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Cinco recomendaciones para que la Unión Europea aproveche su potencial en IA

Reorientar la fuerza laboral, atraer talento y mejorar la infraestructura energética son algunas de las claves señaladas por la consultora McKinsey & Company para que la Unión Europea desbloquee todo su potencial en inteligencia artificial. Esto permitiría aumentar la productividad laboral europea hasta un 3% anual para 2030 y reducir la brecha con respecto a países más competitivos en IA, como Estados Unidos.

Cinco recomendaciones para que la Unión Europea aproveche su potencial en IA

La Unión Europea ha hecho un importante avance en el respaldo regulatorio de la inteligencia artificial con la aprobación del Reglamento de Inteligencia Artificial (AI Act) en marzo de 2024. Además, a lo largo del 2025 planea poner en marcha siete AI Factories en España (que acogerá el Barcelona Supercomputing Center), Finlandia, Alemania, Grecia, Italia, Luxemburgo y Suecia, para desarrollar y testar innovadores modelos y aplicaciones de IA y fomentar la colaboración entre países.

Sin embargo, un informe de la consultora McKinsey & Company señala que es crucial que la región implemente medidas como reorientar la fuerza laboral, atraer talento o fortalecer la infraestructura energética para que pueda desbloquear todo su potencial en el ámbito de la IA.

Este impulso contribuiría a incrementar la productividad en Europa hasta en un 3% anual para 2030, según McKinsey. El documento destaca que este crecimiento no solo será esencial para financiar el modelo europeo, sino también para afrontar retos clave, como la transición energética, reducir la brecha de desarrollo entre países y el soporte a una población cada vez más envejecida.

Asimismo, según el informe, las organizaciones de la Unión Europea están entre un 45 y un 70% por detrás en comparación con Estados Unidos. Esto se debe a diferentes factores, como obstáculos regulatorios o una menor financiación privada. Por otro lado, también se subraya que la UE tiene una participación de mercado inferior al 5% en áreas fundamentales para el desarrollo de la IA, como el acceso a materias primas, el diseño de semiconductores y los servicios en la nube.

Este escenario limita la competitividad de la Unión Europea dentro del ecosistema de inteligencia artificial. No obstante, dado que el desarrollo económico de la IA generativa aún se encuentra en una etapa inicial, Europa tiene una oportunidad para seguir varias estrategias con las que recuperar terreno y acelerar su adopción en la región.

Reorientar la fuerza laboral

La UE se enfrenta a transformaciones en la demanda laboral que no solo están impulsadas por la inteligencia artificial y la automatización, sino también por tendencias como la transición hacia emisiones netas cero, el envejecimiento demográfico o el auge del comercio electrónico. En concreto, se prevé que la demanda de profesionales en áreas como la salud y disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés) crezca entre un 17% y un 30% durante el periodo 2022-2030.

El informe propone orientar a estudiantes y trabajadores hacia programas que los preparen para empleos de alta demanda. Asimismo, sugiere impulsar alianzas entre universidades y empresas para ofrecer formaciones que los preparen para el futuro.

Atraer y retener talento en inteligencia artificial

Además de formar a sus ciudadanos, la UE debe posicionarse como un destino atractivo para quienes buscan liderar proyectos transformadores en inteligencia artificial. De hecho, la región cuenta con más profesionales de IA que Estados Unidos (120.000 frente a 112.000, en 2023). Sin embargo, aunque el 22% de los principales investigadores de IA se han formado en la Unión Europea, solo el 14% sigue trabajando en el continente.

Para abordar este desafío, se sugiere ofrecer incentivos fiscales a investigadores y empresas, así como facilitar el acceso a financiación para aumentar la competitividad de las empresas europeas.

Incrementar la inversión

Otro punto importante es la gran diferencia entre Estados Unidos y la Unión Europea en cuanto a las inversiones privadas en inteligencia artificial. En 2023, las aportaciones en el país norteamericano sumaron 67.000 millones de dólares (unos 61.700 millones de euros), mientras que en el continente europeo se quedaron en 11.000 millones de dólares (aproximadamente 10.000 millones de euros).

Una de las soluciones propuestas es aumentar la inversión y destinar fondos para fomentar el uso de la inteligencia artificial en sectores clave, como el diagnóstico y tratamiento en el ámbito sanitario.

Mejorar la infraestructura energética

A medida que crece la dependencia de los servicios digitales y se requiere mayor capacidad de procesamiento, también aumenta la importancia de los recursos energéticos. McKinsey estima que la necesidad energética de los centros de datos en la UE podría crecer hasta los 180 teravatios-hora para 2030, lo que representaría más del 5% del consumo anual total de electricidad en 2023.

Esta creciente demanda de energía ejercerá una presión adicional sobre una red que, como señala el informe, ya enfrenta el desafío de ser la más antigua del mundo. Sin embargo, la Unión Europea puede aprovechar su ventaja en energías limpias, ya que el 61% de su energía proviene de fuentes de bajas emisiones, frente al 40% de Estados Unidos y el 34% de China.

Facilitar un entorno regulatorio claro y accesible

La Ley de la IA ha sido un gran paso en el marco regulatorio europeo, pero aún hay desafíos por resolver. El 70% de las empresas consultadas consideran que las obligaciones de la normativa son confusas, algo que impacta de manera negativa en el desarrollo tecnológico. Esta incertidumbre tiene consecuencias palpables, como ocurrió con Meta. La compañía suspendió el lanzamiento de sus modelos multimodales de IA en la Unión Europea debido a la "naturaleza impredecible del entorno regulatorio europeo". Una posible solución para este conflicto, según el informe de McKinsey, sería crear un entorno regulatorio claro, accesible y flexible, que facilite a las empresas el cumplimiento de los requisitos de manera ágil.

La UE se enfrenta a grandes retos en el ámbito de la inteligencia artificial. Como ocurre con cualquier nueva tecnología, su adopción exige transformaciones sociales y empresariales para aprovechar todo su potencial. Pero además de un desafío, la inteligencia artificial también representa una oportunidad clave para que la Unión Europea se posicione como una de las regiones líderes en esta revolución tecnológica.