Cuatro claves para entender el pago con tecnología NFC y sus beneficios
La tecnología NFC (Near Field Communication, en inglés) permite la comunicación a corta distancia entre dos dispositivos electrónicos de manera inalámbrica. Empresas y entidades financieras la incluyen en su modelo de negocio por los beneficios y comodidad que aporta a los usuarios a la hora de pagar por bienes y servicios.
Gracias a las características del 'Near Field Communication', esta tecnología de comunicación inalámbrica, de corto alcance y a altas frecuencias permite que dos dispositivos puedan compartir archivos entre sí.
Los dispositivos con NFC se comunican mediante inducción en un campo magnético que es generado a través de unas pequeñas antenas con forma de espiral introducidas dentro de los celulares y otros dispositivos como auriculares, altavoces o relojes inteligentes.
Desde 2006, esta tecnología viene ganando terreno dentro de las tendencias del sector tecnológico aplicadas a las finanzas. Desde 2013, los clientes de BBVA en España pueden realizar transacciones con tarjetas y el pago 'online' o en comercios físicos a través del teléfono móvil.
La tecnología NFC permite que los usuarios paguen electrónicamente, sin dinero en efectivo, lo que se traduce en importantes avances en los métodos de pago ‘contactless’ y desde el teléfono móvil.
Además, posibilita hacer pagos desde monederos electrónicos de forma rápida y fácil operando en cualquier teléfono celular inteligente.
Seguridad del NFC
Las características principales de este sistema se basan en la velocidad de transmisión de datos y en el corto alcance de la transmisión entre los dispositivos. Esto permite el envío y recepción de datos en simultáneo, a una velocidad de transmisión elevada por lo que es muy adecuada para la realización de transacciones seguras.
Para concretar la operación, el requisito principal es que la telefonía móvil cuente con la tecnología NFC incorporada o que la misma sea adoptada por las propias tarjetas de débito o crédito. Es necesario que los dispositivos estén a una distancia menor de 20 centímetros.
El sistema encripta los datos de la transacción a través de un ‘token’ único para cada movimiento, que luego llega al lector de NFC y se encarga de desencriptar e interpretar ese ‘token’. De este modo, permite procesar pagos sin necesidad de transmitir los datos de la tarjeta del cliente al establecimiento. Además, el número no se almacena en las plataformas ni en los dispositivos móviles.
Por otro lado, en muchos casos se pide un código PIN como medida adicional de seguridad para confirmar el pago. La factura del cobro llega al usuario de forma instantánea y de esta manera se garantiza la seguridad de la operación.