En los rascacielos de la innovación: presente y futuro de las 'smart cities'
Se estima que 4.400 millones de personas viven en ciudades, según cifras del Banco Mundial. La misma entidad estima que esta cifra aumentará para 2050 y siete de cada 10 personas vivirán en este entorno en ese año. El incremento abre nuevos desafíos y retos en ámbitos como la gobernanza, la movilidad y la sostenibilidad a los que la innovación tecnológica trata de dar respuesta mediante la construcción de ciudades inteligentes o 'smart cities' como Seúl, Barcelona o Medellín.
"Las ciudades tienen la capacidad de ofrecer algo a todo el mundo, solo porque y solo cuando son creadas para todo el mundo". La cita pertenece a la divulgadora científica y teórica del urbanismo Jane Jacobs, autora del libro 'Muerte y vida de las grandes ciudades'. Este título permite extraer valiosas lecciones de planificación urbanística y hoy, en plena construcción de las 'smart cities' (ciudades inteligentes, en español), su mensaje sigue vigente: en el centro de cualquier estrategia de creación y transformación del ámbito urbano deben estar las personas.
La magnitud de esta meta y los desafíos para alcanzarla son directamente proporcionales. El 56% de la población vive en ciudades, según el Banco Mundial, y la tendencia va en aumento. De hecho, para 2050 se espera que la población urbana aumente a más del doble y que 7 de cada 10 personas vivan en urbes.
Este desarrollo plantea numerosos retos a los que gobiernos y emprendimientos, a través de la colaboración público-privada, tratan de dar respuesta guiados por innovación y tecnología. El propósito queda reflejado dentro del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 11: "Lograr que las ciudades sean más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles. Las 'smart cities' tienen la llave para alcanzar esas metas". Ante esta visión, Daniel Vega, secretario técnico de la Red Española de Ciudades Inteligentes (RECI), apunta: "'Smart city' implica un gran compromiso con la tecnología y la innovación para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos".
En la actualidad, ya existen urbes donde la tecnología juega un papel destacado para alcanzar estas metas. Seúl, reconocida como la ciudad inteligente del año en la edición de 2022 de Smart City Expo World Congress, ha sido pionera al convertirse en la primera ciudad en unirse al metaverso como un "servicio de administración inclusiva del que todos se pueden beneficiar, sin barreras temporales o espaciales", afirmaba el alcalde de la ciudad Oh-Sehoon. Junto a Seúl, Singapur es otro ejemplo destacado de cómo avanzar en el marco de las ciudades inteligentes al desarrollar Singapur Virtual, el primer gemelo digital de una urbe para confeccionar simulaciones urbanísticas y diseñar servicios públicos con mayor eficiencia.
Ciudades inteligentes: en busca de la tecnología con impacto
El concepto de ciudades inteligentes, definidas por la Comisión Europea como "el lugar donde las redes y servicios tradicionales se hacen más eficientes a través del uso de soluciones digitales en beneficio de sus habitantes y empresas", ha evolucionado desde que en la década de 1990 el término fuese acuñado por la multinacional tecnológica IBM.
Hoy, el concepto mantiene su esencia, pero se ha reorientado para tratar en profundidad los problemas reales de las urbes. "Cuando hubo el primer bum de las 'smart cities' aparecieron muchas soluciones buscando problemas. Sin embargo, hoy hemos entendido mejor el papel de la tecnología en la sociedad y los servicios públicos, y cuando se habla de innovación urbana se tiene mucho más claro cuáles son los objetivos o qué es lo que pretende solventar la solución propuesta. Tenemos que ser realistas con la aplicación de tecnología y concebirla como el medio y no como el fin", asegura Manu Fernández, doctor en Políticas Urbanas y director de Innovación Urbana e Investigación en la consultora Anteverti.
