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La importancia de proteger nuestra identidad digital

La identidad digital o identidad 2.0 es la versión en Internet de la identidad física de una persona. Está compuesta por una gran cantidad de datos que proporcionamos en la red, más allá de nuestro correo electrónico y dirección. Incluye fotos, datos bancarios y hasta preferencias a la hora de comprar.

La identidad digital o identidad 2.0 es la versión en Internet de la identidad física de una persona. Está compuesta por una gran cantidad de datos que proporcionamos en la red, más allá de nuestro correo electrónico y dirección: incluye nuestras fotos, datos bancarios, preferencias a la hora de comprar y más.

Al igual que cuidamos la imagen fuera de las redes sociales y del mundo digital, debemos ser consecuentes y prestar mayor atención a nuestra presencia dentro de este nuevo ecosistema. BBVA entiende el impacto que puede generar esta identidad digital en terceros y, por ello, promueve una reflexión tanto entre sus clientes como con sus empleados para velar por la seguridad de los datos.

Todas las actividades que cada uno genera en la red conforman una identidad, es la versión ‘online’ de la identidad física de cada persona.

En el mundo actual, la capacidad de demostrar la identidad digital de las personas y las empresas es crucial para el desarrollo económico, financiero y social. Por ello, se necesitan soluciones de identidad válidas en diferentes servicios, mercados, estándares y tecnologías. Las empresas privadas, los gobiernos y los reguladores buscan ya soluciones integrales que permitan a los clientes y ciudadanos identificarse ‘online’.

De momento, la regulación relacionada con la identidad digital solo cubre ciertos aspectos. Por este motivo, los gobiernos barajan adoptar nuevas reglas para cubrir los vacíos legales.

De acuerdo con BBVA Research, la ciberseguridad es uno de los principales retos que la regulación de la identidad digital tiene por delante. Otro desafío es la falta de estandarización e interoperabilidad, ya que cada proveedor de identidad (ya sea público o privado) almacena la información de una manera diferente. Asimismo, hay que mencionar la falta de control por parte del usuario y la incertidumbre regulatoria.

Categorías sobre navegación e identidad digital:

  • Redes sociales: configurar adecuadamente las redes sociales y no publicar lo que no compartiríamos con cualquier persona de la calle.
  • Contraseñas: crear contraseñas robustas y tener el hábito de cambiarlas periódicamente. Tener presente que las contraseñas no se comparten.
  • Banca 'online': nunca acceder a los servicios de banca 'online' desde un enlace de correo. Hacerlo siempre introduciendo a mano la URL y comprobando que la página es la oficial del banco.
  • Compras 'online': antes de hacer una compra 'online' se debe comprobar la reputación del vendedor, asegurarse de que la página donde se introduce la información es segura (https y con el símbolo de un candado) y comprobar el certificado.
  • Navegación segura: utilizar Internet y sus herramientas de forma segura, aprender a detectar páginas maliciosas.

¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta la identidad digital?

La identidad digital se enfrenta a dos retos principales. Los fallos de seguridad, que se ha convertido en una fuente de preocupación por los continuos casos de robos de identidad, suplantaciones, robo de contraseñas y pérdida de datos personales. El segundo es la privacidad de los datos. A medida que los usuarios se van introduciendo más en el mundo digital, se genera una mayor cantidad de datos que acaban dispersos por la red. La regulación es clave para garantizar el uso legítimo y controlado de los datos.