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Innovación 11 dic 2014

Cómo crear una app para tu empresa

Las aplicaciones están revolucionando la comunicación, cada vez son más las compañías que crean aplicaciones para ampliar sus servicios y posicionar su marca.

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Las empresas han encontrado en las aplicaciones móviles un canal ideal para comunicarse con sus clientes que les permite ampliar sus servicios y posicionar su marca. Pero crear una app no es tarea fácil y las compañías, sobre todo las más pequeñas, no suelen contar con personal cualificado para desarrollarlas. Para ellas, existe todo un ecosistema empresarial de creación de aplicaciones móviles que permite elegir la opción que mejor se adapte a las necesidades y al presupuesto de cada organización.

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Las aplicaciones consiguen crear un canal de comunicación directa con los clientes.

Las empresas han encontrado en las aplicaciones móviles un canal ideal para comunicarse con sus clientes que les permite ampliar sus servicios y posicionar su marca. Pero crear una app no es tarea fácil y las compañías, sobre todo las más pequeñas, no suelen contar con personal cualificado para desarrollarlas. Para ellas, existe todo un ecosistema empresarial de creación de aplicaciones móviles que permite elegir la opción que mejor se adapte a las necesidades y al presupuesto de cada organización.

A la hora de plantearse crear una app es fundamental saber el público al que se dirige y cómo puede beneficiar a la empresa. “Lo primero que hay que tener claro es qué se quiere destacar”, explica la profesora titular del departamento de Ingeniería Telemática de la Universidad Carlos III de Madrid (España), Celeste Campo. Las opciones varían desde permitir al usuario “buscar dónde están las tiendas, ver un catálogo, consultar las ofertas o comprar directamente”, continúa la experta.

Una vez determinado el objetivo de la aplicación, la empresa deberá decidir en qué sistemas operativos quiere que funcione. El 87,5% de las aplicaciones descargadas en España para smartphones y tabletas usan sistemas Android, seguidos del 8,2%, que utilizan iOS (sistemas operativos de Apple), según datos de The App Date. “Si eliges sólo Android debes saber que cubres un porcentaje elevado pero que hay una parte de público al que no llegas”, afirma Campo.

Otro aspecto a tener en cuenta es el de la seguridad. “Es algo que algunos desarrolladores pasan por alto y es muy importante porque un fallo afecta directamente a la reputación de la empresa”, explica la profesora de aplicaciones móviles, y añade: “Ahora tenemos mucha más información sensible en el móvil que en el ordenador, y el usuario debe saber en todo momento a qué datos se va acceder y para qué”.

La aplicación debe especificar para qué va a utilizar la información personal almacenada en el teléfono como la ubicación y los contactos. “Aunque aumente el precio, hay que pedirle a un desarrollador que implemente medidas de seguridad”, afirma Campo. Estos protocolos se deben incorporar en el momento en que el usuario se descarga la aplicación y acepta las condiciones del contrato. Estas advertencias también deben mostrarse en forma de notificación cuando se ejecuta una función de la app.

A quién elegir

Una vez definidas las características y el objetivo de la aplicación hay que elegir quién la desarrollará. Una opción es utilizar una herramienta de creación de apps, como OctopusApps, diseñada por Iphonedroid. Esta plataforma permite a los usuarios crear sus propias aplicaciones para dispositivos iPhone, Android y Windows de forma similar a como se crean webs de forma predeterminada con WordPress y Blogger.

Este servicio facilita al usuario todas las opciones para crear una aplicación básica, como los diferentes menús, el diseño y las distintas funciones. También simplifica los trámites que tiene seguir la empresa para que app sea aceptada por los markets de los diferentes sistemas operativos.

Los creadores OctopusApps, desarrolladores de profesión, habían detectado que el 70% de las pymes que contactaba con ellos no tenía presupuesto para crear sus aplicaciones. El responsable de Comunicación de la compañía, David Martín, explica:

“Nuestro servicio permite que cualquier empresa pueda tener una app aunque no tenga presupuesto ni conocimientos técnicos”.

Una pyme que desarrolle su aplicación a través de esta plataforma pagará 9 euros al mes cuando esta supere las 50 descargas; esta tarifa aumenta a los 29 euros al mes si pasa de las 500 descargas. Gracias a este modelo, en tres años se han creado más de 120.000 apps con esta plataforma.

