Las APIs están transformando el mundo
Desde las redes sociales a los medios de comunicación, muchos sectores usan estas herramientas para integrar servicios y dar un paso más allá en la transformación digital.
La transformación digital de las empresas y de muchos servicios que usamos a diario pasan por la integración y superar la simple comunicación. Ya es una realidad que hoy en día desde una sola aplicación podamos interactuar con otras y así mejorar nuestra experiencia. ¿Cómo sucede esto, a priori, tan complejo? Gracias a las APIs.
Una API (siglas de Application Programming Interface) es un código que permite que distintos sistemas o ‘apps’ se comuniquen entre sí. Realiza una función parecida a la de una interfaz con el usuario, pero en este caso con la interfaz de otra aplicación. Sirve, y eso es lo fundamental, para que dos servicios o dos ‘apps’ de dueños distintos, con desarrolladores diferentes, puedan comunicarse entre sí y facilitar la interacción de cualquier usuario o empresa. Además, los costos de reprogramación y experimentación se reducen mucho.
A diario, y sin nosotros ser conscientes, usamos aplicaciones que funcionan gracias a las APIs. Las redes sociales, los medios de comunicación y los gigantes del ‘e-commerce’ las usan. Twitter, por ejemplo, pone a disposición de otros desarrolladores sus APIs para que la empresa del pajarito esté presente más allá de Twitter. Así, desde programas como Hootsuite se pueden controlar varias cuentas a la vez, programar tuits o conseguir análisis avanzados, servicios que la aplicación original tiene más limitados.
También desde la plataforma de blogs WordPress es sencillo incluir una API de las diferentes redes sociales (Twitter, Facebook o LinkedIn) para publicar un post en una red social. Medios de comunicación como The Guardian fueron de los primeros (en 2009) en abrir sus contenidos y su hemeroteca a otros desarrolladores. Gracias a esta plataforma abierta, los desarrolladores han hecho que sea posible consultar las noticias de The Guardian desde el ‘smartphone’, Smart TV o integrarlo en una web.
Asimismo, las APIs también están presentes en la publicidad de las grandes empresas de comercio electrónico. Amazon, Ebay o Groupon ponen a disposición de terceros sus APIs para implementar los programas de afiliados que benefician a los anunciantes y a los anunciadores. La comunicación entre ambas páginas se realiza a través de una API y, de esta forma, ambas empresas saben por dónde entró el cliente, cuándo realizó la compra y qué compró. ¿Es beneficioso para las empresas tecnológicas o gigantes de la comunicación abrir su código y compartirlo a través de API? Por supuesto, cualquier desarrollo externo atrae clientes, usuarios y publicidad.
La banca y las APIs
Hace unos años, cuando se inició la transformación digital en el sector bancario, podía ser impensable que los grandes bancos europeos y globales pudieran estar dispuestos a colaborar con terceros como las ‘startups fintech’. Hoy, lo impensable es que cualquier banco que pretenda ser un actor digital no colabore con terceros. Líderes del sector, como BBVA, han apostado por usarlas en su negocio, en una tendencia conocida con el nombre de ‘open banking’.
Según el estudio ‘Open Banking/Open Finance Trends Q1 2022’ de Platformable, la banca abierta está creciendo a un ritmo anual del 175%. A finales de 2021, se contabilizaban más de 1.500 plataformas bancarias que ofrecían más de 5.000 APIs. Un 75% de estas plataformas son europeas.
De acuerdo con Platformable, este crecimiento mundial está respaldado por el aumento de la regulación en todo el mundo, que evoluciona para crear marcos sólidos que regulen el uso de los datos de los clientes. Además, los propios clientes están receptivos a utilizar estos servicios, sobre todo a partir de la pandemia de COVID-19: un 88% de estadounidenses y un 86% de los británicos utilizaron servicios ‘fintech’ en 2021, y, según la consultora Morning Consult, los consumidores de España y América Latina están especialmente interesados en disponer de servicios y productos financieros más innovadores.
BBVA ha sido uno de los bancos pioneros en abrir sus APIs a terceros, mucho antes de la entrada en vigor de regulaciones como PSD2 o la Ley Fintech. En España y México, a través de BBVA API Market, otras empresas pueden integrar servicios bancarios en sus modelos de negocio. Por ejemplo, la contratación de un préstamo, la gestión de transferencias internacionales y nacionales o integrar de manera sencilla el método de pago de Alipay en un establecimiento. En México, gracias a una alianza entre BBVA y Uber, sus conductores pueden crear una cuenta digital ligada a la tarjeta de débito internacional ‘Tarjeta Socio Conductor’, y así recibir sus ganancias directamente en cuestión de minutos.
Esta integración entre banca y terceros también se ha hecho tangible en soluciones como Automik, que permite a los concesionarios incorporar la financiación de coches en sus canales de venta ‘online’. Automik unifica la elección del vehículo y la solicitud de financiación en un mismo proceso en el momento de la compra, lo que simplifica y agiliza la operación y ayuda a impulsar las ventas digitales de los concesionarios.
Para estar presente en la transformación digital del sector bancario, BBVA invierte en firmas ‘fintech’ como el banco digital brasileño Neon, accediendo así a uno de los mercados con mayor potencial del mundo; el británico Atom Bank, del que es principal accionista; la mexicana Openpay, que ofrece soluciones de pago omnicanal y servicios de valor añadido para comercios a través de pagos, operando bajo una infraestructura común en países como México, Colombia o Perú; o la alemana solarisBank, una multipremiada plataforma tecnológica con licencia bancaria a través de la que cualquier compañía digital puede ofrecer estos servicios a sus clientes.
Algunos productos de ‘open banking’ podrían ayudar a afrontar retos medioambientales y de inclusión social.
La integración de distintos servicios a través de la colaboración que facilitan las APIs puede contribuir a resolver algunos de los principales retos financieros. Según una encuesta de la compañía Temenos, las entidades bancarias tienen previsto crear nuevos productos que promuevan la inclusión y el empoderamiento financieros, como cuentas y préstamos responsables para personas no bancarizadas o soluciones de microfinanzas para emprendedores. Un ejemplo de ello es la alianza que han establecido BBVA México y Zolvers para dotar de servicios bancarios con ‘open banking’ a personas que trabajan en tareas de limpieza o mantenimiento del hogar en México. Esta alianza ha abierto la oportunidad de bancarizar a cerca de 25.000 trabajadoras domésticas.
El informe de Platformable destaca que los proveedores de ‘open banking’ también podrían crear productos que apoyen la acción ambiental. Por ejemplo, ofertas de carteras de pensiones alineadas con criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG) o calculadoras de la huella de carbono de los pagos.