Los datos han sido el tema estrella del evento Money 2020 Europe celebrado la semana pasada en Ámsterdam, pero es la suma de las partes lo que realmente acaparó más atención.
Como han destacado muchos de los ponentes que hablaron durante el evento, y como ya apuntábamos en marzo en este artículo, el motivo es que, los datos aislados no tienen demasiado valor.
Lo que de verdad importa es el provecho que se puede extraer de ellos. Y es aquí donde decenas de empresas están trabajando, en el desarrollo de innovaciones que permitan extraer un valor real y sostenible de los datos.
Uno de los encargados de ayudar a entender cómo los datos pueden revolucionar el sector bancario fue Carlos Kuchkovsky, CTO de Nuevos Negocios Digitales de BBVA.
En su ponencia, que tuvo lugar durante el último día del evento, titulada DeepTech Science and Business Models (Tecnología de aprendizaje profundo y modelos de negocio), Kuchkovsky – que es el responsable de ayudar a BBVA a prepararse técnicamente para procurarse todos los productos y servicios que el banco va a necesitar en el futuro – compartió su visión sobre las diferentes tecnologías que van a tener un papel más relevante en el sector.
Una de las áreas de debate más candentes durante Money 2020 Europe fue el impacto de las plataformas y si la banca va por ese camino.
Se trata de un área que BBVA lleva mucho tiempo evaluando como posible dirección estratégica. Una de las principales consecuencias de este cambio sería que se pasaría de un modelo de producción lineal – producción, distribución, marketing y entrega al cliente – a un modelo de ecosistema. El modelo de ecosistema permite, tanto al banco como a terceros, desarrollar productos, servicios y otros elementos, como contenidos.
Pero sobre todo, este modelo implica un proceso de creación de valor de doble sentido y continuo, que permite acelerar los ciclos, incrementar los tiempos de retroalimentación y ofrecer un acceso más amplio a una gama de productos y servicios más diversa. Como apuntó Kuchkovsky durante su presentación, en 2018, siete de las diez empresas de mayor valor del mundo – incluidas Apple (a través de su Apple Store), Google, Amazon, Facebook, y Tencent con su súper aplicación WeChat – han construido sus modelos de negocio en torno a plataformas.
La referencia a WeChat es relevante porque otro tema central del evento, sobre el que Kuchkovsky también se detuvo, fue el del impacto del efecto red. En pocas palabras, el efecto red entra en juego cuando el número de personas que utiliza un determinado servicio, producto o plataforma comienza a aportar un valor añadido tanto al servicio como a los propios usuarios.
Por ejemplo, Google Maps y el servicio de recomendación de rutas Waze. A medida que lo va utilizando más gente, va incrementando el volumen de datos que recopila, lo cual le permite afinar mejor su capacidad para, por ejemplo, sugerir una ruta para evitar un atasco, proponer rutas alternativas y predecir los tiempos de llegada.
Carlos Kuchkovsky en Money2020
En el sector bancario sucede de manera similar: el incremento en el volumen de datos recopilados – para BBVA siempre con el consentimiento de sus clientes – permite extraer conclusiones más acertadas mediante el uso de herramientas de inteligencia artificial (otro tema estrella), lo cual permite diseñar mejores productos para atraer nuevos clientes, cerrando así el ciclo.
Pero como muchos de los ponentes del encuentro también indicaron, el efecto red no está exento de peligros, puesto que puede llevar a un punto de inflexión en el que una empresa obtiene una posición de dominancia absoluta en el mercado, dando origen a monopolios sectoriales.
Aquí, sin embargo, es donde entraría en juego el último tema estrella de la conferencia: la tokenización. Sobre ella hablaron tanto Kuchkovsky como muchos otros ponentes en sus presentaciones sobre otros asuntos, incluidos Ralph Hamers, CEO de ING y Simon Taylor, de 11:FS.
En esencia, como explica este artículo de BBVA publicado hace dos años, la tokenización es el proceso de sustituir datos sensibles por datos no sensibles – el token. Aunque el token carece de valor por sí mismo, ofrece acceso, con los debidos niveles de consentimiento y autorización, a los datos sensibles a través del sistema de tokenización.
Sus aplicaciones son virtualmente ilimitadas. En cualquier aplicación que requiera compartir información sensible, podría, en teoría, usarse tokens para transferir los datos.
En lo que se refiere al efecto red, la tokenización podría utilizarse para, como sugirió Kuchkovsky, crear una red descentralizada, donde el incentivo de una ‘entidad’ para controlar la red – y por lo tanto acaparar todos los beneficios que genere – desaparezca. Gracias a la tokenización, el valor de la red residiría en la propia red, en la titularidad de los tokens de todos los participantes.
Esto podría allanar el camino para el desarrollo de un ecosistema de servicios financieros – a pesar de para esto también haría falta abrir aún más el acceso a los datos – tal y como argumentaba el Presidente Ejecutivo de BBVA en un artículo de opinión publicado en el FT la semana pasada.
Otro uso de la tokenización -que tanto los ponentes como los exhibidores durante la feria han destacado- es el de la mejora en el almacenamiento, salvaguarda y gestión de los datos relacionados con la identidad de los usuarios. Muchas ‘startups’ han expuesto sus propuestas para sustituir información sensible real con tokens, lo cual otorga al consumidor un mayor control sobre quién puede acceder a sus datos personales, durante cuánto tiempo y con qué nivel de detalle.
Pero, para concluir, Kuchkovsky explicó que quizás la tendencia más pujante de cuantas se han tratado durante el evento sea cómo están convergiendo todas estas innovadoras posibilidades para gestionar datos.
Así, la combinación de la potencia analítica de la inteligencia artificial, unida a los sistemas de tokenización desarrollados a partir de blockchain, añadido al enorme volumen de datos generado por el Internet de las Cosas (IOT) y el potencial de procesamiento de la incipiente computación cuántica, va a inaugurar una nueva éra de compañías impulsadas por la tecnología, según el responsable de Tecnología de NDB en BBVA..
Y es aquí donde realmente radica el futuro de la banca – en la combinación de tecnologías para ofrecer mejores productos, recomendaciones y servicios a los clientes que los hacen posibles.