Viaje a las profundidades 'deeptech', el océano de startups con rumbo al futuro
La inversión en startups 'deeptech' europeas superó los 17.700 millones de dólares (16.500 millones de euros) en 2022. Ligadas al descubrimiento científico y tecnológico, las compañías de tecnología profunda, seleccionadas por BBVA Spark como una de las grandes tendencias en 2023, dan respuesta a los grandes retos de la sociedad, como el cambio climático, la generación de energía o el tratamiento de las enfermedades.
Transformar la agricultura a través de la creación de cultivos con más capacidad de capturar dióxido de carbono, hacer posible la cura de trastornos genéticos raros e, incluso, tratar enfermedades comunes como el colesterol. Son algunos de los sueños que la herramienta de edición genética CRISPR está haciendo realidad al pasar del laboratorio a la realidad clínica. El descubrimiento de este versátil método para editar genes muestra cómo la biotecnología tiene potencial para resolver los grandes desafíos de la humanidad y cambiar la sociedad. Ese es, precisamente, el objetivo de las 'deeptech'.
En esencia, las startups de este sector se basan en investigaciones científicas y avances tecnológicos para convertir el mundo en un lugar mejor, algo que según el Instituto europeo de Innovación y Tecnología (EIT) tendrá especial impacto en áreas como la robótica, la energía sostenible o la biotecnología. No obstante, el informe 'The European Deep Tech Report' de Dealroom destaca 'deeptech' tendrá cuatro pilares fundamentales en 2023: el futuro de la informática, la inteligencia artificial avanzada, la tecnología espacial o 'spacetech' y las nuevas fuentes de energía.
La importancia del sector ha crecido en los últimos años: las empresas europeas de 'deeptech' recaudaron 17.700 millones de dólares en 2022, un 60% más que en 2020, de acuerdo con el informe de Dealroom. Al estar basadas en avances científicos, la universidad es en muchas ocasiones la incubadora de este tipo de proyectos. De hecho, el objetivo de la Unión Europea es formar a un millón de europeos en 'deeptech' para 2025, según comunica el Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (EIT).
Además, existen iniciativas privadas que también están impulsando la formación en inteligencia artificial o analítica avanzada, materias imprescindibles en el ámbito ‘deeptech’. Es el caso de BBVA, que ha formado a más de 50.000 empleados de datos en solo cinco años a través de programa Data University.
En cuanto a la inversión, cada vez existen más apoyos de actores muy diversos. Uno de ellos es BBVA Spark, la propuesta integral de servicios que el banco pone a disposición de las empresas innovadoras de alto crecimiento, para acompañarlas en las distintas fases por las que atraviesan. BBVA Spark pone a su alcance, además de una amplia oferta de productos para empresas y la interlocución con una red de asesores especializados, financiación específica y sofisticada como el 'venture debt' o los 'growth loans'.
También destacan el Consejo Europeo de Innovación (EIC) o Leadwind, un fondo gestionado por K Fund y con el que colabora BBVA para impulsar el crecimiento de 'deeptechs' en el sur de Europa y en América Latina. O el fondo tecnológico Swanlaab Tech Fund II FCR, lanzado por la gestora israelí Swanlaab Venture Factory y que cuenta con BBVA como inversor corporativo, cuyo objetivo es alcanzar un tamaño entre 60 y 80 millones de euros para apoyar en sus fases iniciales a startups españolas innovadoras con una clara diferenciación tecnológica.
Las 'deeptech' como respuesta al cambio climático
Dealroom detalla que las 'deeptech' suelen atravesar varias fases a lo largo de su ciclo de vida. La primera es la investigación en el laboratorio y la última, cuando consiguen tener reconocimiento en el mercado. En esta etapa final se encuentra la sueca Northvolt, que tiene como objetivo fabricar baterías con energías renovables y reciclables y que ha entrado en el club de los unicornios, compañías tecnológicas valoradas en más de 1.000 millones de euros antes de salir a bolsa.
La sostenibilidad es uno de los grandes retos de la humanidad que más se pueden beneficiar de los desarrollos de estas empresas disruptivas. En 2023, España ha tenido el mes de abril más cálido y seco desde que existen registros, con temperaturas medias que rondaron los 14,9°C, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Los últimos informes de la ONU señalan que limitar el aumento de la temperatura global a no más de 1,5 °C ayudaría a evitar las consecuencias de su incremento descontrolado. Y el sector 'deeptech' puede contribuir a ese fin.
"Cambios en la generación energética, como las células solares basadas en perovskitas estables o, sobre todo, la fusión nuclear, pueden cambiar el curso de la historia. Pero lo más relevante a medio plazo es el incremento de la densidad energética en los sistemas de almacenamiento, donde las baterías de sodio-sulfuro tienen un gran futuro por delante", explica Pascual de Juan, director de BBVA Innovation Labs.
Una de esas iniciativas es la startup suiza Climeworks, destinada al desarrollo de tecnología para capturar dióxido de carbono del aire y que en 2022 consiguió una inversión de 650 millones de dólares (unos 600 millones de euros al cambio actual). Por su parte, la empresa sueca H2 Green Steel, que busca construir la primera planta para fabricar acero libre de emisiones, ha llegado a un acuerdo por más de 250 millones de euros para convertirse en el proveedor de la multinacional alemana Bilstein Group, una de las principales firmas de repuestos a nivel mundial.
