Me han robado el teléfono móvil: ¿qué puedo hacer?
Según Naciones Unidas, en 2019 había al menos 75 líneas móviles con acceso a internet por cada 100 personas en el mundo. Si a esto se le une el auge de la digitalización de servicios, resulta que los teléfonos móviles se han convertido en un ‘órgano vital’ para los usuarios. Pero, ¿qué puede ocurrir si nos lo roban o lo perdemos?
Los teléfonos móviles se han convertido en una extensión del ciudadano medio. La digitalización global ha permitido realizar miles de gestiones desde estos dispositivos, agilizando transacciones y facilitando todo tipo de servicios sin límite geográfico ni temporal: desde operar con el banco o pedir comida a domicilio, hasta realizar compras de cualquier tipo, alquilar coches por minutos o crear nuevos vínculos sociales.
Una dependencia que lleva a extremar las precauciones para impedir o dificultar la sustracción de datos en caso de robo o pérdida del dispositivo. Una adecuada gestión de la seguridad de los ‘smartphones’ ayudará a mitigar estas consecuencias.
¿Qué hacer antes de que me roben o pierda el ‘smartphone’?
Para fortalecer la seguridad del dispositivo, es fundamental realizar una serie de acciones previas para protegerlo. Se trata de configuraciones básicas que obstaculicen el uso de los datos que contiene, en caso de que caiga en manos de personas malintencionadas. Un primer paso es personalizar las diferentes formas de bloqueo:
1. Configurar con una contraseña, patrón de desbloqueo o con biometría el acceso al dispositivo.
2. Si el dispositivo lo permite, configurar el bloqueo de aplicación para aquellas en las que haya información personal o sensible, como las galería de fotos, las redes sociales, o las compras online que tienen asignadas tarjetas de crédito.
Un punto importante a tener en cuenta es el almacenamiento de la información dentro del dispositivo:
3. Realizar copias de seguridad o sincronizar con servicios ‘cloud’ de aquella información almacenada, por ejemplo los contactos o las imágenes.
4. No guardar fotos de contraseñas, tarjetas bancarias, documentos de identidad o carnets de conducir.
Para completar las medidas de precaución, también es posible:
5. Utilizar funcionalidades como ‘Encontrar mi dispositivo’ de Google o ‘Buscar mi iPhone’ de Apple que permiten, llegado el momento, localizar y restaurar los dispositivos, pero para ello, se debe haber habilitado en los dispositivos previamente.
6. Guardar el código IMEI en un sitio seguro e independiente. Este código permite identificar inequívocamente los dispositivos y es el que se utiliza cuando se quiere denunciar el robo a las autoridades.
¿Qué hacer después de que me hayan robado o haya perdido el dispositivo?
La seguridad previa resulta fundamental para reducir los riesgos en caso de pérdida, pero no va a impedir en un momento dado las sustracción o pérdida del dispositivo. En ese caso, hay que saber actuar rápidamente ya que el tiempo se convierte en una variable relevante para tratar de recuperarlo y minimizar los daños.
Antes de empezar las acciones con terceros:
1.Tratar de localizar el dispositivo para verificar que realmente se trata de un robo o una pérdida.
2. Cambiar las contraseñas de las aplicaciones que estuviesen iniciadas en el dispositivo. De esta forma, si quieren acceder a las aplicaciones les volverá a pedir el usuario y contraseña.
Y si el teléfono sigue sin aparecer:
3. Denunciar el robo ante las autoridades y seguir sus instrucciones.
4. Considerar la opción de restaurar de fábrica el dispositivo mediante las opciones de ‘Encontrar mi dispositivo’ o ‘Buscar mi iPhone’ en caso de que no se prevea recuperarlos. Solo será posible si el dispositivo puede acceder a internet.
5. Llamar a la operadora de telefonía para bloquear la línea y evitar que el dispositivo acceda a internet o realice llamadas. Cuidado, reactivar la línea implica un duplicado de tarjeta y lleva un coste asociado, por lo que solo se recomienda en caso de estar seguro de que no se va a recuperar el teléfono.
Por último, los dispositivos móviles se han convertido en un bien muy preciado en nuestro día a día, por su utilidad, la información que contienen y, en algunos casos, por el propio valor del dispositivos. Por ello, hay que extremar las precauciones de seguridad física para prevenir el robo, como evitar dejarlo encima de la mesa de restaurantes o terrazas, no llevarlo en el bolsillo trasero de los pantalones o no guardarlo en mochilas y bolsos desprotegidos.