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Innovación 01 jul 2021

Propel cambia el modelo del capital riesgo para la industria financiera

Con más de 40 empresas en su cartera, seis de ellas consideradas unicornios (valoradas por encima de los 1.000 millones de dólares) y dos cotizando en Bolsa, Propel se ha convertido en sus cinco años de vida en un referente del capital riesgo corporativo. El libro ‘Transactional to Transformational - How Banks Innovate’, que acaba de publicar la editorial estadounidense Wiley, relata cómo BBVA apostó por crear un fondo pionero en la industria, gestionado de manera independiente para poder acercarse a las ‘fintech’ más prometedoras.

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BBVA ha renovado recientemente el compromiso de inversión con Propel. El fondo de capital riesgo, dirigido autónomamente desde San Francisco por Jay Reinemann como socio principal, ya está gestionando los primeros 50 millones de dólares de los 150 millones anunciados el pasado febrero. Esta nueva inyección de capital incrementó el compromiso total de BBVA con el fondo de capital riesgo a los 400 millones de dólares, teniendo en cuenta la inversión previa de 250 millones realizada en 2016.

La salida de Coinbase a Bolsa es solo uno de estos ejemplos. Antes de que este ‘wallet’ para criptomonedas se estrenase con revuelo en el Nasdaq (su capitalización bursátil es superior a los 47.000 millones de dólares), Propel ya había vivido la salida a Bolsa de DocuSign en 2018. Con su exitoso sistema de firma digital de documentos, la compañía mantiene el entusiasmo de los inversores y sobrepasa en la actualidad los 53.000 millones de dólares de valoración.

Otra de las inversiones más exitosas para Propel fue la de Personal Capital, que ofrece herramientas para gestionar y asesorar inversiones de clientes particulares, y que en 2020 fue vendida por más de 1.000 millones de dólares a Empower Retirement. Pero más recientemente, en 2021, Propel lograba otro de los retornos más relevantes de su corta historia, cuando Hippo, la aseguradora de hogar, fue absorbida por Reinvent, una SPAC (o compañía con propósito especial de compra) que la valoró en más de 5.000 millones de dólares.

Sin duda, estos movimientos concentran los éxitos más sonados de Propel, pero recientemente ha incorporado a su cartera dos nuevas promesas, que entran en esa clasificación de unicornios. El fondo acaba de participar en una nueva ampliación de capital de Guideline, cuyo sistema para simplificar la gestión de los planes de jubilación para pymes, está atrayendo cada vez a más inversores y clientes. Antes de eso, Propel hizo su primera inversión en Asia al entrar en el capital de la india Groww. Esta ‘startup’, una plataforma de inversión, tiene 10 millones de usuarios y grandes planes de expansión.

“No todo son éxitos”, puntualiza Jay Reinemann, quien explica que hay muchas otras inversiones que no salen a flote. De hecho, Reinemann recuerda que normalmente en un fondo solo un 20% de las inversiones compensan el 80% restante.

“Intentamos seleccionar el 1% de las compañías ‘fintech’ que terminarán creciendo y desarrollándose como grandes negocios que marcan la diferencia en su sector. Esta es la parte más dura de nuestro trabajo”, reconoce el socio principal de Propel, que lleva toda una carrera en Silicon Valley, ahora de la mano con BBVA y, anteriormente, con VISA.

“Nuestro objetivo ha sido siempre ser el mejor socio para las ‘startups’. Queremos realmente apoyar a sus fundadores y ayudar a hacer crecer el proyecto por el que apostamos”, recalca. Este elemento, el querer ser algo más que inversor, ir más allá y ser un socio con el que se puede intercambiar conocimiento es un elemento diferenciador para Propel. De hecho, este factor fue determinante para crear el modelo de Propel, que ahora recoge el libro de Wiley como un caso de éxito.

De espectador a jugador

BBVA lleva ya tiempo en Silicon Valley para mejorar su posición en un ecosistema altamente competitivo, donde los mejores emprendedores tienen muchas opciones para elegir a sus inversores. “Era necesario dejar de ser un espectador para convertirse en un jugador del ecosistema”, asegura en el libro Ricardo Forcano, ex CIO de BBVA, que también fue uno de los promotores del primer fondo de capital riesgo creado en Silicon Valley, llamado BBVA Ventures, en 2009.

El problema es que las ‘startups’ esquivaban a los fondos corporativos por los posibles conflictos de interés en el largo plazo. De aquí, y de la necesidad de que estas inversiones sean realmente útiles para acelerar la transformación de BBVA, se decide crear una ‘spin-off’, es decir, separar el fondo y su gestión del banco.

El modelo permite a Propel ser más libre y ágil a la hora de tomar las decisiones, mientras que BBVA ha podido extraer indirectamente un valioso aprendizaje que ha aplicado en su organización.

Futuro

Este modelo de Propel ha marcado un camino que después han seguido otros bancos, pero además sigue en constante transformación. En esta nueva etapa, con la renovación del compromiso de BBVA de invertir otros 150 millones de dólares, Propel se plantea buscar nuevos fondos. “Hemos arrancado con un fondo de 50 millones procedentes de BBVA, pero el plan es que en los próximos años incorporemos nuevos inversores, corporaciones adicionales e inversores institucionales tradicionales que podrían complementarse con BBVA y confiar en Propel para identificar a las empresas con mayor potencial disruptivo en los servicios financieros”, explica Reinemann.

“En BBVA valoramos especialmente la relación creada con Propel que nos ha permitido ser parte del ecosistema de innovación y encontrar grandes oportunidades. Más allá de los beneficios que puedan reportar las inversiones de Propel, buscamos modelos que nos complementen, que se dirijan a segmentos en los que no estamos o que estén explorando nuevas formas de hacer banca. Queremos modelos que inspiren a BBVA para buscar caminos diferentes y más efectivos para acercarnos a nuestros clientes”, explica Jordi García Bosch, responsable de Nuevos Modelos Digitales de BBVA.

Reinemann recuerda, sin embargo, que aún es muy pronto para hablar de un retorno de la inversión y de los resultados de Propel. “Nosotros invertimos en fases muy tempranas del negocio, que de media, necesitan entre 7 y 10 años para madurar. Por ejemplo, Amazon tardó 15 años en ser rentable. Y Propel lleva tan solo cinco años operando, por lo que aún tiene mucho camino por recorrer y puede mostrar muchos mejores resultados de los que ya ha dado”, concluye.

En cuanto al futuro, Propel mira hacia nuevos mercados y se fija con especial atención en América Latina, donde cree que hay muchas oportunidades al contar con una gran parte de la población que aún no está bancarizada y que necesita nuevas soluciones para subirse a los servicios financieros. Y en cuanto a sectores, Reinemann señala las finanzas descentralizadas (DeFi, por sus siglas en inglés), la integración de tecnologías o servicios en otras plataformas (‘embedded services’) y el mundo de los seguros como tres áreas donde la innovación y el emprendimiento tienen muchas oportunidades para transformar la industria financiera.