El volumen, la velocidad, la variedad, la veracidad y el valor de los datos son las cinco claves para convertir el 'big data' en uno de los impulsores de las empresas.
A la hora de señalar las cinco características que el 'big data' debe tener para ser 'big data', se vienen parafraseando las cinco famosas uves dobles del periodismo. Y en este caso son estos cinco conceptos, con uve, los que respaldan esa gran recolección de datos, su análisis y su capacidad para utilizarlos de forma rápida con beneficios para las empresas.
Volumen
Si presentamos el 'big data' como una pirámide, el volumen está en la base. El volumen de datos que las empresas manejan se disparó alrededor de 2012, cuando se empezó a recoger más de tres trillones de datos diarios. A partir de ese momento, si bien se duplicó a los cuarenta meses, a continuación se fue duplicando cada vez en menos tiempo.
Velocidad
Además de manejar los datos, las empresas necesitan que esa información fluya con rapidez, lo más cercano posible a la inmediatez. Tanto que la velocidad puede ser más importante que el volumen, porque nos puede dar una mayor ventaja competitiva. Porque a veces es preferible tener pocos datos en tiempo real que muchos con poca velocidad.
Los datos tienen que estar disponibles en el momento justo para tomar las decisiones adecuadas de negocio.
Variedad
La tercera uve del 'big data' es la de variedad. Una empresa puede recoger datos de múltiples fuentes: desde dispositivos propios hasta el GPS de los móviles o lo que se dice en las redes sociales. La importancia de esas fuentes de información varía según la naturaleza de nuestro negocio: por ejemplo, un servicio o producto de gran consumo debe de estar más al tanto de las redes sociales que un negocio industrial. Y, además, esos datos pueden tener muchas capas, de distinto valor.
Veracidad
La cuarta uve es de veracidad, que en este contexto equivale a calidad. Tenemos todos los datos, pero ¿se nos puede escapar algo? ¿Son datos 'limpios', veraces? ¿Realmente aportan algo?
Valor
Por último, en la cúspide de la pirámide del 'big data' reina la uve de valor, es decir, la capacidad de transformar todo ese tsunami de datos en negocio.
Pero la potencia del 'big data' abarca más que proyecciones. Así, si una empresa lo aplica correctamente, tras una fuerte inversión en tiempo y recursos, su capacidad de conocer al cliente toda esa información es enorme, ofreciéndole lo que quiere o necesita en el momento justo.