Cómo IoT revoluciona seis objetos cotidianos
Estamos en el inicio de la cuarta revolución industrial, y el internet de las cosas juega en ella un papel muy parecido al que tuvo la máquina de vapor en la primera revolución industrial, a finales del siglo XVIII.
El Internet de las cosas (IoT por las siglas en inglés de Internet of Things) es la capacidad de conectar los aparatos entre sí para ofrecer servicios y al mismo tiempo obtener metadatos. Pero no todo trata de big data, tecnología y computación. Esa tendencia también tiene mucho que ver con el día a día de cualquier hogar.
La conexión entre diferentes aparatos ya ha llegado a nuestras casas, y va a cambiarlas de igual manera que la forma de comportarse de las personas. A continuación, exponemos varios ejemplos de objetos cotidianos han cambiado significativamente en muy poco tiempo.
1. Paraguas que avisan cuando va a llover
Cargar todo el día con un paraguas cuando al final de la jornada ni ha chispeado es engorroso, pero bastante menos que calarse con un chaparrón imprevisto.
Para reducir drásticamente esa incertidumbre, ya existen paraguas que gracias a su conexión a internet y a un pequeño LED emiten una luz parpadeante ante la previsión de lluvias inminentes. Cuando más azul sea la luz, más necesario será el paraguas, que recibe los datos, vía WiFi, de la compañía estadounidense accuweather.
2. Cepillos de dientes… que en realidad comercializan seguros
Beam es una startup de Ohio (Estados Unidos) que el año pasado lanzó un cepillo de dientes con el ambicioso objetivo de transformar el negocio de los seguros dentales.
La idea no es tan extravagante como parece: Beam provee de cepillos inteligentes, con su propia marca, y de pasta de dientes a los asegurados, que tienen toda la información sobre sus hábitos de higiene bucal en una aplicación, como cuántas veces se cepillan, y cuánto tiempo duran esos cepillados. La premisa de Beam es clara: cuanto más cuidada esté la dentadura de los asegurados, menos caries y visitas al dentista tienen, así que las pólizas se modulan en función de los datos que reciben.
3. Pastilleros tan atentos como el mejor enfermero
David Rose, un gurú de Internet de las cosas, inventó, con su compañía Vitality, un pastillero inteligente capaz de avisar a sus dueños de cuándo deben tomar determinada medicina. Gracias a un chip en su interior, GlowCap -así se llama el pastillero- se ilumina y suena cuando es el momento de tomar una determinada medicina. Si dos horas después no se ha abierto el pastillero, su dueño recibe una llamada para recordarle que tiene que tomar la medicación. Además, el pastillero es también capaz de enviar información a familiares y cuidadores, y puede encargar más pastillas, cuando se acaban, a la farmacia.
4. La jarra que sabe lo que estás bebiendo (y si es bueno que lo hagas)
Aparentemente, estamos ante un simple cilindro. Pero en realidad, Vessyl, que así ha sido bautizado el cilindro en cuestión, es un complejo medidor de todo lo que bebemos. O más bien será, porque la empresa Mark One ultima, tras siete años de trabajo, los detalles de su lanzamiento. Al introducir en Vessyl cualquier bebida, nos dice exactamente qué estamos consumiendo: cuántas calorías, cuánto azúcar, cuánta cafeína, con la posibilidad de ir analizando todos nuestros datos en una app.
Dicen los que lo han probado que es de una precisión asombrosa, casi mágica -por ejemplo, distingue entre una Coca-Cola y una Pepsi-, se carga sin cables y tiene un elegante diseño que le puede convertir en el próximo gadget tecnológico de moda.
- La rueda que transforma una bici cualquiera en un vehículo híbrido
El objetivo de los inventores de la rueda Copenhague, la startup Superpedestrian, es muy ambicioso: quieren convertir una bicicleta en un vehículo híbrido, simplemente cambiando una rueda convencional por una Copenhague.
En esa rueda se esconden unas baterías y un motor eléctrico que se alimenta con el propio pedaleo del ciclista, cuando frena o circula cuesta abajo: es el mismo mecanismo de cualquier coche híbrido.
Esa energía extra y limpia es luego utilizada para impulsar el pedaleo de forma inteligente: la tecnología de la rueda va aprendiendo de la forma de pedalear del ciclista para actuar en consecuencia. Además, gracias a la conectividad wireless de la rueda, hay una vertiente social: todos los datos pasan al smartphone del ciclista, que puede compartirlos por motivos sociales o más prácticos, como para avisar de problemas en la ruta.
Esa energía extra y limpia es luego utilizada para impulsar el pedaleo de forma inteligente
Este invento ha sido desarrollado en el MIT con la colaboración del Ayuntamiento de Copenhague, una de las grandes ciudades más concienciadas con las bondades de la bicicleta.
- El bolígrafo que se acuerda de qué te estaban diciendo
Hace ya mucho que los bolígrafos que no solo pintan, sino que también son capaces de grabar e incluso hacer fotografías, dejaron de ser solo algo de las películas de espías. La compañía sueca Anoto, nacida en 2001, está especializada en bolígrafos digitales, que pueden, por ejemplo, transmitir vía WiFi un documento en el que hemos firmado.
Otro de los productos de Anoto es capaz de recuperar cada detalle de una llamada telefónica, conferencia o clase en la que lo hemos utilizado, siempre que tomemos notas sobre un papel especial. Después, cuando situamos el Anoto sobre un punto concreto de esa superficie, escuchamos la charla en el punto que estaba cuando escribíamos ahí. No entender nuestras propias anotaciones ya no será más un problema.