Euros digitales, criptodivisas y 'stablecoins': el futuro del dinero, a debate
El auge de las criptomonedas, especialmente en regiones como América Latina, ha provocado que numerosos gobiernos elaboren legislaciones para aprovechar sus beneficios y mitigar sus riesgos. No son la única alternativa novedosa a los billetes: varios bancos centrales, entre ellos el europeo, estudian emitir monedas digitales propias. En un reciente BBVA Open Talks, los ponentes debatieron sobre cómo estos cambios definen la próxima era del dinero.
Con las primeras civilizaciones, nació el trueque. En las sociedades sedentarias posteriores, se tradujo en la entrega de ciertos bienes a los gobernantes, como oro, plata y otros metales. En la revolución industrial, los billetes, además de divisas como el dólar. A principios del siglo XX, las tarjetas de crédito; a finales, los pagos digitales. En el XXI, los pagos móviles, el euro —que ha celebrado su vigésimo cumpleaños—, y las criptomonedas, divisas virtuales basadas en 'blockchain' y descentralizadas.
El dinero ha evolucionado a medida que lo ha hecho el ser humano y sus necesidades en la sociedad, y en el presente se aceleran sus versiones digitales. "Tenemos el dinero 1.0. efectivo, el 2.0. digital y bancario, y ahora surge el 3.0., basado en 'blockchain' y 'tokens' (unidades de valor basadas en criptografía)", resumía Francisco Maroto, líder de la disciplina Blockchain & Digital Assets de BBVA, en el evento de BBVA Open Talks: El futuro del dinero. La capitalización de mercado combinada de las dos criptodivisas líderes, bitcoin y ether, de las correspondientes cadenas de bloques Bitcoin y Ethereum, es una muestra de ello: supera el billón de euros, según Coinbase. ¿Llegarán a imponerse frente al dinero tradicional? ¿Qué desafíos presentan y cómo se abordan? ¿Qué alternativas existen? Los ponentes que participaron en el evento organizado por BBVA Open Innovation ofrecieron reflexiones para contestar a esas preguntas.
Las dos caras de las criptomonedas
Determinar si las criptomonedas son dinero, en el sentido estricto de la palabra, es uno de los primeros puntos de debate en este escenario. "Para que una moneda cumpla esa función, debe reunir tres características: ser un almacén de valor para ahorrar, un medio de intercambio aceptado en cualquier sitio y una unidad de cuenta que permita comparar los precios de diferentes bienes en una sola unidad", explicó Carlos Serrano, economista jefe de BBVA México. A su juicio, las criptomonedas aún no cumplen esas funciones: no es posible adquirir productos en la mayoría de los comercios con ellas.
"Si lo vemos desde una red global conectada a internet, bitcoin puede ser la moneda de mayor aceptación después del dólar y del euro, ya que puede transferirse de un punto a otro sin pasar por uno centra y de forma tan sencilla como enviar un correo electrónico", expuso por su parte Alejandro Beltrán, 'country manager' de Buda.com, una plataforma que opera mercados de criptomonedas en Chile, Colombia, Perú y Argentina, cuenta con más de 500.000 usuarios y desarrolla además una función pedagógica.
"Bitcoin puede ser la moneda de mayor aceptación después del dólar y el euro"
Se consideren dinero o no, su popularización es una realidad, especialmente en regiones como América Latina, donde la inclusión financiera sigue siendo un reto. De acuerdo con Chainalysis, tres países (Venezuela, Argentina y Colombia) figuran entre los 20 primeros del ranking de adopción de criptomonedas y la región representa el 9% de transacciones globales. Destaca también que El Salvador haya sido el primer país en adoptar bitcoin como moneda de uso legal. "Bitcoin funciona más en los mercados emergentes que presentan inestablidad socioeconómica y política: la incertidumbre y riesgo financiero hace que los inversores migren a activos que no dependan de un Estado o de un gobernante y preserven su valor para resolver problemas como la devaluación, la inflación y la coyuntura política ", justifica Beltrán.
