Diseño de futuro: cuatro escenarios de los servicios financieros de aquí al 2030
¿Se puede predecir el futuro? Definitivamente, no. No existe una bola mágica que diga lo que va a suceder en unos días y mucho menos en un plazo mayor. Lo que sí existe es gente dedicada a trabajar en metodologías prospectivas de los futuros posibles o futuribles y del recorrido que pueden tener hacia adelante.
La técnica de prospectiva de los escenarios explora los futuros posibles. Es una disciplina que se dedica a crear posibles escenarios, estudiando todo el abanico de posibilidades como factibles, y tiene por objeto realizar un examen lo más completo posible de las opciones que puede haber sobre algo, mediante un modelo de proyección del presente dirigido hacia un futuro posible o deseado.
En el marco de Open Talks Foresight, organizado por BBVA Bancomer en el Open Space de la Torre BBVA Bancomer en la Ciudad de México, cuatro expertos presentaron un estudio de investigación de futuro con distintas variables de cómo puede ser el panorama financiero hacia el 2030. Entre éstas investigaciones destacan cuatro futuros escenarios: “tendencial, futurible, utópico y catastrófico”.
Los cuatro escenarios: tendencial, futurible, utópico y catastrófico
En el caso del escenario tendencial, Diego del Olmo, gerente de Innovación de BBVA Bancomer, dijo que entre las variantes que arrojó este escenario fue que “los servicios financieros no se extinguirían, sin embargo, su futuro podría depender de otros jugadores”, mientras que el ‘blockchain’ seguiría su desarrollo en el sistema financiero y se consolidaría.
Los servicios financieros no se extinguirían. Sin embargo, su futuro podría depender de otros jugadores
Diego del Olmo, gerente de Innovación de BBVA Bancomer.
En el escenario futurible, Armando Betancourt, director Power Digital de General Electric (GE) en América Latina, explicó que una de las variables futuribles es que México en 2030 lograría una estabilidad y bienestar económico y que existiría una probabilidad potencial de que el dinero físico pudiera volverse digital. Por otra parte, Open Banking disminuiría la fricción entre transacciones dentro de todo el ecosistema comercial y financiero. Detalló que las fuerzas que moldearían el futuro del crédito serían el volumen de datos, las tecnologías disruptivas, la validación de identidad y la privacidad de datos personales. Asimismo, destacó que la identidad sería clave para los servicios financieros digitales, el crédito se basaría en la confianza y el fraude sería el mayor riesgo para los prestamistas.
El directivo resaltó que, en este escenario futurible, se reduciría la pobreza extrema, las personas podrían ser susceptibles a subir su 'status' a través del emprendimiento y podría reducirse la brecha digital. Betancourt subrayó que México en el 2030 en este escenario deseable podría convertirse en un centro de innovación, de inversión extranjera y en uno de los lugares más atractivos para emprender.
Armando Betancourt, director Power Digital de General Electric (GE) en América Latina.
Para hablar del escenario utópico, Andrés Carriedo, fundador de ‘Design Banking’, mencionó que los estudios de las variables utópicas o deseables arrojaron que los bancos no tenderían a desaparecer, solo dejarían de ser tema de conversación y de ser protagonistas, pues darían sus servicios cotidianos de una manera orgánica.
Andrés Carriedo, fundador de Design Banking.
Y por último, al referirse del escenario catastrófico, Ana Moreno, líder de Diseño y UX de BBVA Bancomer, explicó que, en este escenario, se arrojaron las variables más negativas del futuro por lo que el estancamiento y retroceso son el común denominador para cualquier tema que se estudie.
No está fuera de lugar concluir con una frase del futurista James A. Dator: “El futuro no puede predecirse, pero los ‘futuros alternativos’ pueden y deben ser pronosticados. Así pues, una de las tareas principales de los estudios de futuros es identificar y examinar los futuros alternativos más predominantes que existen en cualquier momento y lugar…”.