Dada la finita oferta de opciones plantilla para las aplicaciones que ofrecen las plataformas como OctopusApps, otras compañías se decantan por contratar a desarrolladores profesionales para crear una aplicación más personalizada. Así lo hizo la empresa de distribución de material eléctrico Sonepar. Su app permite a los usuarios solicitar piezas directamente desde el móvil en el momento en que las necesita. Para crearla y ahorrar costes, Sonepar recurrió a una empresa colaboradora con la que trabaja en proyectos conjuntos y que conoce bien el mundo móvil. El director de Desarrollo de Negocio, Manuel Esteban-Infantes, explica: “El futuro es móvil y estamos decididos a desarrollarlo, por eso recurrimos a un partner”.

Quienes carecen de contactos a los que pedir ayuda disponen de una última opción: contratar a un desarrollador freelance. La web Yeeply, que funciona como el Infojobs de las aplicaciones móviles, pone en contacto a desarrolladores con empresas que quieran crear su app.

Para conocer el precio aproximado del desarrollo se puede utilizar la herramienta ¿Cuánto cuesta mi App?, que calcula el coste aproximado de una aplicación según las funciones que se quieran añadir. El coste medio de crear una aplicación con los desarrolladores inscritos en la web es 3.500 euros, según datos de este portal.

Evitar sorpresas

Si se opta por contratar a un freelance, es fundamental dejar bien cerrado en el contrato inicial las funciones y el diseño que tendrá la aplicación para no encontrarse con sorpresas o aumentos de presupuesto más adelante. “El cliente tiene que elegir entre calidad, rapidez o precio”, explica el desarrollador de aplicaciones y freelance eventual Aristeo Mateos, y añade: “Si quiere algo rápido y de calidad es imposible que sea barato”.

Una de las claves de este tipo de desarrollo es que el cliente pueda disponer de una plataforma

para modificar los contenidos sin ayuda del desarrollador. Las aplicaciones son una realidad cambiante que necesitan nutrirse de las novedades de la empresa, tales como nuevas ofertas, servicios y producto. “Si el desarrollador se encarga de cambiar los contenidos, el precio se dispara y además no tendrá la misma disponibilidad que puede tener la propia empresa”, señala Mateos.

Frente al desarrollado freelance se encuentra la opción de contratar a una empresa profesional que asesore al cliente desde el inicio del proceso y ofrezca servicios complementarios a la creación de la aplicación como publicitar la app y diseñar una estrategia de negocio. “El desarrollo solo es la versión 1.0 de toda la app que luego debe mejorar y atraer usuarios”, afirma el director de la empresa de desarrollo de aplicaciones Zinkers, Óscar Carrió.

Crear una aplicación y que no tenga usuarios es uno de los riesgos a los que se enfrenta toda empresa cuando se lanza a la aventura de la comunicación móvil. Por eso, Carrió recela de las opciones baratas: “Una empresa que sólo invierta 6.000 euros no va a tener más de 10 descargas”. Según datos de Zinkers, las empresas gastan 2 euros de media en captación por cada usuario activo que utiliza la aplicación. “El desarrollo es lo más barato del proyecto”, dice Carrió, y añade: “La empresa debe tener claro que el modelo de negocio con las aplicaciones se basa en que un porcentaje muy pequeñito de todos los usuarios activos paguen por los servicios que ofrece”.

Las aplicaciones están revolucionando la comunicación y ya se han integrado como una pata más de la estrategia de negocio de las empresas. Pero no basta sólo con tener una aplicación, un mal desarrollo puede tumbar la reputación de una marca. Afortunadamente, España cuenta con un ecosistema de desarrolladores que ofrece buena calidad a bajo coste. Según datos de Yeeply, un desarrollador en España cobra 35 euros por hora de media, mientras que uno en Reino Unido tiene un caché de 100 euros por hora.

Antes de lanzarse a crear una app, la empresa debe tener claro cómo va a desarrollarla y qué objetivos persigue. Como cualquier acción de comunicación, una aplicación debe estar bien desarrollada y coincidir con la imagen y la cultura de la empresa. De otro modo, una app destinada a atraer clientes puede acabar espantándolos.