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Emprendimiento científico: cinco proyectos que pasaron del laboratorio al mercado

La economía circular, el cuidado de la tierra o la prevención del cáncer son algunas de las grandes áreas impulsadas gracias al emprendimiento científico. En España existen más de 5.780 empresas instaladas en parques científicos y tecnológicos que trabajan para que la ciencia llegue al mercado.

Emprendimiento científico: cinco proyectos que pasaron del laboratorio al mercado

En España, existen más de 5.780 empresas instaladas en parques científicos y tecnológicos, que impulsan el conocimiento en áreas como la medicina, la salud y el medioambiente. Estos espacios no solo sirven para fomentar ideas innovadoras, sino que también ayudan a establecer conexiones entre el mundo de la investigación y el empresarial.

Los laboratorios, universidades y centros de investigación se convierten así en incubadoras de proyectos que luego se transforman en negocios innovadores. Un concepto muy vinculado a ello es el de las 'spin-off' universitarias: compañías de nueva creación que nacen en el entorno académico. De hecho, el 62% de las 'spin-off' creadas en España están participadas por la universidad, según la 'Encuesta I+TC' realizada por la asociación Crue Universidades Españolas.

El gran potencial del emprendimiento científico ya se está aplicando a diversos campos, como la agricultura o la medicina, lo que a su vez abre un gran abanico de nuevas posibilidades.

1. Polykey, un impulso a la economía circular

La startup Polykey nació en 2020 a partir de un grupo de trabajo entre el instituto de investigación Polymat y la Universidad del País Vasco para generar polímetros obtenidos a partir de materiales renovables que sirvan como alternativa a los plásticos tradicionales, los cuales están fabricados con combustibles fósiles y diseñados para no descomponerse. De esta forma, al impulsar una alternativa biodegradable, se fomentan aspectos como la economía circular.

"En una carrera científica no solo desarrollas habilidades técnicas, sino que fomentas otras muchas capacidades como el pensamiento crítico, la creatividad, la planificación y la estrategia, la comunicación y la perseverancia. Todas estas habilidades pueden traducirse en éxito, tanto en la ciencia como en un negocio", explicó Andere Basterretxea, CEO y cofundadora de Polykey, en un artículo publicado en BBVA Spark.

2. Amadix, el valor de la detección precoz del cáncer

La investigadora Rocío Arroyo ha logrado desarrollar una innovadora técnica que combina el análisis de sangre, inteligencia artificial y análisis avanzado de datos con el objetivo de identificar indicadores de diversas enfermedades oncológicas. Esto le ha llevado a fundar Amadix, una empresa que ofrece soluciones médicas personalizadas para el diagnóstico temprano del cáncer, y a ser reconocida por la Comisión Europea con el premio a "mujeres innovadoras" en 2022.

"Nos pareció que había una necesidad muy clara de diagnóstico temprano, ya que el cáncer de pulmón tiene una supervivencia baja, de cinco años", afirmó Arroyo en una entrevista publicada por la Agencia SINC. En ocasiones los médicos se encuentran con resultados poco concluyentes en las pruebas y, por eso, la investigadora resalta la importancia de tener otras herramientas adicionales para confirmar si hay un proceso tumoral.

Emprendimiento científico: cinco proyectos que pasaron del laboratorio al mercado

3. Innitius, la salud durante el embarazo

Innitius, startup nacida en 2017 con sede en Bilbao, ha creado un sistema para detectar indicios de parto prematuro durante el embarazo. Con este dispositivo se pueden identificar de manera más fiable las posibilidades reales de que el parto se adelante, lo que ayudaría a reducir el número falsos positivos que acaban con la hospitalización de embarazadas que no van a dar a luz de forma inminente. La revista 'Forbes' ha seleccionado recientemente a Rubén Molina, fundador de Innitius, como uno de los uno de los emprendedores menores de 30 años más innovadores del mercado español por este avance.

4. Saludable para el planeta y la piel: Freshly Cosmetics

Cosméticos para cuidar de la piel, pero también del medioambiente. Ese es el propósito de Freshly Cosmetics, startup nacida en 2017 en Tarragona. La compañía se distingue por su enfoque en el uso de ingredientes naturales en productos como cremas, aceites corporales y geles faciales, así como en sus envases reutilizables.

Es el ejemplo de cómo el mercado del cuidado personal y la belleza se está adaptando a las nuevas demandas. La compañía facturó 45 millones de euros en 2021 y sus fundadores han sido elegidos en la lista 'Los 100 emprendedores 2023' de la revista Emprendedores. "Lo que queremos es mantener la calidad a la hora de encontrarnos con los clientes, pero hacerlo cada vez con menos recursos y materiales", afirmó Miquel Antolín, CEO y Cofundador de Freshly Cosmetics, en una entrevista de BBVA Spark realizada en el marco del Open Summit 2023.

5. Tierra de Monte, la protección de la biodiversidad del suelo

La bióloga mexicana Adriana Luna-Díaz, galardonada con el premio Women’s Initiative de Cartier 2020, es la creadora de un proyecto 'agrotech' para promover una agricultura y una alimentación más saludable: Tierra de Monte. Esta compañía ofrece una serie de productos para mejorar los cultivos, regenerar ecosistemas y proteger la biodiversidad del suelo. Por ejemplo, uno de ellos, el fertilizante activo llamado ReFuerza, actúa sobre la raíz de la planta para protegerla y mejorar la absorción de nutrientes.

Tierra de Monte es un proyecto que nació en 2015 con la intención de convertir el campo en fuente de bienestar, tal y como indican en su página web. La forma de hacerlo es fomentando la agricultura regenerativa: aquellas prácticas revierten el cambio climático al restaurar la biodiversidad del suelo degradado, lo que permite fortalecer la vitalidad de la tierra al mismo tiempo que se preserva la salud del planeta.

Ya sea con dispositivos para prevenir el cáncer o con fertilizantes para preservar la vida del suelo, el emprendimiento científico está allanando el camino para que ideas disruptivas se materialicen en negocios de éxito. El salto del laboratorio al mercado puede ayudar a la sociedad.