permite desarrollar productos o servicios en ciclos de tiempo muy cortos (no más de tres meses) y obtener ‘feedback’ muy rápidamente de los usuarios, de forma que la mejora continua y la adaptación a los cambios es mucho más sencilla. Esta forma de trabajar es una de las grandes apuestas de BBVA para impulsar su transformación, dado que, además de permitir llegar al mercado antes que los competidores y con productos más ajustados a las necesidades de los clientes, mejora la motivación de los equipos, que se sienten más independientes y autónomos.
En este marco de trabajo juega un papel esencial la figura del ‘scrum master’, que es el gran facilitador para que el equipo alcance los propósitos que se ha fijado: su principal misión es eliminar los obstáculos que puedan ralentizar el trabajo del equipo e impedirle lograr su objetivo para cada ‘sprint’ (periodos de 2 a 4 semanas en que se trocea el trabajo de un equipo). Además, debe conseguir que el equipo conozca y practique los principios y valores de ‘Agile’.
Retrato robot de un líder al servicio del equipo
El ‘scrum master’ se centra en la optimización del rendimiento, trabajando junto al responsable del producto -denominado ‘product owner’ en Scrum- y al equipo de desarrollo, y asegurándose de que se celebren las ceremonias (reuniones o sesiones de trabajo) que forman parte de la metodología.
Además debe ocuparse de que las normas de este modelo de trabajo se respeten y de guiar de la mejor manera la colaboración y la sinergia entre los miembros del equipo, así como con los clientes. Para poder gestionar correctamente esas tareas, es necesario asegurarse de que el ‘product owner’ elabore una lista de las funcionalidades del producto a desarrollar -ordenada, priorizada y suficientemente detallada para que el equipo sea capaz de acometerlas- y preparar las ceremonias de ‘scrum’ de manera que sean productivas y fructíferas.
También es responsabilidad del ‘scrum master’ animar a los miembros del equipo a autoorganizarse en la búsqueda de soluciones, propiciar la motivación y el compromiso de cada uno de ellos y promover la mejora continua en la forma de trabajar y en la calidad de los productos.
Las metodologías ágiles empezaron a utilizarse en empresas que se dedican a desarrollar ‘software’, pero poco a poco se han ido extendiendo a todas las industrias, especialmente a las que tienen un fuerte componente tecnológico o digital. Es el caso de BBVA, que ha incorporado los modelos de trabajo ‘agile’ en todas sus áreas centrales. Se están utilizando incluso en proyectos de recursos humanos, un área clave en la retención y fidelización de talento. “Estas formas de trabajar nos van a permitir ser más ágiles y eficaces en la entrega de nuevas soluciones a nuestros empleados”, asegura Ricardo Forcano, responsable de Talento y Cultura del banco.