En este contexto, y con el objetivo de encontrar aquellas soluciones idóneas, ligado al concepto de la 'smart city' también ha adquirido fuerza el concepto de ciudades laboratorio. "Han dado lugar a la posibilidad de testear o implementar soluciones temporales para analizar qué repercusión tienen. Desde ahí podemos decidir si se apuesta o no por su aplicación definitiva", señala Gustavo Romanillos, coordinador del Máster en Ciudades Inteligentes y Sostenibles en la Universidad Complutense de Madrid.
Estos centros de pruebas se pueden encontrar en el ejemplo de algunas de las principales 'smart cities' del mundo como Barcelona o Madrid, la tercera y quinta 'smart cities' más importantes de Europa, según la firma experta en investigación de la tecnología digital Juniper Research. Precisamente, en la Ciudad Condal, desde Barcelona Smart City se han impulsado diversos proyectos para garantizar el bienestar de los ciudadanos. Entre sus últimas iniciativas se encuentran dos proyectos de motos conectadas para alertar a los conductores sobre amenazas próximas en tiempo real.
No obstante, también se puede innovar sin poner la tecnología en el centro. Uno de los mayores ejemplos, según indica Manu Fernández, de Anteverti, lo representan las ciudades de América Latina. "Existen complejidades tan importantes en la región a la hora de afrontar su futuro urbano que siempre han entendido la ciudad inteligente desde una visión muy amplia y no tan enfocada a lo tecnológico", señala. Fernández destaca el caso de Medellín que ha llevado a cabo una estrategia de transformación no tecnológica en el ámbito urbano a través de, por ejemplo, la priorización de espacios públicos, mejorar de la conectividad y accesibilidad en áreas degradadas o la mejora de equipamientos públicos.
'Smart cities', la sostenibilidad como eje de innovación y emprendimiento
Las ciudades son las responsables de más del 70% de las emisiones mundiales de carbono y de entre el 60% y 80% del consumo de energía, tal y como señala Naciones Unidas para acelerar las medidas de adaptación y mitigación al cambio climático el desarrollo de las 'smart cities' juega un papel esencial. "Construir ciudades sostenibles permite preservar recursos naturales, mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero, atrae inversión y talento y ayuda al cumplimiento de objetivos que nos hemos propuesto como sociedad como los ODS. Vale la pena esforzarnos para que nuestras ciudades sean sostenibles", señala Daniel Vega, de RECI.
Para colocar la sostenibilidad como uno de los pilares de las ciudades inteligentes, han surgido todo tipo de proyectos e iniciativas emprendedoras. Una de ellas es Green Urban Data, un servicio de 'big data' que facilita la toma de decisiones para la mejora ambiental y la calidad de vida de los ciudadanos. "Los planes estratégicos de las ciudades buscan cuantificar beneficios y para eso ya tenemos datos y la capacidad tecnológica necesaria para poder analizarlos y actuar para reducir la vulnerabilidad ambiental. Si mejoramos el medioambiente en las ciudades, mejoraremos la calidad de vida de las personas", defiende Alejandro Carbonell, fundador de esta compañía.
Otro proyecto destacado es el de MUAC, liderado por la doctora arquitecta y especialista en sostenibilidad Francesca Olivieri. Este proyecto se basa en el diseño de unos módulos verticales diseñados para capturar, absorber y purificar la contaminación del aire en las ciudades. Olivieri coincide en la importancia de colocar la sostenibilidad en el centro de las estrategias de innovación en las 'smart cities' y como una fuente de emprendimiento: "En el ámbito urbano existen numerosas oportunidades para emprender ya que la ciudad abarca muchos sectores que trabajan en paralelo para impulsar su desarrollo". Para ordenar este esfuerzo, reclama la creación de líneas maestras para conocer qué áreas son las prioritarias para innovar y emprender.
Hoy, la construcción de las 'smart cities' más que un anhelo se ha convertido en una realidad gracias a la fusión de investigación, innovación y tecnología. Por eso, la implantación de la sostenibilidad como uno de los ejes principales no es ninguna casualidad. Es el fruto de una convicción desprendida por la propia Jane Jacobs: las personas son el motor que debe orientar la transformación de las ciudades del presente y del futuro.