¿Cuál es la diferencia entre una DLT y 'blockchain'?
Las DLT y ‘blockchain’ comparten origen conceptual —son libros de registro digitalizados y descentralizados—, y a menudo los términos se confunden, pero se diferencian por una serie de particularidades que no ambas tecnologías comparten.
Bitcoin, ‘blockchain’ y ahora DLT, los avances tecnológicos obligan a incorporar al vocabulario términos recientes de gran impacto. Y, en ocasiones, tanta novedad puede llevar a confusiones o malentendidos. Una de las más habituales es pensar que todas las ‘blockchain’ son DLT, es decir, tecnologías de registro distribuido (‘Distributed Ledger Technology’, en inglés).
¿Cuál es la diferencia entre ‘blockchain’ y una DLT? Es más sencillo de lo que parece. Una ‘blockchain’, una cadena de bloques, es un tipo de DLT. Es decir, se ha producido un fenómeno frecuente: el éxito de un servicio, producto o aplicación concreta supera tan claramente al ‘paraguas’ que la engloba que acaba incluso fagocitando su nombre. Pero de la misma forma que no todas las hojas adhesivas son Post-It, no todas las DLT son ‘blockchain’.
Desde un punto de vista más técnico, una DLT es simplemente una base de datos que gestionan varios participantes y no está centralizada. No existe una autoridad central que ejerza de árbitro y verificador. El registro distribuido aumenta la transparencia —dificultando cualquier tipo de fraude o manipulación— y el sistema es más complicado de ‘hackear’.
‘Blockchain’ es una DLT con una serie de características particulares. También es una base de datos —o registro— compartida, pero en este caso mediante unos bloques que, como indica su propio nombre, forman una cadena. Los bloques se cierran con una especie de firma criptográfica llamada ‘hash’; el siguiente bloque se abre con ese ‘hash’, a modo de sello lacrado. De esta forma, se certifica que la información, encriptada, no se ha manipulado ni se puede manipular. ‘Blockchain’ debe su fama, entre otras cosas, a que es la tecnología detrás de la famosa criptomoneda ‘bitcoin’.
Los analistas y expertos del sector consideran que las DLT pueden tener un gran impacto en diferentes áreas de trabajo en el sector financiero. Por ejemplo, en sus políticas de cumplimiento normativo. La banca gestiona una enorme cantidad de datos bajo estrictas regulaciones y los registros distribuidos, con o sin ‘blockchain’, pueden ser de gran ayuda para eliminar ineficiencias y ahorrar costes. Un estudio de la consultora Accenture asegura que la banca de inversión puede reducir entre un 30% y un 50% sus costes de cumplimiento en 2025 gracias a las DLT.
Las principales entidades financieras del mundo están investigando y desarrollando proyectos colaborativos para desarrollar al máximo todo el potencial de las DLT y ‘blockchain’.
Los tres consorcios internacionales más significativos —con participación de BBVA— son R3, Hyperledger y Ethereum Enterprise Alliance, del que BBVA además es socio fundador. Su objetivo genérico es desarrollar estándares comunes y plataformas eficientes y seguras para aplicar estas tecnologías, pero al mismo ya se están desarrollando líneas de trabajo específicas y pruebas de concepto. BBVA ha participado en diversos pilotos que han empleado esta tecnología para mejorar y agilizar distintos procesos internos y transacciones, como la utilización de ‘smart contracts’ en el comercio internacional.