La ética de los bancos que nace de la transformación digital
La revolución digital supone para la banca nuevas tecnologías, así como nuevos perfiles de clientes y competidores. Pero también nuevas responsabilidades éticas, como la ciberseguridad y el uso de los datos. A la ética de los bancos se ha referido José Manuel González-Páramo, quien ha repasado las oportunidades y retos de la digitalización en el Atrio de los Gentiles, iniciativa de diálogo cultural organizada por ICADE y el Foro Ecuménico Social en Madrid. Para afrontarlos, propone actuar desde una triple perspectiva: educativa, empresarial y regulatoria.
El consejero ejecutivo de BBVA ha iniciado su ponencia recordando los tres principios que, a su juicio, deben regir el comportamiento de la banca: prudencia, integridad y transparencia. Asimismo, ha reiterado que el sector financiero vive una etapa de disrupción en la que han surgido una serie de tendencias relacionadas con el consumidor y los modelos de negocio, que se pueden resumir en tres fuerzas disruptoras: 1. La tecnología y los facilitadores de datos (‘big data’, inteligencia artificial y ‘machine learning’); 2. Cambios de clientes y necesidades, influenciados por la generación ‘millennial’; 3. Nuevos modelos de negocio: aparición de ‘startups’ de servicios’ fintech’ y entrada de grandes jugadores.
Inclusión financiera digital y el uso del ‘big data’
Mucho se ha escrito ya sobre este cambio digital del sector financiero. Pero poco se habla sobre el impacto que este cambio tiene en las entidades financieras desde un punto de vista ético. En este sentido, el consejero ejecutivo de BBVA ha distinguido dos oportunidades éticas de la transformación digital.
En primer lugar, José Manuel González-Páramo ha hablado de la inclusión financiera digital. En su opinión, “la digitalización favorece la democratización de las finanzas”, gracias, sobre todo, al alto grado de penetración de la tecnología móvil.
En segundo lugar, ha subrayado el uso del ‘big data’ para llegar, por un lado, a mercados desatendidos y, por otro, como conocimiento para el bien común. En el caso de los mercados desatendidos, ha explicado que ahora es posible, evaluar clientes utilizando datos no tradicionales, reduciendo drásticamente el coste de llegar a consumidores sin bancarizar. En el caso del conocimiento para el bien común, ha destacado que los datos del sector privado pueden utilizarse para generar una nueva "filantropía de datos".
Ciberseguridad y buen uso de los datos
Pero la transformación digital también conlleva retos desde el punto de vista ético. José Manuel González-Páramo ha distinguido fundamentalmente dos: la ciberseguridad y la preservación del buen uso de los datos. Para atajar ambos retos, el consejero ejecutivo de BBVA propone una triple perspectiva: educativa, empresarial y regulatoria.
En el caso de la ciberseguridad, ha señalado la necesidad de sensibilizar a la población y empresas sobre los riesgos de ciberseguridad y la imposibilidad de protegernos al 100%. En el ámbito de formación, las personas representan la primera línea de defensa. De hecho, más del 70% de las infracciones explotan vulnerabilidades no técnicas, por ejemplo, ataques que engañan a los usuarios para que revelen credenciales legítimas.
En segundo lugar, considera que las empresas deben comprender los riesgos a los que se enfrentan y desarrollar sistemas de protección sólidos. Deberán contar, además, con una sólida formación de sus empleados. Desde la regulación, ha remarcado la importancia de la cooperación entre los gobiernos y el sector privado.
En lo que respecta al buen uso de los datos, José Manuel González-Páramo ha resaltado que, desde el plano educativo, hay que garantizar que las personas entienden cómo se gestionarán sus datos personales y qué derechos tienen. Es necesario por tanto, un lenguaje claro y comprensible en las cláusulas de privacidad. También ha subrayado la necesidad de que las empresas entiendan el uso “ético” que hacen de los datos que recopilan de los usuarios.