‘Coaches’ y mentores para impulsar el talento digital
El cambio tecnológico ha propiciado que nuevas profesiones estén en alza y sean más necesarias que nunca para fomentar el talento personal.
En un contexto repleto de tecnología y máquinas, las personas están sumiendo nuevos roles que ayudan a las compañías a adaptarse a los nuevos ritmos de la innovación, marcados por la llegada de tecnologías como inteligencia artificial, ‘blockchain’ o el internet de las cosas (IoT). Como explica el fundador del Foro Económico Mundial (FEM), Klaus Schwab, las personas tienen ahora más importancia que nunca y la inversión en ellas resulta fundamental. “Permitir que otros alcancen su potencial completo o, dicho de otra manera, el crecimiento del capital humano, es el alma del talento”, sostiene. Esto se traduce en la irrupción de nuevas profesiones, como los llamados navegadores, mentores y ‘coaches’.
‘Coaches’
En el caso de los ‘coaches’, que puede sonar menos novedoso, han comenzado a adquirir apellidos en función del área en el que disparar el talento. De liderazgo, de ejecutivos, de destrezas, etc. Según la Federación Internacional de Coaching, estos expertos se asocian con las personas “en un proceso creativo y estimulante que los inspira para maximizar su potencial personal y profesional”. En el caso de BBVA, la figura del ‘agile coach’ ha adquirido bastante relevancia desde hace un año. Este nuevo rol busca acompañar a los equipos para ayudarles a incorporar esta nueva forma de trabajar en su día a día. “Una organización realmente ágil debe tener valentía y los mecanismos necesarios para reorientar prioridades y recursos cuando haga falta”, argumenta Carlos Casas, responsable global de Talento & Cultura de BBVA.
Mentores
Los cambios producidos por la transformación digital pueden generar incertidumbre entre los empleados, que deben adaptarse a nuevos ritmos y formas de trabajo. En este contexto, los mentores son una figura relevante para impulsar el talento dentro de la empresa. Según un estudio de la escuela de negocios Wharton, el 71% de las empresas del Fortune 500 cuenta con programas de ‘mentoring’. El ejemplo clásico es el del empleado veterano que dedica parte de su tiempo a enseñar a los más jóvenes cómo desempeñar mejor sus tareas. El ahorro en recursos resulta evidente, pero también el de pulsar algunas teclas que jamás se nos habrían pasado por la cabeza. Esta situación incluso ya ha dado la vuelta y ha surgido el denominado ‘reverse mentoring’. En estos casos, los neófitos son los encargados de ayudar a los empleados más ‘senior’ a dominar las nuevas tecnologías.
Navegadores
Fruto del cambio tecnológico, los llamados ‘navegadores’ también se abren paso dentro de las compañías. Estos perfiles intentan arrojar luz ante la complejidad de los actuales sistemas en constante cambio. En palabras de Anne-Marie Slaughter, presidenta y CEO de New America, pueden ayudar en tareas desde el cambio en las carreras profesionales hasta en la búsqueda de una vivienda. Un ejemplo de este nuevo rol es el caso de una organización sin ánimo de lucro como Goodwill Industries. Tal y como afirma, sus empleados son mucho más propensos a completar los pasos necesarios para mejorar en su trabajo y ser más creativos cuando tienen un navegador al lado. “No pierden el tiempo y sacan el máximo partido de la técnica y de todas las herramientas digitales a su alcance”, concluye.
La tecnología ayuda a los nuevos roles
A medida que la inteligencia artificial o la robótica consuman más y más trabajos rutinarios, la idea de una economía de talento en la que los humanos inviertan en otros humanos se volverá más atractiva. De acuerdo con el último informe del FEM sobre el futuro del trabajo, entre 400 y 800 millones de personas serán desplazadas de sus puestos de trabajo en 2030.
Esto supondrá, según el estudio, que el 54% de todos los empleados necesitará formación en nuevas habilidades durante los próximos cinco años. Gestionar el talento es una de las mayores preocupaciones empresariales. Los nuevos roles están ahí, solo falta incorporarlos para sacar el máximo provecho de las destrezas individuales.