‘Boom’ inmobiliario en el metaverso: ya hay compraventa rentable de terrenos para casas y ciudades
Los terrenos del metaverso están muy cotizados en el mercado inmobiliario virtual. En ellos se construirán las instalaciones y ciudades en las que se podrá asistir a eventos deportivos y culturales, o interactuar con la administración. El desafío es encontrar un estándar para que las inversiones sean seguras.
En el metaverso, el mundo virtual donde Mark Zuckerberg quisiera trasladar una parte importante de la vida de las personas, ya existe lo que en otros contextos se llamaría un ‘boom’ inmobiliario. Es decir, hay quienes compran espacios y construcciones digitales a precios cada vez más elevados. Los compran en forma de NFT, un certificado basado en ‘blockchain’ que garantiza su autenticidad y propiedad, y pagan en criptomonedas.
Los más optimistas auguran que pronto el metaverso será muy grande, poblado y lleno de cosas para hacer y comprar. Será paralelo a la realidad física y, en muchos sentidos, se superpondrá a ella. Un nuevo mundo donde replicar, posiblemente para mejor, todo lo que ya hacemos en nuestra vieja Tierra. Entre estas actividades se encuentra también el ‘real estate’.
La proliferación de los metaversos
En 2021, las compraventas en el mundo virtual alcanzaron los 500 millones de dólares, según ha informado CNBC con datos de MetaMetrics Solution. Por otro lado, un informe de BrandEssence Market Research prevé que el mercado inmobiliario del metaverso crezca a una tasa anual del 31% entre 2022 y 2028. La actividad se concentra principalmente en cuatro plataformas: Decentraland, Sandbox, Cryptovoxels y Somnium Space.
El año pasado en Sandbox, Republic Realm, un fondo de inversión inmobiliario digital, adquirió 700 parcelas de metaverso por más de cuatro millones de dólares. El mismo fondo ha pagado casi un millón de euros por 259 lotes sobre los que construir un centro comercial virtual en Decentraland. Al principio de esta plataforma, los lotes se podían comprar por unos veinte euros, ahora no valen menos de 12.000 euros. Se trata de pequeños cuadrados correspondientes a coordenadas precisas dentro de un mapa digital. Y Roma acaba de ser comprada en su versión NFT dentro de la plataforma Ertha. La Ciudad Eterna ha costado 120.000 dólares, incluidos todos sus monumentos.
El caso es que, por ahora, no hay un solo metaverso, sino varios. Además de las plataformas mencionadas, existen otros mundos virtuales inmersivos desarrollados por Meta (antes Facebook), pero también por los videojuegos Fortnite, Roblox o Minecraft, propiedad de Microsoft. El objetivo, o el sueño, es que tarde o temprano todos estos meta-mundos se unan, o que uno de ellos se convierta en el definitivo.
Los proyectos más ambiciosos en el metaverso
Todavía estamos al comienzo de esta nueva era, en el que ya hay quienes hablan de crear embajadas y cementerios en el metaverso, y también existen verdaderas ‘agencias inmobiliarias’, como Metaverse Properties, que asesoran al usuario en las compraventas. Sin embargo, algunos proyectos concretos empiezan a tomar forma.
A principios de 2023, Seúl, la capital de Corea del Sur, tendrá su ‘gemelo’ digital en el que será posible interactuar con las personas a través de avatares en 3D. Se podrá acceder a varios servicios, trabajar o simplemente visitar la ciudad como turistas. ‘Seoul Metaverse’ se desarrollará progresivamente durante un período de cinco años, con el objetivo de virtualizar las actividades principales de la administración pública.
A través de visores para la realidad aumentada, gafas inteligentes o ‘controller’ de nueva generación, se podrá interactuar con funcionarios, realizar diversos trámites y participar en eventos, como las campanadas del Bosingak Belfry en Nochevieja, o el Festival de los Faroles. También serán visitables virtualmente atracciones como Gwanghwamun Plaza, Deoksugung Palace y Namdaemun Market, pagándolo todo con la criptomoneda local, el S-coin.
Por su parte, el Manchester City, en colaboración con Sony, ha arrancado la construcción del primer estadio de fútbol del mundo dentro del metaverso. El objetivo es llenar el Etihad Stadium virtual para que los aficionados que no puedan acudir físicamente a Manchester experimenten un partido ‘en vivo’ desde la comodidad de su hogar en cualquier parte del mundo. El City vaticina, de hecho, que dentro de diez años ver un partido por televisión no será la forma más habitual de vivir el fútbol.
¿Un futuro real?
Más allá de los proyectos llevados a cabo por grandes grupos económicos u organismos públicos, cualquier inversión privada en el metaverso es una apuesta arriesgada. Uno de los motivos es que se necesitan grandes cantidades de criptomonedas y resulta muy caro diversificar las inversiones en múltiples plataformas, con la esperanza de adivinar cuál de ellas se establecerá como el estándar.
El valor de los lotes depende de la importancia percibida de la plataforma en la que se encuentran, pero también de su ubicación o relevancia dentro del mapa: igual que en el mundo físico, un terreno en el centro generalmente cuesta más que uno en las afueras. Después de adquirir un lote, se pueden construir edificios u organizar eventos para aumentar su valor. Y también es posible alquilar las parcelas o comprar edificios ya construidos.
“Es como comprar un terreno en Manhattan hace 250 años, cuando se empezaba a construir Nueva York”, ha explicado al Wall Street Journal Andrew Kiguel, director ejecutivo de Tokens.com, una firma de criptomonedas que en octubre de 2021 se gastó más de un millón y medio de dólares para adquirir la mitad de Metaverse Group, especialista en negocios inmobiliarios virtuales.
Por otro lado, no hay que olvidar que, si las actividades inmobiliarias reales se desarrollan en un mundo finito con espacios limitados, las del metaverso lo hacen en un entorno que tiende al infinito. De hecho, potencialmente se pueden crear infinitos mundos y ciudades nuevas, y en cada una ‘construir’ rascacielos sin límites de plantas, lo cual tiene evidentes repercusiones en el valor de los inmuebles.