Un día en el mundo futurista de Elon Musk
Novelas, películas, artículos… mucho se ha escrito sobre el futuro. Desde el famoso Viaje al centro de la tierra de Julio Verne, a los coches voladores que prometen revolucionar los desplazamientos. Las ideas que en un pasado parecerían descabelladas se han convertido en realidad con el paso de los años y esto incita a pensar que algunas de las ideas que jamás se creerían posibles puedan llegar a materializarse.
En este mundo existen personas que no se conforman con leer sobre el futuro, sino que quieren formar parte de él. Un claro ejemplo son los idearios de algunos de los inventos que revolucionaron la vida moderna: desde el coche o el avión, hasta el ordenador personal o el ‘smartphone’. Elon Musk, el co-fundador de empresas como Paypal o Tesla Motors, pertenece a este tipo de individuos. El excéntrico millonario es fuente de muchas polémicas –a menudo por sus desconcertantes publicaciones en Twitter–, pero sin entrar a valorar si se trata de un “loco” o de un visionario, ¿cómo sería un día cualquiera según la visión del mundo futurista de Elon Musk?
Suena la alarma, pero todavía es demasiado pronto y no ha amanecido. Esto no supone ningún problema, ya que la casa funciona 100% con energía limpia gracias al ‘Solar Roof’ de Tesla, el panel solar que el propio Elon Musk tiene instalado en su casa. Un sistema de baterías alimentado con luz solar y con capacidad para abastecer de energía a un domicilio particular sin problemas.
Llega el momento de prepararse para ir al trabajo. Por norma general, el tiempo por las mañanas suele ser escaso. Desayunar o preparar el ‘tupper’ a primera hora del día puede dejar de ser una prioridad si al mirar el reloj este vaticina que se va a llegar tarde. Todo este estrés se elimina con la adquisición de un robot doméstico que, con ayuda de la inteligencia artificial, tenga el café preparado y la comida lista para llevar a la oficina. Además, podrá encargarse del resto de tareas del hogar mientras el propietario no esté en casa.
Después de disfrutar del estupendo desayuno preparado por el asistente robótico llega la hora de ir al trabajo. La casa ya funciona con energía limpia y, por supuesto, el coche no podía ser menos. El Tesla Model X espera en el garaje con las baterías cargadas y listo para rodar por la carretera. Está tan bien acondicionado que su filtro del aire HEPA protege a sus ocupantes tanto del polen y las bacterias como de ataques con armas biológicas. Todo un tanque, solo que con un diseño mucho más aerodinámico.
El coche está preparado para llevar a su conductor al “fin del mundo”, pero por mucho Tesla que sea ni siquiera Elon Musk se libra de los atascos.
Traffic is driving me nuts. Am going to build a tunnel boring machine and just start digging...
— Elon Musk (@elonmusk) 17 de diciembre de 2016
Por suerte este artículo se escribe desde el futuro y los atascos ya forman parte del pasado. Desde que se creó Urban Loop ya es posible 'aparcar' el coche sobre una de sus plataformas y dejar que el automóvil sea propulsado a través de una red de túneles subterráneos. Este sistema de transporte alcanza velocidades de hasta 200 km/h, consiguiendo llegar de este modo a la oficina en tiempo récord. Además es apto también para el transporte público.
Una vez en el trabajo llega el momento de reunirse con unos clientes en San Francisco. Sin tener que recurrir a la teleconferencia, encontrarse en ese momento en Los Ángeles, por ejemplo, no supone un problema. Con Hyperloop, también creado por The Boring Company, realizar este trayecto será cuestión de 30 minutos, tres cuartos de hora menos de lo que se tardaría en avión y sin las correspondientes esperas en el aeropuerto.
Sin embargo, la revolución de Elon Musk no ha llegado solo a los desplazamientos a nivel nacional. En un mundo cada vez más globalizado los viajes de larga distancia pueden suponer una barrera en cuanto a la pérdida de tiempo en los trayectos. El fundador de SpaceX todavía no ha encontrado una solución para acabar con el ‘jetlag’, pero sí para acortar el tiempo de vuelos de más de 15 horas a 39 minutos, como puede ser el trayecto Nueva York - Shanghái. Todo esto gracias a Big F*cking Rocket (BFR), un cohete que, partiendo de una base acuática, es lanzado al espacio para después volver a entrar en la atmósfera terrestre y aterrizar en la plataforma situada en el lugar de destino.
Desafortunadamente la historia no solo está marcada por grandes hitos y descubrimientos, sino que factores como el calentamiento global pueden suponer una gran amenaza para el mundo y sus habitantes. Previendo posibles catástrofes, el fundador de SpaceX, quiso ofrecer una alternativa a la raza humana ante una posible situación de emergencia extrema. En caso de ser necesario, las colonias de humanos en Marte podrían asegurar la preservación de la especie. Unas colonias que, por muchos años luz que separen a la Tierra del planeta rojo, en el futuro imaginado por Musk tendrían hasta sus propias pizzerías y clubes nocturnos.