En el ámbito de la fabricación, la moda es uno de los sectores con más retos por superar en su camino a la sostenibilidad. La industria textil es la segunda más contaminante del planeta (tras la del petróleo), según el Parlamento Europeo. Por ello, nacen iniciativas como Seddi, startup fundada a partir de un proyecto de investigación en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. ¿Su objetivo? Realizar modelos digitales 3D para evitar el desperdicio de materiales valiéndose de la inteligencia artificial.
"En el mundo del 3D es muy difícil crear modelos realistas que de verdad se parezcan a las prendas. Nosotros desarrollamos una tecnología que permite simular la interacción de cada hilo que existe en una prenda de ropa", detalla Jorge López-Moreno, Chief Scientific Officer de Seddi. En su plataforma se pueden ajustar virtualmente las costuras o el tipo de tela utilizado, lo que reduce la cantidad de pruebas con materiales textiles que un diseñador tiene que realizar para crear una prenda antes de su comercialización. Además, también es útil una vez que la prenda está en el mercado, ya que permite a los compradores visualizar cómo se ajusta a su cuerpo antes de adquirirla de forma 'online'. De esta forma, se evitan devoluciones y su impacto ambiental asociado.
De la IA a la tecnología cuántica
La inteligencia artificial está siendo una de las grandes tendencias de los últimos meses, pero también puede ayudar en ámbitos como la salud. Por ejemplo, la startup Acurable, fundada por españoles y con sede en Reino Unido, ha desarrollado un dispositivo médico que permite abaratar y automatizar el diagnóstico de la apnea obstructiva del sueño gracias a la inteligencia artificial.
"La generación activa más joven ha abierto los ojos sobre la importancia de resolver problemas estructurales como la eficiencia energética o la democratización del talento".
El futuro de la informática también pasa por otra 'deeptech': la computación cuántica. "La tecnología cuántica permite resolver problemas complejos que los ordenadores clásicos, por muy potentes que sean, no pueden abordar. Una aplicación cuántica de una empresa 'deeptech' puede empezar a tratar cuestiones relacionadas con el clima, los fármacos o los nuevos materiales que hasta ahora no tenían respuesta; entramos en una nueva dimensión de resolución de problemas", afirma Alfonso Rubio-Manzanares, presidente del primer laboratorio de ideas internacional sobre información cuántica, Barcelonaqbit. "La inteligencia artificial y la computación cuántica son tecnologías disruptivas porque permiten hacer cosas que antes no se podían. Por ejemplo, modelos climáticos que permiten predecir y comprender cómo se comporta la atmósfera terrestre en el futuro", prosigue.
Una de las compañías destacadas en este ámbito es la startup española Multiverse, que colaboró con BBVA en una prueba de concepto para mejorar el proceso de optimización de carteras de inversión. "Desarrollamos una especie de hoja de cálculo avanzada que permite a personas que no entienden cómo funciona esta tecnología realizar proyectos con algoritmos cuánticos, lo que abre una gran ventana de posibilidades a clientes que quieran resolver problemas complejos reales", explica Enrique Lizaso, cofundador y CEO de Multiverse.
El mayor reto de las 'deeptech': el tiempo
Las 'deeptech' se dedican al desarrollo de tecnologías disruptivas que abordan problemas complejos. No obstante, para lograr un nivel de resolución tan elevado, también deben enfrentarse a desafíos que van más allá de los aspectos técnicos. El principal de ellos es el tiempo de comercialización, según el informe 'From Tech to Deep Tech', de la consultora The Boston Group y la startup Hello Tomorrow. Al tratarse de tecnologías con aplicaciones reales en el futuro, los productos demandan mayor tiempo de desarrollo y esto en ocasiones dificulta la búsqueda de inversores dispuestos a respaldar el proyecto.
"En biotecnología estamos acostumbrados a hacer planes a más de cinco años vista, pero la perspectiva cambia si hablamos de otro campo como la informática: no todo el mundo tiene una visión tan a largo plazo. Sin embargo, cuando se tiene más tiempo para desarrollar un producto, el beneficio posible también es mucho mayor", argumenta Jorge López-Moreno, de Seddi.
Precisamente por ello, una de las mayores demandas del sector 'deeptech' en España es una estrategia nacional para impulsar la inversión y el desarrollo, según las conclusiones del informe 'Emprendimiento en Deep Tech en España: Análisis de un problema complejo en clave estratégica', de la Fundación Rafael del Pino. Esto permitiría aprovechar una de las mayores fortalezas del ecosistema español: el capital humano para el desarrollo. "España es líder en número de doctorados y es reconocida por la calidad de sus técnicos e ingenieros, con una sólida formación teórica, así como por la alta calidad de sus resultados científicos y de investigación", afirma el estudio.
Además, el contexto económico y social actual también puede impulsar el desarrollo de una tecnología con mayor trascendencia, que no tenga solo el foco puesto en el mercado. "La generación activa más joven ha encadenado un par de crisis mundiales que les ha abierto los ojos sobre la importancia de resolver problemas estructurales como la salud, la longevidad, la alimentación, la sostenibilidad, la eficiencia energética o la democratización del talento", considera Pascual de Juan, de BBVA Innovation Labs.
De esta forma, las 'deeptech' tienen un doble beneficio: crear valor de mercado y producir una transformación positiva global. Su capacidad disruptiva ofrece la oportunidad de impulsar avances significativos en diferentes ámbitos para, en definitiva, sentar las bases de un futuro mejor.