Hacia una regulación beneficiosa
Pese a las ventajas de las criptomonedas, hay riesgos asociados. Por un lado, su alta volatilidad: el valor de bitcoin, la pionera, ha experimentado bruscas subidas y bajadas en su corta historia. Para resolver ese problema, nacieron las 'stablecoins' (monedas estables) como Tether y DAI, asociadas al valor de otra moneda o controladas con algoritmos para que su precio no oscile.
La volatilidad no es el único desafío. "La trazabilidad de las operaciones evita el riesgo de lavado de dinero, pero se generan otros que es imposible eliminar en el mundo financiero. Si los riesgos son mal gestionados, puede haber consecuencias como terrorismo, ataques cibernéticos, robos y fraudes", enumeraba Ljubica Vodanovic, socia fundadora de la firma especializada Vodanovic Legal, durante el BBVA Open Talks. La experta pronostica que los países promoverán regulaciones para mitigarlos: "Los Gobiernos tienen que subirse a esta ola y la ley debe adaptarse a los avances".
La legislación va por delante en algunos países. Un ejemplo es Suiza, cuya normativa ha permitido a BBVA ofrecer un servicio de compraventa y custodia de criptoactivos y que desde hace poco permite operar con ether. Mientras tanto, la Unión Europea se encuentra en la fase final de negociación de la propuesta de reglamento europeo de criptoactivos conocido como MiCA, que regulará la emisión y prestación de servicios de criptomonedas, incluyendo 'stablecoins'. "El principal beneficio es para el consumidor, que podrá operar en un mercado más maduro y seguro y, al mismo tiempo, permite la entrada de entidades supervisadas como BBVA, con dificultades para operar en espacios no regulados", resume Francisco Maroto, responsable de la disciplina Blockchain en el banco.
"Los Gobiernos tienen que subirse a esta ola y la ley adaptarse a los avances"
La ley 'fintech' de México y el 'sandbox' (entorno controlado de pruebas) de Colombia muestran los avances en Latinoamérica, pero Maroto los califica de insuficientes. Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, acaba de firmar una orden ejecutiva para que las agencias federales del país adopten un enfoque único para la regulación de las criptomonedas.
De la descentralización al respaldo financiero
Más allá de la regulación, las monedas digitales emitidas por los bancos centrales son otra vía para digitalizar el dinero. Actualmente, el 86% de esas entidades ya está evaluando esta opción, según el Banco de Pagos Internacionales. China, que ha lanzado con éxito su yuan digital tras un periodo de pruebas, y Bahamas, con el 'sand dollar', han sido los precursores. En América Latina, Brasil, Chile o Uruguay, entre otros países, dan pasos para la emisión de las suyas. "Uno de los beneficios es la capacidad de que un banco central conduzca la política monetaria para hacer frente a recesiones y combatir inflaciones", opinaba Carlos Serrano, economista jefe de BBVA México.
"Cuantas más alternativas existan, mejor será para los consumidores, que podrán elegir la más eficiente o la que más valor aporte"
Por su parte, el Banco Central Europeo está inmerso en la fase de investigación del euro digital, un complemento al dinero efectivo. Maroto cree que, si se diseña "solo como un nuevo medio de pago inmediato y digital, no va a aportar mucho frente a soluciones existentes como Bizum", aunque se muestra cauteloso hasta que se conozcan los resultados de los dos años de análisis.
En este escenario, ¿qué divisas digitales sobrevivirán, las centralizadas o la descentralizadas? Maroto apuesta por la convivencia: "Cuantas más alternativas existan, mejor será para los consumidores, que podrán elegir la más eficiente o la que más valor aporte". En cualquier caso, todo apunta a que las versiones virtuales de las monedas se impondrán poco a poco a las de cobre gracias a la innovación. "Es inevitable que el dinero se vaya adaptando a los cambios tecnológicos y cada vez el efectivo se usará menos", concluyó Serrano. El nuevo capítulo de la historia del dinero no se escribe solo en papel o metal, sino en una plataforma 'online'.