¿Cómo evaluar todo lo relacionado con una empresa para invertir en ella?
Vigilar la liquidez, el estado de resultados, el flujo de caja operativo y la solvencia y eficiencia ayudará a los inversores a evaluar en qué empresas aportar capital.
A la hora de evaluar una empresa para invertir, se debe tener en cuenta un factor fundamental: su estado financiero. Este término alude a la situación económica en el que se encuentra una empresa y se define como un estado de bienestar que permite hacer frente a las obligaciones e imprevistos financieros y cumplir con los planes de futuro a los que se aspira.
Analizando el estado financiero de una empresa, los inversores podrán hacerse una mejor idea de si les compensa invertir en ella. En este proceso, es importante que analicen a fondo el estado de resultados de la empresa y que se fijen en parámetros como la liquidez, la rentabilidad o la solvencia.
Comprobar la liquidez
La liquidez de una empresa hace referencia a la cantidad de activos que se pueden convertir en efectivo a corto plazo para dar respuesta a las obligaciones financieras y a las deudas y gastos inesperados.
Actualmente, se calcula que un 25% del tejido empresarial español carece de la liquidez suficiente para afrontar sus deudas, según un estudio de Iberinform, concentrándose los ratios de peor liquidez en las empresas del sector de la hostelería y de la agricultura, ganadería y pesca. Esto implica no solo que tengan problemas para afrontar las deudas a corto plazo, sino que aumenta el riesgo de cierre.
Para calcular la liquidez, se puede recurrir a los siguientes indicadores:
- Ratio de liquidez. Indica la capacidad de la compañía para responder a las deudas a corto plazo. Se calcula dividiendo el activo corriente entre el pasivo corriente.
- Ratio de acidez. Mide la liquidez de las empresas sin tener en cuenta sus existencias. Se obtiene restando los inventarios al activo corriente y dividendo el resultado entre el pasivo corriente.
- Ratio de tesorería. Representa la liquidez de una empresa en base al efectivo y los activos líquidos. Se calcula sumando los activos disponibles y los activos realizables (bienes y derechos) y dividiendo el resultado entre el pasivo corriente.
Estos indicadores pueden situarse por encima o por debajo del 1. Si la cifra obtenida se encuentra en torno al 1, se entenderá que la compañía tiene liquidez. Si se encuentra por debajo, significará que existe un problema que puede afectar al cumplimiento de las obligaciones financieras.
Fijarse en el estado de resultados
El estado de resultados es un informe financiero que recoge todos los ingresos y gastos que ha tenido una empresa durante un periodo de tiempo determinado y que permite conocer su beneficio neto. Este documento es de gran ayuda de cara a analizar el estado financiero de una empresa, ya que permite conocer cómo se está desarrollando el negocio.
Analizar el estado de resultados permitirá conocer tanto el valor como la situación contable de la compañía. Además, si se analizan varios de estos documentos, se podrá ver su evolución. Si el resultado del documento es negativo, se entenderá que los gastos han superado a los ingresos y que ha habido pérdidas. Si es positivo, los ingresos habrán superado a los gastos y se habrán generado beneficios.
Medir la solvencia, eficiencia y rentabilidad
Además de la liquidez, otros tres parámetros en los que un inversor debe fijarse de cara a evaluar una empresa son la solvencia, la eficiencia y la rentabilidad. Estos indicadores también sirven para determinar la viabilidad y el estado financiero de una empresa y pueden ofrecer una imagen más completa de su situación económica.
- Solvencia. La solvencia hace referencia a la capacidad que tiene una compañía para responder a las obligaciones financieras que ha contraído o planea contraer. Aunque ambos conceptos están relacionados, la liquidez y la solvencia guardan una diferencia importante: mientras la liquidez mide la capacidad de responder a las deudas a corto plazo, la solvencia lo hace tanto a corto como a largo plazo. Para analizar este parámetro, los inversores deben fijarse en el ratio de solvencia, un indicador que se obtiene dividiendo el conjunto total de activos por el conjunto total de pasivos. Lo recomendable es que el resultado sea superior a 1, siendo 1,5 el valor ideal.
- Eficiencia. La eficiencia, por su parte, es un indicador que mide los costes en los que debe incurrir una empresa para obtener ingresos. Este parámetro ayuda a analizar la gestión de la empresa y su capacidad para responder a los problemas y obstáculos financieros. Para calcularla, se utiliza el ratio de eficiencia, que se calcula dividiendo los gastos de explotación (los costes en los que se incurre para llevar a cabo la actividad empresarial, como los gastos de personal, de publicidad, suministros, etcétera) entre el margen bruto (los ingresos que se obtienen por la actividad). Cuanto más bajo sea el resultado obtenido, más eficiente será la empresa.
- Rentabilidad. Se trata de un parámetro que mide la capacidad de una empresa para generar ganancias. Todas las empresas que se lanzan al mercado deben ser rentables a largo plazo, a pesar de que puedan sobrevivir durante un periodo de tiempo sin serlo si cuentan con unos asesores e inversores que confíen en el proyecto. Para medir la rentabilidad de una empresa, se debe conocer el margen neto, que se calcula dividiendo el beneficio neto entre las ventas, sin contar impuestos. Con este indicador, se puede establecer una relación entre las ganancias e ingresos totales.
Examinar el flujo de caja operativo
El flujo de caja operativo hace referencia al efectivo que una compañía ingresa y gasta con su actividad comercial. Conocer este parámetro resulta fundamental para saber cómo se está desarrollando la empresa y para ver si se está generando efectivo real. Para calcularlo, se deben sumar los beneficios antes de impuesto y la amortización y, posteriormente, restar los impuestos.
Identificar los proyectos empresariales que gozan de un buen estado financiero reduce el riesgo de perder dinero con las operaciones. Fijarse en el estado de resultados y medir parámetros como la rentabilidad, el flujo de caja operativo o la liquidez resulta fundamental para conocer la situación la que se encuentra una compañía. Saber cómo evaluar una empresa para invertir ayudará a los inversores a adentrarse en el mundo de los negocios.