Economía naranja: la creatividad es un gran negocio
Si la economía creativa fuera un producto sería la quinta mercancía con mayor volumen de negocio del mundo. Examinamos a fondo el potencial de los bienes y servicios derivados de la creatividad, la denominada economía naranja.
El mundo de la economía está en continuo cambio debido a los avances y tendencias que se generan en la sociedad. Esto provoca que lo que ayer era una buena fuente de inversión, hoy sea un negocio oxidado y anticuado. Y también a la inversa, nuevas corrientes y posibilidades que explotar. Este es el caso de la denominada economía naranja, desconocida para muchos y descuidada para otros tantos.
Históricamente el color naranja está vinculado con la juventud y la alegría
La economía naranja o economía creativa se conoce como tal desde el año 2011. El término fue acuñado por el ensayista británico John Howkins. Hace referencia a todo aquello que se genera a través de la creatividad y la inspiración de las personas y que se plasma en un bien o servicio. Va desde un juguete hasta una obra de teatro, pasando por los aspectos más científicos de la I+D.
¿Por qué naranja?
Históricamente el color naranja está vinculado con la juventud y la alegría. Para muchos es el color más divertido de toda la gama y también suele estar asociado a la cultura y la creatividad. Por otro lado, el nombre del naranja viene dado por la fruta, y una buena forma de comerse una naranja es exprimiendo su jugo. Algo similar a lo que sucede con la economía creativa, una naranja que podemos exprimir las veces que sean necesarias a través del intelecto.
¿Qué supone en la actualidad?
Según las cifras extraídas del libro “La economía naranja. Oportunidad infinita” escrito por el experto en esta rama económica Felipe Buitrago, si la economía creativa fuera un producto: sería la quinta mercancía más transada del mundo. Si fuera un país, sería la cuarta potencia económica con 4,3 billones de dólares de PIB, 2,5 veces el gasto militar del planeta, y un total de 144 millones de trabajadores.
A esto hay que añadir su crecimiento vertiginoso, según la UNCTAD (Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo): entre 2002 y 2011 las exportaciones de bienes y servicios creativos se elevaron en un 134%.
Infinitas posibilidades
Son los avances y el desarrollo tecnológico los que hacen que la economía naranja se encuentre en un punto de ebullición.
Las TICs avanzan a pasos agigantados. Cambia la forma de comunicarnos, de trabajar e incluso de relacionarnos, pues podemos estar conectados las 24 horas del día. Por otro lado, internet es una ventana al mundo de lo desconocido, a golpe de clic o a base de presionar la pantalla táctil de nuestro móvil o tableta podemos ver, aprender o indagar sobre cualquier tema que nos atraiga.
Los avances tecnológicos generan nuevas áreas que proporcionan a los artistas o creativos posibilidades para desarrollarse e innovar: el internet móvil, el internet de las cosas, tecnologías en la nube, almacenamiento de energía, impresión 3D y nuevos materiales.
En cuanto a las cifras de este crecimiento exponencial, el MGI (McKinsey Global Institute) calcula un impacto económico en los próximos doce años para las tecnologías mencionadas de entre 8,8 y 24,9 billones de dólares.
Con estos datos y cifras no hace falta ser un visionario para darse cuenta de que la economía naranja es ahora misma una fruta de la cual se puede exprimir mucho jugo.
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