"El legado de Daniel Kahneman"
Álvaro Gaviño, Behavioral Economics Principal Manager de BBVA, explica en El Confidencial cómo el Nobel de Economía demostró la influencia de los factores psicológicos en nuestras decisiones económicas y financieras.
Foto cabecera: Agencia EFE
Dicen las malas lenguas que “behavioral economics” tiene la coletilla “economics” solo para poder concederle el Nobel a un psicólogo, dado que no existe el premio en esa categoría. Ya sea mito o realidad, esta afirmación capta la importancia y poder transformador del trabajo de Daniel Kahneman, un psicólogo que no solo se adentró en la ciencia económica sino que la transformó por completo. Sus investigaciones no sólo han redefinido nuestra comprensión de la toma de decisiones, probando que somos menos racionales de lo que nos gusta creer, sino que ha hecho revisitar décadas de teoría económica “clásica”.
El premio Nobel le fue concedido en 2002, compartido con su colega y amigo Amos Tversky (psicólogo matemático). Juntos no solo forjaron un nuevo camino en la economía, sino que crearon un lenguaje completamente nuevo para hablar sobre cómo pensamos, cómo elegimos y cómo a veces nos equivocamos espectacularmente. Una vez dijo que su colaboración con Tversky fue tan fructífera porque "cuando estábamos juntos, éramos más inteligentes que nosotros por separado". Su trabajo nos enseñó que entender la economía significa entender a las personas en su forma más pura y complicada.
Terremoto en economía
Tuvo que llegar un “outsider” a desafiar frontalmente algunas de las piedras angulares de la economía “clásica”, cuestionando suposiciones largamente sostenidas sobre la racionalidad humana y la toma de decisiones.
- Al explorar la complejidad de la mente humana, Kahneman ha demostrado que la idea de la maximización de la función de utilidad, donde los individuos son vistos como actores racionales que siempre toman decisiones para maximizar su propio beneficio, es demasiado simplista y a menudo incorrecta.
- Sus investigaciones revelan que nuestras preferencias no son tan claras ni estables como se suponía; están profundamente influenciadas por las emociones, sesgos cognitivos y la forma en que se presentan las opciones.
- Además, su trabajo arroja dudas sobre la teoría de los mercados financieros eficientes, sugiriendo que los movimientos del mercado no siempre reflejan racionalmente toda la información disponible, sino que también son producto de reacciones psicológicas colectivas. Kahneman, por lo tanto, ha abierto la puerta a un entendimiento más matizado de la economía, uno que reconoce la influencia de los factores psicológicos en nuestras decisiones económicas y financieras.
Decisiones, decisiones, decisiones
Uno de los aportes más revolucionarios de Kahneman fue la distinción entre dos modos de pensamiento: el Sistema 1, rápido e intuitivo, y el Sistema 2, lento y reflexivo. Esta distinción ha cambiado no solo la forma en que entendemos nuestras propias decisiones sino también cómo las empresas se acercan a sus clientes. Por ejemplo, las campañas de marketing a menudo se diseñan apelando al Sistema 1, nuestro lado más impulsivo, mientras que los productos financieros complejos son simplificados para ser más accesibles al Sistema 2.
La Teoría de las Perspectivas fue otro pequeño terremoto, mostrando cómo nuestras decisiones están fuertemente influenciadas por cómo se nos presentan las opciones, incluso por encima en ocasiones del valor real de esas opciones. Esto tiene implicaciones enormes no solo en economía sino, por ejemplo, en políticas públicas, donde un diseño basado en este entendimiento de las opciones puede llevar a mejores resultados en ámbitos como salud o educación.
Pionero no sólo en psicología y economía (hablemos un poco sobre su visión sobre la Inteligencia Artificial)
En este campo tampoco nos deja impasibles. Kahneman sugiere que la IA podría tomar decisiones mejor que los seres humanos en muchos campos, desde el aterrizaje de aviones hasta la detección de enfermedades, debido a la mejora continua y la capacidad de procesar grandes volúmenes de datos de manera eficiente. Este avance plantea preguntas significativas sobre el futuro del liderazgo y la toma de decisiones en las organizaciones, especialmente cuando la IA comience a tomar decisiones (o ayude a tomarlas) que tradicionalmente han sido dominio de los líderes humanos. Plantea que la adaptación a esta nueva realidad requerirá un equilibrio entre confiar en las capacidades de la IA y proteger a aquellos que plantean dudas o tienen perspectivas diferentes, algo que Kahneman ve como esencial para una buena cultura de toma de decisiones.
Kahneman también aborda el papel de la IA en la reducción del ruido en la toma de decisiones, un concepto que explora en su libro "Noise: a flaw in human judgment". El "ruido" se refiere a las variaciones inconsistentes en las decisiones tomadas por diferentes personas bajo circunstancias similares, lo que puede ser un gran desafío en las organizaciones. La IA tiene el potencial de minimizar este ruido y aumentar la coherencia en la toma de decisiones, aunque esto plantea desafíos para la inteligencia emocional y la intuición, aspectos en los que los líderes humanos tradicionalmente han confiado. Por cierto que, en mi humilde opinión, esto último es un debate similar al de las variables ocultas defendidas por Einstein en el debate entre el comportamiento determinista del universo en lo macro, pero cuántico en lo micro. Para mi el “ruido” descrito por kahneman no dejan de ser variables del contexto, propio o ajeno, cuya existencia y/o influencia en nuestras decisiones es difícil (o imposible) medir. Pero esta es otra historia, aquí comparto mis pensamientos al respecto.
En resumen, Kahneman ve la evolución de la IA no solo como una oportunidad para mejorar la eficiencia en la toma de decisiones sino también como un desafío para las estructuras tradicionales de liderazgo y cultura organizacional. La adaptación a esta nueva era de IA requerirá un replanteamiento de cómo valoramos la intuición humana frente a las capacidades analíticas de las máquinas.
La economía del comportamiento gracias a Kahneman
El legado de Kahneman trasciende premios y reconocimientos; vive en cada decisión “mejorada” que tomamos, en cada política pública mejor diseñada por su influencia, y en cada estrategia empresarial que reconoce la complejidad de la conducta humana. Nos ha enseñado que entender la economía es entender a las personas en su esencia más real, impulsiva, a veces irracional, pero siempre profundamente humana.
Sus investigaciones han influido en la creación de políticas públicas más efectivas, desde programas de ahorro hasta estrategias de salud pública. En el mundo empresarial, su trabajo ha ayudado a diseñar ambientes laborales que promueven decisiones más informadas y saludables, y estrategias de marketing que entienden mejor la psicología humana. Gracias Daniel Kanheman, 5 de marzo de 1934 - 27 de marzo de 2024.