Política industrial de la era digital
El manifiesto de política industrial aboga por una reforma sustancial de la Unión Europea (UE). Esta reforma se centra en tres pilares: innovación, protección y fomento. Alejandro Neut, de BBVA Research, señala las claves para entender la política industrial de la era digital.
El primer punto a destacar del manifiesto es la innovación, que busca facilitar el financiamiento a ‘startups’ y otras compañías tecnológicas por parte de mercados financieros e instituciones competentes como el fondo europeo de inversiones. Sus estrategias de financiamiento son de corte horizontal y, sin embargo, se centran en sectores considerados estratégicos para las bases de la sociedad: inteligencia artificial, nuevas tecnologías en baterías y ciberseguridad.
Por otra parte y más allá del apoyo a la innovación, se busca una mayor protección a la adquisición foránea de activos estratégicos europeos. Esta protección ya existe en buena parte de las legislaciones del mundo, pero se trata de revaluar la lista de qué resulta “infraestructura crítica” en la era digital. También se trata de establecer dinámicas de reciprocidad y buscar poder negociador frente al proteccionismo que presentan países como China.
El tercer pilar consiste en fomentar “campeones europeos”, que pretende reformar las leyes de competencia replanteando las directrices sobre fusiones y adquisiciones a favor de la creación de dichos “campeones”.
¿Por qué la premura a través de un 'manifiesto'?
La publicación de este manifiesto apunta a incidir en la agenda de la próxima Comisión Europea, que deberá constituirse en la segunda mitad de este año. Además, también responde al disgusto de Francia y Alemania al veto de la Comisión a la fusión entre la francesa Alstom y la alemana Siemens, una fusión que hubiera dado paso a un gigante en el mercado ferroviario.
La premura por debatir sobre el manifiesto es bienvenida, pero hay que tener cuidado con cualquier implementación precipitada.
¿Por qué el cuidado?
Una reforma a las leyes de competencia que favorezca el surgimiento de “campeones europeos” puede acarrear un alto coste para la sociedad. Este enfoque de política industrial no es nuevo y cuenta con conocidas experiencias de éxito, como el desarrollo de Corea del Sur. Sin embargo, se basa en debilitar la competencia para proteger el posicionamiento monopólico de un grupo de firmas previamente "identificadas” por autoridades políticas. Así, uno de los grandes peligros es terminar con mastodontes y no campeones, mastodontes que en vez de crecer e innovar, buscan acaparar poder político para así preservar sus privilegios.
Más que buscar a “elegidos” a quienes aplicar excepciones en las reglas del juego, hay que estudiar cómo adaptar y mejorar las reglas de competencia para la era digital, garantizando siempre un campo similar para todos. Esto no es solo parte de los valores de Europa, ha sido también una de las claves de su desarrollo económico.